28- Una decisión.

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Tomé todas mis fuerzas para bajar a desayunar, incluso seleccioné un buen libro para ignorarlos totalmente, por suerte llegue primero, me puse a leer mientras traían mi desayuno, justo en ese momento llegó Meikel, sólo levanté mi vista cuando entró y volví a concentrarme en mi libro.

— Ahiry, ¿disfrutaste tu tarde ayer?

— Sí. —No voltee a verlo, escuché el ruido de la silla y supuse que se había sentado.

— Ya veo, ¿A dónde fuiste? Me dijeron que no estabas en Solun.

— Por los alrededores, nada que te importe. —Escuché a Meikel soltar un suspiro, la puerta se abrió, Velia. Por suerte me trajeron mi comida y pude distraerme. Termine de comer, justo antes que ellos así que me puse de pie.

— Me retiró primero. —Cerré la puerta y sentí muchos nervios, me sentía decepcionada, pero ¿de qué?, es verdad que creí vagamente que la relación con Meikel mejoraría, pero parece que no, pero eso no es motivo suficiente para sentirme así. Me dirigía a la entrada cuando vi a Emek y no pude evitar sonreír, era bueno ver a alguien conocido.

— Hola. ¿Qué haces aquí tan temprano?

— Hola, vine a entregar un reporte al príncipe Stephen.

— Oh ya veo —me mordí el labio.

— ¿Tienes planes hoy?

— No, generalmente nunca tengo planes.

— Bien, ¿Qué opinas de ir a la aldea?, podríamos hacer algo con Dante y Amy.

— Me agrada, vamos. —Abrimos la puerta, estábamos por salir cuando escuchamos a alguien correr hacia nuestra dirección, Meikel.

— Emek, lamento interrumpir, Ahiry y yo tenemos planes hoy. —Fruncí el ceño.

— Ahiry acaba de decir exactamente lo contrario, señor. —De forma protectora Emek se colocó frente a mí.

— ¡Meikel! —Velia apareció en escena. Qué emoción, yupi.

— Ahora no Velia.

— No puedes dejarme hablando sola. —Solté un suspiro de desesperación. ¿Quién era la esposa abandonada? Claro. ¡Yo! ¿Alguien notó la alteración de roles?

— Tiene asuntos más importantes que atender señor, Ahiry estará en buenas manos. —La postura de Emek me intimido un poco, parecía listo para atacar.

— Tienes razón, ¿en qué mejores manos que en las de su esposo? —se miraron por unos segundos.

— Claro sin tomar en cuenta lo que ella quiere. —Meikel lo observó amenazadoramente, nunca lo había visto así, dirigió su vista a mí.

— ¿Ahiry? —Meikel tendió una mano hacia mí, Emek y Velia nos veían, Velia con desprecio y Emek con precaución, pero la mirada de Meikel era firme, esperanzada y un tanto aterradora, los mire rápidamente, mi corazón latía tan rápido que apenas y podía concentrarme, tomé aire y supliqué que por primera vez, mi decisión, fuera buena. Tomé la mano de Meikel quien sonrió apenas visiblemente.

— ¿Ahiry?

— Esta bien Emek, lo olvide, ¿te parece que dejemos la visita para otro día? —asintió.

— Bien, entonces vamos. —Dijo Meikel cruzando la puerta, pero Emek lo sujetó del brazo, me quedé helada al ver los ojos de furia que tenían los dos, Emek dijo algo que no fue audible y Meikel respondió de la misma forma librándose de su agarre, alisando la manga de su traje; regreso a mi lado y lo tomé del brazo, más por costumbre que por otra cosa, caminamos en silencio hacia el final del jardín, una especie de carruaje moderno llegó y subí, estábamos separados por escasos cinco centímetros y ninguno pronunciaba palabra, el ambiente era muy incómodo así que me dedique a ver el paisaje.


2-Un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora