44- Te amo.

962 79 9
                                    

Argrem ha estado atacando planetas, se lleva productos nativos del lugar, suponemos que Dromen está entrando en crisis, Elder incrementó su vigilancia y eso ponía nervioso a Meikel.

— Deberías relajarte, estás haciendo lo adecuado, no tendrás resultados de tu estrategia hasta dentro de unos días.

— Lo sé, eso me pone nervioso.

— Yo no dudo de ti —sonrió y me besó— lo sé, por eso intentó tranquilizarme, vamos a cenar, podríamos ver una película en la biblioteca, ¿qué dices?

— Perfecto.

La sorpresa fue saber que el generador de holograma estaba inactivo ya que le darían mantenimiento, Meikel sugirió su habitación, así que accedí, ahora se veía diferente, con una ligera luz parecía que esta vez me daba la bienvenida, me sonroje al recordar la primera vez que visite su habitación.

— ¿Te gusta mucho el azul? —sonrió mientras acomodaba la proyección.

— Si, el azul en todas sus gamas, ¿es muy obvio? —me acerque a él.

— Un poco, incluso tus ojos son de ese color.

— ¿Te molesta que mis ojos sean azules? —Me había abrazado, sonreí observando sus hermosos ojos.

— Me encantan —me beso y muy cerca de mis labios dijo.

— A mí, me fascinas —nos besamos, me recargó en la pared y se detuvo, nuestras respiraciones eran agitadas, sentí el rubor en mi rostro.

— Aún tenemos una película por ver.

Sonreímos y tardamos algunos minutos en separarnos y acomodarnos en su cama, se sentía tan correcto que me hacía sonreír, Meikel me abrazó mientras veíamos una película animada, teníamos un tazón de palomitas, él me daba una palomita y yo le daba otra, me causaba mucha risa, siempre había soñado con hacer esto con el chico ideal y justamente eso estaba ocurriendo.

Nos quedamos dormidos, los rayos del sol me despertaron, Meikel estaba durmiendo a mi lado, sonreí al verlo, su rostro perfecto y tranquilo, esos ojos que siempre me eclipsan estaban resguardados por unas pestañas delicadas y unas cajas ligeramente pobladas y bien definidas, ya se empezaba a formar una pequeña barba apenas visible enmarcando sus labios, suspiré al saber que ese rostro perfecto ahora era mío; deslice mis dedos entre su cabello su cabello desacomodado, él comenzó a moverse y poco a poco abrió sus ojos acompañados de una sonrisa.

— Buenos días mi princesa —sonreí ampliamente y le di un beso fugaz.

— Buenos días mi príncipe.

— Si estoy soñando, no quiero despertar —me abrazó contra su cuerpo y devolví el abrazo.

— ¿Dormiste bien? —Su voz áspera y cansada me dio risa, el príncipe perfecto incluso tiene "esos" momentos en la mañana, mi príncipe.

— ¿Muy bien y tú?

— Mejor que nunca en mi vida. —Nos quedamos en silencio un buen rato disfrutando del momento, incluso creí que se había quedado dormido de nuevo pero rompió el silencio.

— Me haces feliz, ¿lo sabes?, aún no creo mi fortuna.

— No más de lo que yo soy feliz contigo, yo aún no creo que me aceptarás a pesar de lo complicada y necia que fui.

— Tienes razón, tengo que estar un poco mal mentalmente o muy desesperado.

— ¡Oye! —Los dos reímos. ¡Amo sus hoyuelos!

2-Un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora