19- El regreso a Solun.

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Dante, Emek y Caly, salieron para hacer algunos hechizos para borrar nuestra esencia, Kenzo fue a su cabaña para empacar, Lena daba instrucciones a las ninfas y Meikel descansaba en su habitación. Comencé a guardar las pocas cosas que tenía, me quite la chamarra para ponerme mi pijama, en ese momento tocaron a la puerta, me asombro ver a Meikel de pie.

— ¿Hola? Pensé que estabas dormido. —Lo deje pasar, caminaba un poco mejor, ya había recobrado su color usual y las ojeras casi no se notaban.

— Demasiados pensamientos me impiden dormir. —Se sentó en mi cama y yo me recargue en la pared frente a él.

— Ya veo —mordí mi labio—, fue lindo de tu parte invitar a Kenzo y Lena —sonrió de lado.

— Con las cosas como están ahora, necesito gente confiable a mi lado.

— Tienes razón. —Ambos hicimos una pausa muy incómoda.

— ¿Realmente quieres venir? Es decir, aún está mi oferta en puerta, puedo inventar cualquier excusa para evitar que pises Solun —solté un suspiro pesado.

— También lo he pensado, pero no veo claro, solo sé que este es mi destino por alguna razón, solo quiero descubrir por qué yo, creo que eso solamente lo puedo lograr en Elder —asintió con la cabeza y me volteo a ver, frunció el ceño.

— ¿Y ese brazalete?

— Un regalo —toque el brazalete, se sentía cálido.

— ¿Regalo? ¿Puedo verlo? —Me encogí de hombros y me acerque, no me lo podía quitar, después de la extraña visita a mis padres, tomé un baño para relajarme y caí en cuenta de que no lo podía retirar — ¿De dónde lo sacaste Ahiry?

— Te dije que es un regalo.

— ¿De quién? – me mordí el labio.

— De mis padres – su mirada era de sorpresa y emoción.

— ¿Tus padres?

— Mis padres biológicos.

— Pero, eso es imposible, es imposible entrar o salir de la luna —encogí mis hombros.

— Fue lo mismo que ellos dijeron, por alguna extraña razón llegue a la luna, pude conocer a mi padre Nerón y a mi madre Alyssa.

— Supongo que tienes más fuerza que la que todos pensamos.

— Sigues repitiendo sus palabras.

— Así que, ¿Estas resignada a ser hija de la luna?

— La luna es bastante hermosa, supongo que no puedes huir de lo que eres ni de tu destino.

— Supongo... —él seguía viendo el brazalete— Ahiry ¿quieres...? —Emek entró repentinamente a mi habitación, Meikel y yo brincamos del susto, Emek se obligó a permanecer en la entrada.

— Lo siento, no quería interrumpir.

— ¿Qué ocurre Emek? —Preguntó Meikel con un hilo de voz.

— Solo quería preguntarle a Ahiry si piensa llevar algo de la Tierra, Dante y yo iremos al pueblo mañana temprano.

— ¿Puedo llevar algo de la Tierra? —Pregunte viendo a Emek y después a Meikel.

— Claro, solo se prohíbe sacar cosas de Elder —sonreí ante la aprobación de Meikel.

— En ese caso, sí puedes comprar mucho chocolate e ingredientes para galletas, sería maravilloso.

— Esta bien, señor Stephen, ¿usted desea algo?

— No Alestar, gracias.

— Bien, entonces me retiro —cerró la puerta a su paso.

— Tendrás que compartir un poco de esos chocolates.

— Ya veremos.

El día siguiente transcurrió más rápido de lo previsto, pronto Emek y Dante regresaron de Elder con una especie de nave, espero que los aficionados a los UFOS estén presentes.

En aproximadamente seis horas ya estábamos llegando a Elder, Solun dejaba ver algunas de las marcas del ataque, aún intentaban arreglar las puertas caídas o pedazos de piedra. Muchas personas que ya había visto antes nos esperaban en la entrada, algunos lloraban al vernos vivos y sin mayor daño, supongo que nadie se enteraría de lo ocurrido, Meikel y yo dimos un discurso que llegó a los 11 mundos, incluyendo Dromen. La primera semana fue muy caótica, respondíamos muchas preguntas y también recibimos a muchos invitados de diferentes mundos, fue sin duda agotador, intenté hacer mi papel de esposa y princesa de Elder de la mejor forma posible, no había visto a Dante, Caly y Emek desde que llegamos, Lena, Kenzo y Deniel estaban siempre a nuestro lado, estaba subiendo las escaleras para ir a mi habitación cuando Meikel me alcanzó.

— Ahiry, estaba pensando en tu sugerencia de hacer una feria en Elder, creo que sería muy útil en estos momentos de tensión.

— ¿Hacer una feria? —Habíamos mejorado notablemente nuestra relación y eso me hacía sentir más tranquila.

— Si, a partir de mañana tendrás a todas las personas que te podrán asesorar para planearlo a final de mes ¿Qué dices?

— ¡Sería maravilloso!

— Sin duda, ¿Confió esa tarea en ti?

— Cuenta con que tendrás una fiesta digna de Elder.

— Gracias. —Sonrió de lado, caminamos juntos y nos separamos cuando estábamos por llegar a nuestras habitaciones que justamente quedaban frente a frente, divididas por la gran escalera.




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2-Un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora