14- Arreglando el pasado.

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Salimos al jardín trasero, estaba nublado y hacía frío pero no llovía.

— ¿Cómo sigue tu herida?

— Mejor, aun duele pero estoy bien —nos sentamos en unas rocas.

— ¿Por qué estabas en el primer piso?

— Meikel pensaba ir a pelear, no lo podía dejar solo. —No podía decirle que Meikel me había pedido dejar Elder, divorciarnos.

— ¿Cómo va tu vida de princesa?

— Mucho trabajo, pero Meikel lo hace más fácil, ¿Cómo te fue... en Dromen?

— ¿Cómo sabes eso?

— Sé que Meikel mandó un escuadrón de espías...

— ¿Qué?

— Lo escuché de unos guardianes, Meikel te quería lejos... él... bueno creo que sospechaba algo entre nosotros...

— ¡¿Stephen te daño?!

— ¡NO! Él jamás... solamente... supongo que enviándote lejos estaba más seguro.

— Eso no fue así... —comenzó a negar con la cabeza— yo le pedí a Stephen que me enviara, él se negó, pero le dije que deseaba ser yo quien dirigiera el escuadrón, finalmente aceptó.

— ¿Cómo?

— Meikel lo dudaba, sobre algo entre nosotros, yo... bueno, no podía con todo, necesitaba pensar... necesitaba alejarme de ti. —No pude evitar sonreír.

— ¡Sabía que Meikel no podía hacer eso!

— Veo que le tienes cariño...

— Él es... totalmente diferente de lo que pensé.

— Ahiry... quiero que sepas que yo realmente te amo... te amé... entiende que no fue mi elección...

— Ya no tiene sentido Emek... no puede existir un "futuro" para nosotros... tú eres un guardián y yo... la princesa de Elder.

— ¡Ahiry! —Dante salió algo alterado, sobresaltándonos.

— ¿Qué pasa?

— El príncipe...

— ¿Qué?

— Él está ardiendo en fiebre. —Sentí un escalofrío y corrí a la habitación, al llegar la herida de mi costado me dolió.

— ¿Qué pasa Kenzo? ¿Esto es normal?

— No, supongo que el veneno aun no sale de su cuerpo, tiene cambios de frío a calor en niveles muy extremos... esto... bueno no es buena señal.

— ¿Por qué? ¡¿Qué podría pasar?!

— Tranquilízate...

— No Emek, ¡¿Qué podría pasar?!

— Si esto sigue así... su corazón podría entrar en crisis... dejar de latir.

— ¡NO! ¡Esto no puede ser!

— Aún podemos intentarlo...

— ¡¿Y qué espera?! ¡Tiene que hacer algo!

— Lo intentare, pero me parece extraño que el veneno no saliera, fueron hechizos muy fuertes...

Comenzó su trabajo, pero Meikel seguía con los cambios de temperatura, fui a la cocina a cambiar el agua para seguir poniéndole compresas, Lena llegó a mi lado.

— Ahiry, tenemos que cambiar tus vendas y poner más poción en tu herida, se podría infectar.

— Más tarde Lena, no puedo dejar a Meikel, en cuanto él esté estable.

— Tienes que cuidar esa herida, serán unos cuantos minutos, después podrás ir con el príncipe.

— Prometo que en cuanto Meikel este estable me cambiare las vendas.

Suspiro pero no dijo nada más, aún dolía la herida, pero no podía dejar a Meikel. Kenzo parecía exhausto al igual que las ninfas y Nara; ya habían pasado cinco horas, era medianoche y los cambios de temperatura seguían igual.

— ¿Kenzo?

— Princesa, estoy poniendo todo mi conocimiento y poder, solo queda esperar que su cuerpo reaccione y suplicar a la luna...

— ¿Qué tiene que ver la luna?

— El sol da vida y energía, la luna renueva y sana, creo que a una hija de la luna, la podría escuchar. —Asentí, todos se fueron a descansar no había nada más que hacer, Emek quiso quedarse pero me negué, era yo la que tenía que estar con él.

La luz de la luna se asomó por la ventana, luna llena. Sé que la luna aquí no es más que la copia exacta, pero refleja a la verdadera, aquella que fue mi hogar alguna vez... aunque no lo recuerde, comencé a hablar en voz baja con Meikel.

— Meikel, sé que tal vez en este momento me odies... pero tienes que ser fuerte, Elder te necesita, muchas personas te quieren. Sé que soy hija de la luna, pero aun si no lo recuerdo, quisiera tener el poder suficiente para saber qué hacer y ayudarte, si mis padres biológicos aún están en la luna, desearía con todo mi corazón que pudieran dame fuerza y sabiduría, nos quedan retos que superar y no estoy segura de poder con ellos sola.


2-Un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora