Sentir

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Nota:

Agradecería mucho que visitaran y le dieran me gusta a mi humilde página en Facebook, si es que quieren darme ideas para una próxima historia, dejarme sus comentarios y demás, se llama Vrunetti Fanfiction. Dentro de poco daré unas noticias, pero por el momento (debido a falta de tiempo y una obra en proceso), estará un poco "abandonado", aunque sí estoy al pendiente por si quieren contactarse :)

¡Muchas gracias por leer!

*****

El salón de Defensa Contra las Artes Oscuras quedó vacío. Siendo mudo testigo de lo que allí acababa de ocurrir... el único de algo que daba comienzo.

Era apenas mediodía, pero ni un alma recorría los desiertos pasillos. Todos estaban en clases, en sus salas comunes o en la biblioteca, estudiando. Quedaban apenas tres semanas para que el año escolar llegara a su fin. Los alumnos de quinto se preparaban para los TIMOS, y los de séptimo para los EXTASIS. Estos últimos parecían ya no poder hacer otra cosa que pasar el día estudiando donde fuera: en la biblioteca, en los jardines, en el Gran Comedor. Todos y cada uno de ellos estaba enajenado. Y Hermione Granger era una precursora.

Luego de la "extraña" clase con Snape, tenía una hora libre, que aprovechó para ir a estudiar a la biblioteca. Se sabía todo de memoria, pero nunca estaba demás repasar un poco de Runas Antiguas y Aritmancia para despejar la mente.

Era raro, jamás se había sentido tan confiada y segura antes de rendir los exámenes... y eso que ahora eran los más importantes de su vida. Tenía plena confianza en sus capacidades, no dudaba que le iría bien, quizá mejor que al resto de sus compañeros. Sin embargo, en ese momento le daba exactamente igual superar a los demás. Luego de la guerra, tenía una visión distinta de la vida. Los exámenes le parecían algo trivial y sin mayor importancia. Había cosas más urgentes que atender en su cabeza.

Mientras traducía unas runas complejísimas casi por pura inercia, su mente divagaba sin control alguno. Tampoco intentaba ejercerlo.

Snape se había mostrado tan distinto, tan perdido. Había percibido sus dudas y sus miedos. ¿Por qué estaba tan asustado? ¿Por eso intentaba alejarla con todas sus fuerzas? Nunca lo había visto así de vulnerable, ni siquiera aquella noche horrorosa cuando casi lo vio morir ante sus ojos.

Se le retorció el estómago dolorosamente.

¿Qué hubiera pasado si hubiera muerto? Quizás nada... a lo mejor la gente lo hubiera tomado por un héroe de guerra de una forma mucho más seria de la que lo hacían. Algunos aún le temían, otros lo seguían odiando por haber sido un Mortífago.

¿Qué hubiera sido de ella? ¿Hubiera podido vivir con la culpa de haber creído (como todos los demás) que él estaba del lado de Voldemort? No lo sabía. Aunque, en su defensa, siempre intentó no pensar tan mal de él como lo hacía Harry, que en esos tiempos lo odiaba profundamente. Ella siempre había confiado en las desconocidas razones que tuvo Dumbledore para creer en él ciegamente. Así que siempre supo que no podía ser tan malo.

El sonido del timbre la sacó de sus reflexiones. Se puso de pie lentamente mientras guardaba pergaminos, pluma, tintero y libros en la mochila y se encaminó al aula de Historia de la Magia.

Al llegar, se encontró con sus amigos. Harry la observó en silencio unos segundos antes de tomarla del brazo y apartarla al tiempo que los demás entraban en el aula.

-¿Pasa algo, Harry?- inquirió Hermione al verse escrutada tan insistentemente por esos ojos verde brillante.

-No es nada- contestó el muchacho, mirando alrededor-. Sólo quiero hablar contigo un momento- La castaña esperó a que su amigo diera inicio a la conversación, pero no lo hizo.

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