N. de A. : ¡Muchas gracias por leer y comentar! Espero que les guste este capítulo.
¡Feliz Navidad!
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Severus abrió los ojos de golpe cuando un pitido sonó fuerte a su lado. Le costó un poco orientarse y recordar dónde se encontraba, hasta que vio a Hermione profundamente dormida sobre su pecho. Volteó la cabeza hacia el origen de ese irritante ruido: un reloj digital sobre una mesita de noche marcaba las seis y treinta.
"¿Seis y treinta?", se preguntó con asombro. No podía recordar cuándo había sido la última vez que durmió una noche entera.
Palmeó sobre el mueble hasta que dio con el aparato, y luego de infructuosos intentos, logró apagarlo.
Se pasó una mano por la cara, frustrado ante el conocimiento de que no podría volver a dormirse.
Hermione se removió sobre él y, lentamente, comenzó a despertarse.
El profesor esperó mientras le acariciaba el hombro. Sentir la piel suave y cálida de la chica contra la suya era la mejor manera de comenzar el día.
Ella alzó la cabeza, lo miró con los ojos abiertos apenas y le sonrió, para luego volver a recostarse sobre él.
—Buenos días— musitó Severus, ahora con su mano sobre los rizos castaños—. ¿Dormiste bien? — La chica se limitó a asentir con la cabeza.
El silencio se prolongó durante un par de minutos. Él sabía que Hermione ya no dormía, y le complació saber que se encontraba tan cómoda con él que no quería levantarse de la cama.
Pero el deber llamaba.
—Tengo que irme— dijo de mala gana en un susurro. Y es que no tenía absolutamente ningún deseo de abandonar el calor de las sábanas y de su cuerpo desnudo.
—Aún es temprano— reclamó Hermione con la voz amortiguada, arrimándose más a él.
La tácita petición lo hizo sonreír. Snape no era de los que se quedaba acostado luego de despertar, eso lo hacía sentir inútil, pensaba que era una total pérdida de tiempo. Sin embargo, se permitió quedarse así sólo un poco más.
Hermione se sentía afligida de sólo pensar en separarse de él. No quería que ese momento terminara... pero sabía que era inevitable.
—Tengo que regresar— insistió Severus pasados unos minutos.
—Podríamos reportarnos enfermos— murmuró la chica—. No ir a trabajar...
—Sabes que no puedo hacer eso. — Hermione soltó un bufido de fastidio.
—Sí, lo sé. Qué sería de McGonagall sin su profesor favorito, ¿no?
Él rió con pesar. La idea de Hermione lo había atraído por un segundo, dejar de lado sus obligaciones para quedarse allí con ella era extremadamente tentador.
Besó la frente de la chica antes de incorporarse y apoyar los pies en el suelo. Entonces llegó la pregunta: "¿Dónde diablos está mi ropa?". Buscó a tientas en el piso hasta que dio con su ropa interior, la que se puso rápidamente para luego seguir buscando.
¿Qué clase de locura había sido la de la noche anterior? Eso sí, locura en el buen sentido de la palabra. Sonrió divertido mientras recogía la ropa desperdigada por todo el suelo.
Hermione lo observaba, mordiéndose el labio para no reír, el apresurado y tenso nerviosismo de Severus no podía ser más cómico.
Cuando el profesor estuvo vestido por completo, ella se atrevió a hablar.
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Sentir
FanfictionLa guerra ha terminado. Pero vivir no es lo mismo que sentirse vivo y Severus Snape lo sabe a la perfección. Mientras Harry, Ron y Hermione deciden terminar sus estudios, el reencuentro pareciera ser la única forma de salvarlo. El mundo de Harry P...