Sólo un paso

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Nota:

Agradecería mucho que visitaran y le dieran me gusta a mi humilde página en Facebook, si es que quieren darme ideas para una próxima historia, dejarme sus comentarios y demás, se llama Vrunetti Fanfiction. Dentro de poco daré unas noticias, pero por el momento (debido a falta de tiempo y una obra en proceso), estará un poco "abandonado", aunque sí estoy al pendiente por si quieren contactarse :)

¡Muchas gracias por leer!

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El calor iba en aumento y el aire en retroceso. Se comían los labios con desenfreno, olvidando todo lo que los rodeaba. Dejando a un lado las culpas y los pensamientos. Ni siquiera notaron que el vaso que tenía Snape en las manos momentos antes cayó al piso haciéndose trizas.

Hermione estaba aprisionada entre él y la pared, mientras que Snape la sostenía con firmeza por la cintura ahora con sus dos manos, y ella había llevado las suyas al cuello del profesor. Con los ojos cerrados, regocijándose con la boca del otro, con lo que iban descubriendo. Hermione recordó, de manera bastante inoportuna, algo que le había dicho Ginny cuando le contó que estaba enamorada de él.

"...tendremos tiempo suficiente para que caiga rendido a tus pies...". Sonrió sin dejar de besarlo. Tal vez logró que cayera rendido a sus pies... pero ella cayó primero y ya no podía levantarse.

Severus estaba haciendo esfuerzos titánicos para no mover sus manos como quería, para dejarlas donde estaban. Si no dominara tan bien su cuerpo, habría cometido una locura hace mucho. Los labios de Granger le ofrecían sensaciones tan endemoniadamente agradables que no lo podía creer. De pronto un fugaz atisbo de juicio atravesó su mente... y fue lo suficientemente fuerte como para hacerlo detenerse.

"Los labios de Granger... ¡De GRANGER!". Abrió los ojos y vio los de ella cerrados. ¿Qué se suponía que estaba haciendo? ¡Estaba besando a una alumna! La soltó precipitadamente y dio un paso rápido y largo hacia atrás, negando con la cabeza.

Hermione abrió los ojos de golpe, un tanto confusa. Snape se había alejado tan súbitamente como la había besado. ¿Ahora qué le pasaba? Se mordió los labios, intentando darle un sentido a su comportamiento. De seguro se había arrepentido, pero ¿de qué le servía a esas alturas?

El Felix Felicis seguía haciendo efecto, por lo que no dudó antes de hablar:

-¿Qué ocurre?- inquirió. Snape le dio la espalda sin dejar de mover la cabeza hacia los lados. Hermione quiso acercarse, pero no le pareció lo mejor, así que se quedó donde estaba y esperó a que él dijera algo. Sin embargo, Snape parecía no tener intenciones de hacerlo. Y ella no iba a obligarlo a hablar, se quedaría ahí callada hasta que él se dignara.

El tiempo seguía transcurriendo con la misma lentitud, pero ahora era tenso, expectante. El hombre suspiró profundamente y se dio vuelta para mirarla. Hermione nunca lo había visto así, tan extraviado. Sus ojos brillaban, se veía triste. ¿Por qué? Le dio la sensación de que en cualquier momento él se largaría a llorar... y ello la sobrecogió.

Pero cuando habló, su voz sonó firme, como siempre:

-Tiene que irse- ¿Era una orden o una petición?

En efecto, tenía que irse, era tarde.

-Si quiere que me vaya...

-Tiene que irse- interrumpió Snape elevando la voz. Ya no lo soportaba, se sentía realmente mal. No quería darle esperanzas de nada. Él no la llevaría a ninguna parte más que al fracaso... y ella estaba destinada a más. Tenía que terminar con eso.

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