Capítulo Cuarto

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Hector iba sentado en la parte trasera del auto, eficientemente le habían enviado un chofer para recogerlo, los seis meses fuera de México hicieron que pudiera pensar las cosas, su vida iba por un rumbo que lo asfixiaba, un trabajo agotador en la empresa de su padre, una novia perfecta, que seguro quería matrimonio, pero como estar seguro de que eso era lo que quería para él, por eso huyó, terminó con Diana después de 4 años juntos, y emprendió un viaje en busca de respuestas, a preguntas que no conocía. Respiró hondo, recordó la sonrisa de Diana, y en como pensó que la amaba... Aún no podía descifrar que sentía, ¿sería capaz de darle lo que ella merecía? Quiso llamarla, pero su última discusión antes de irse lo avergonzaba.

<Flashback>

- No te entiendo Hector, pensé que me amabas

- Te amo, pero no sé explicar lo que siento, me siento... 

- Se sincero conmigo, no te guardes nada... - Diana lo miraba ansiosa

- Me siento acorralado, asfixiado, no puedo respirar en esta relación... Dime que tu no sientes lo mismo... Llevamos cuatro años, y estoy seguro que cualquiera creería que la conclusión mas lógica sería el matrimonio, pero realmente... No sé si quiero casarme Diana. 

- ¿Por qué no me habías dicho que te sentías así? - Diana se dejó caer sobre el sillón, su rostro mostraba una gran tristeza y su voz temblaba. 

- Porque no quería herirte... Cada vez que venía a dormir acá, sentía que perdía mi individualidad

- No era mi intención...

- Claro que no querida, lo sé - el se arrodilló ante ella y buscó su mirada con ansiedad, sabía que la lastimaba - pero esto que siento... Debo resolverlo, y contigo a mi lado no puedo... 

- Por eso te vas... Pero no tenemos que terminar... Puedes irte y cuando vuelvas - ella le tomó las manos y las sintió tensarse. 

- No te haré promesas que no cumpliré. 

<Fin del Flashback>

Diana lo había amado, y el había desestimado el poder de ese amor, cuando estuvo fuera se sintió tentado a regresar y decirle que había descubierto cuánto la amaba... Pero ahora no sabía si habría otra oportunidad, pero de tenerla no la desaprovecharía. 

- Llegamos señor. 

- Gracias Arnoldo. - Hector entró a la Mansión San Roman y allí estaba su familia esperándolo. 

- Bienvenido a casa hijo - Esteban envolvió en un fuerte abrazo a su hijo, dándole un beso en la mejilla. - ¿cómo estuvo tu viaje? 

- Muy bien papá, sin complicaciones y muy rápido. 

- Dejame abrazarte - Antonieta abrazó a su sobrino - estás muy guapo. 

- Hermanito hermoso - Estrella se lanzo a los brazos de su hermano - te extrañé. 

- Yo también enana. - Alejandro entró a la mansión en ese momento - pero mira quien esta acá... Pensé que no habías venido a recibirme. 

- No me perdería por nada del mundo darte una paliza en el ajedrez. - los hermanos se abrazaron. - ¿cómo estuvo todo por allá? 

- Excelente pero ya extrañaba mi casa

- Pues no te vayas más... Iré a ver que todo para la cena este en orden. - dijo Antonieta saliendo del salón. 

- Hijos, quiero presentarles a un ejecutivo que esta haciendo negocios con nosotros, Gerardo Salgado, Gerardo estos son mis otros hijos, Alejandro y Hector. 

- Un gusto conocerlos - los hombres se estrecharon las manos 

- Mis hijos también trabajan en las Empresas San Román, así que como verás mi negocio es familiar 

- Lo que supone una ventaja, la procesadora que está haciendo negocios con nosotros es de un hombre que como tú, tiene una numerosa familia. Loreto Guzman y su esposa, tienen tres hijos, solo Emiliano ha estado interesado en sus negocios, pero es un hombre convencional. La semana que viene podrás conocerlos, van a establecerse en México un tiempo. 

- Perfecto, le pediré a Antonieta que se encargue de hacerles un agasajo, sera acá en mi casa. 

- Muy bien, se lo comentaré. 

- Ya podemos pasar al comedor, todo esta listo para cenar. -Todos se dirigieron al salón, los jóvenes entre risas y conversaciones. 




Hacienda Guzman

- Todo esta listo para irnos, el viernes nos iremos su madre y yo, Fernanda y MariJo se quedaran hasta tanto yo se los indique, y Emiliano nos alcanzara el sábado. - Sentados en la mesa cenando, Todos escuchaban a Loreto - ¿Alguna duda? 

- ¿por que tengo que irme a vivir a México? - MariJo estaba enojada, Inés la miró con tristeza, recordando las duras palabras que le había lanzado esa mañana 

- Porque es importante para esta familia, hay muchas situaciones económicas que resolver, - con una severa mirada calló alguna otra protesta, al ver a Inés levantarse de la mesa preguntó - ¿a dónde vas? 

- Estoy cansada y me voy a recostar 

- Sientate... - al ver que no obedecía repitió - Sientate

- Dejala ir papá, de igual manera es como si no estuviera - Dijo Fernanda con fastidio y Emiliano interrumpió a su hermana 

- Deja a mamá en paz, si quiere retirarse que lo haga. - Inés miro con amor a su hijo - ve a descansar mamá, cualquier cosa que papá quiera hablar contigo lo podrá hacer después, ¿no es así papá? - 

- Esta bien, vete - Loreto la miró e Inés supo que este acto de rebeldía le costaría caro. 




Días después... ya en México, la cena en casa de los San Román resultó algo más que una cena, Antonieta realizó una fiesta que no solo daría pie al inicio de los negocios de Esteba. Sino serviría de bienvenida de Hector, y la oportunidad de Antonieta de destacarse ante Esteban, y que al fin pudiese verla como una mujer que le convenía como esposa. Respiró profundamente y ataviada en un vestido verde fue a revisar que todo estuviese en orden.

La fiesta fue realizada en el jardín... Los invitados eran recibidos y asignados a sus mesas. Loreto e Inés llegaron acompañados de Gerardo Salgado. Les ofrecieron unas bebidas y charlaban esperando conocer al anfitrión Esteban San Román. 

Del otro lado de la fiesta.. A pocos metros...

- Deborah será mejor que dejemos esta conversación para .. - Esteban se quedo mudo, palideció y su corazón se paró brevemente para dar paso a un galope estruendoso. Los oídos le zumbaban 

- Esteban, ¿te encuentras bien ? Parece que hubieses visto un fantasma - Deborah no se imaginaba lo cerca que estaba, Esteban sintió que se le secaba la boca, tenía que estar alucinando, cada día estaba peor... Allí estaba ella.. Con un hermoso vestido rojo, que se pegaba a su piel como un amante, los hombros descubiertos, el cabello suelto, tomaba una copa que le ofrecían y tomaba un sorbo mientras observaba la fiesta, el no podía quitar la mirada de esa mujer seductora que lo atormentaba día y noche, el impacto fue aún peor cuando ella posó sus ojos verdes en el, por un momento pensó Esteban "Quizás morí y estoy en el cielo... O en el infiernotuvo la osadía de sonrojarse y desviar la mirada, y Esteban emprendió el camino hacia ella, dejando a una Deborah estupefacta... Caminó decidido, pensó quizás si es una alucinación desaparecerá, pero no fue así, a medida que se acercaba su corazón latía mas rápido. 

- Ah, acá esta el anfitrión, Esteban, te presentó a Loreto Guzman, y su hermosa esposa.. 

- ¿Esposa?

&quot;La Sombra del Dolor&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora