Capítulo Undécimo

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- ¿Qué le parece la casa?

- Me parece muy bien, ¿cuándo podemos ocuparla? 

- Hoy mismo si lo desea

- Bien, entonces terminemos el papeleo. - Inés había dedicado la mañana a buscar un lugar dónde establecerse, se había levantado con la firme convicción de que encontraría la verdad a todo el enredo que había surgido en su vida. Sus hijos llegaban a México hoy y ella se moría por verlos. Más tarde ese mismo día, y después de haber avisado a Loreto la dirección de la casa que ocuparían, preparó una comida de bienvenida y se sentó a esperarlos, mientras hacía una lista en su diario de cómo se organizaría para descubrir la verdad. Su primera tarea sería hablar con su tía. Llevaba rato anotando cosas cuando escuchó voces en la sala. 

- ¿Acá vamos a vivir? 

- si María José, ya basta de quejarte

- No quiero vivir acá. 

- Yo tampoco papá. - Fernanda estaba igual de enojada que MariJo

- Se van a tener que aguantar

- Hola... Que bueno que llegaron

- Mamá...- Emiliano se acercó a su madre abrazándola y dándole un beso en la frente - ¿cómo estás? 

- Muy bien hijo, ¿y ustedes? ¿No vienen a darme un abrazo? - Fernanda se acercó y abrazó a Inés, notaba a su madre diferente y eso le gustaba 

- Te extrañé mi amor. 

- ¿De verdad? 

- Claro que si. - Inés besó a su hija en la mejilla y la apretó con fuerza. 

- Ya basta de arrumacos. - Inés lo miró con cólera 

- Deja que yo me ocupe de los arrumacos que les doy a mis hijos. Ven MariJo, dame un abrazo

- No me apetece, ¿dónde esta mi habitación? - Inés suspiró y trató de no sentirse mal, pero el corazón le dolía cuando María José la trataba así. 

- Es la primera a la derecha el subir las escaleras. - Inés le envió una sonrisa que la adolescente desdeñó. 

- ¿Quieren comer?... Preparé...

- Ya comimos mamá... Discúlpanos

- No hay problema hijo, debí suponer que ya habrían comido algo, guardaré todo. Porque no se instalan todos y luego platicamos, ¿vale? - Fernanda subió a su habitación.

- Voy a tener una reunión con los de las empresas San Román, quizás más tarde mamá. - Inés dejo que su hijo plantara un beso en su frente y lo vio salir. 

- Así que por fin vas a hacer el contrato - le dijo a Loreto

- Me conviene... Y elegí a Emiliano porque la situación con San Román me fastidia, prefiero no verlo.

- Loreto... Hay algo que quería hablar contigo. 

- ¿De qué? 

- De mi hijo... Loreto te lo suplico devuélveme a mi hijo.... Dime si ya conseguiste a mi niño. 

- Aún no. Pero, ¿por qué el interés ahora? 

- Mi hijo nunca ha dejado de interesarme, tu me tienes atada a ti, y.... No quiero pelear, solo quiero volver a ver a mi hijo. ¿En qué orfanato lo dejaste? Porque no te aseguraste que lo recibió una familia... 

- Cuando sepa algo... Quizás te pida algo a cambio de darte la información, ¿qué estarías dispuesta a darme?

- Lo que sea

"La Sombra del Dolor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora