Capítulo Noveno

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Empresas San Román

- ¿Donde estuviste toda la mañana? Te estuve esperando para almorzar

- Tuve que resolver unos asuntos personales

- ¿Algo en lo que te pueda ayudar? - Deborah masajeó los hombros de Esteban con euavidad e imprimió un beso en su cuello.

- Deborah... Ahora no estoy de humor.

- Estás extraño desde la fiesta, ¿qué sucede Esteban? 

- No sucede nada, solo que en éste momento tengo otras cosas en las cuales pensar, y...

- Y no te importa lo que yo sienta - Deborah empezaba a perder la paciencia, Esteban la rechazaba y no podía permitirlo, en la fiesta estaba claro que discutían por la mujer vestida de rojo. 

- Te dije claramente que no estaba preparado para iniciar una relación seria, lo aceptaste.

- ¡Que cruel eres Esteban! es cierto; lo acepté, pero no imaginé que en dos días ya no quisieras verme. 

- Lo lamento Deborah,.. Pero no estoy preparado, Tengo que resolver asuntos importantes. 

- Tienen que ver con esa mujer... La de la fiesta, no lo niegues

- Así es

- ¿Quién es? 

- Mi esposa - Deborah se quedó boquiabierta y pestañeo varias veces. 

- ¿Qué dijiste? ¿Tu esposa? Esteban tu esposa está muerta - Esteban se quedó mirando al vacío 

- Ha regresado de la muerte... Y no estaré tranquilo hasta saber toda la verdad. 





Oficina de Héctor

- ¿Qué te parece esta cláusula? 

- Esta bastante clara, creo que podemos ajustar la numero ocho, siento que podría volverse en nuestra contra. - El teléfono de Alejandro sonó y el tomó la llamada

- Dame un segundo, Hola ¿cómo estas? - Alejandro se apartó a hablar frente a la ventana, de espaldas a Héctor. - Claro, me encantaría, ¿en el mismo lugar? Perfecto, estaré contando los minutos, un beso - colgó con una sonrisa en los labios. 

- Vaya, Te traen de un ala hermanito, quién es la afortunada - Alejandro miró a su hermano, consciente de que este momento tendría que llegar. 

- Quería decírtelo antes, pero he estado saliendo con Diana - Héctor sintió un nudo en el estómago. 

- Con Diana... ¿Diana Santos? 

- Así es - Héctor empezó a enfurecerse - Así que esperaste que me fuera para aprovechar la situación

- No fue así... Tu terminaste su relación, y ella estaba desolada, comenzamos a salir en plan de amigos, Héctor me empecé a enamorar sin darme cuenta. 

- Diana esta fuera de tu alcance, ¿cómo pudiste? Tú, mi hermano

- Héctor, sé que esto debe resultarte difícil de comprender... 

- ¿Ella esta enamorada de ti? ... Dime... - Héctor respiraba agitadamente y su voz subía cada vez mas decibeles 

- No lo sé.. Creo que me quiere y yo la amo. - Héctor lanzo un puño contra Alejandro, y le golpeó la mandíbula. 

- Vamos... Si fuiste muy hombrecito para meterte con mi mujer... Entonces ven y arreglemos esto.

- Hermano...

"La Sombra del Dolor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora