Capítulo Decimocuarto

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María se despertó sintiéndose muy mal, todo le daba vueltas y sentía mucha debilidad, hoy vería al médico, los dolores de cabeza eran peores y ahora los mareos y las náuseas empezaban a preocuparla. 

Loreto entró a la habitación de Inés sin llamar a na puerta. 

- ¿Por qué no tocas? 

- Eres mi mujer... Y ésta debería ser también mi habitación.... 

- No... Ya te lo dije Loreto, entrégame a mi hijo y entonces hablamos. 

- De eso quiero hablarte... El investigador encontró una pista

- ¿En serio? ¿No me mientes? 

- No te miento... Te lo dije Inés... Quiero que recuperes a tu hijo... Es cierto que lo hago por mí, porque tendré la oportunidad de tenerte, pero estoy arrepentido... Quiero que recuerdes la parte de mí que amaste y que te hizo casarte y tener hijos conmigo. - Loreto le tomó la mano y la besó suavemente. 

- Loreto... ¿Dónde esta mi hijo? - Inés aferró sus manos a la camisa de Loreto

- ¿Quieres ir conmigo a hablar con el investigador? 

- Si, claro. - Inés sonrió y Loreto respiró hondo, en el fondo sintiendo una culpa silenciosa. 





Mansión San Román 

- Antonieta, quiero hablar contigo... ¿Por qué le dijiste todas esas cosas a Inés? Yo no la estoy usando como sustituta, te prohibo que...

- Tu no me prohibes nada Esteban, yo solo Estaba diciendo una verdad, una verdad que tu debes aceptar, sigues obsesionado con María, y ahora usas a Inés buscando encontrar en ella a la María que te abandonó

- Eso no es cierto...

- Entonces explícame como es que apenas la conoces y ya dices quererla, no tiene sentido Esteban. Entiéndelo... Quizás si tus actos solo te afectaran a ti no me interpondría, pero estás hablando de hacerle daño a Inés que es inocente, y mis sobrinos... Qué pensarían ellos si supieran que su padre desea a su tía, la gemela de su madre.

- ¿Qué dijiste tía? - Héctor escuchó la conversación y no podía creer lo que su tía Antonieta decía - ¿Es cierto eso papá? ¡Contéstame! - Esteban miró a su hijo, No sabía que decir

- Hijo... Dejame explicarte

- Contesta papá, ¿estás involucrado con ella? ¿Con mi tía Inés? 

- Héctor... Tu eres un adulto, y puedes comprender algunas cosas, ven acércate y hablemos. 

- Quiero que me digas sí o no papá, es una respuesta sencilla. - Esteban respiró hondo y contestó 

- Si tu pregunta es si creo sentir algo por Inés... Entonces sí, es cierto. 

- ¿Cómo puedes papá? Es la hermana de mi mamá, su gemela.- Héctor estaba molesto. - ¿Ustedes han tenido algo? 

- Lo que haya pasado hasta ahora entre ella y yo; solo nos concierne a nosotros

- Pues te equivocas,... No solo es una mujer casada, sino que además es nuestra tía. Es igual a mamá, por Dios papá qué rayos piensas

- Te das cuenta Esteban, cómo afecta tus hijos esta situación, recapacita. 

- No voy a aceptar nunca que quieras sustituir a Mamá con una copia de ella. - Héctor sabía que estaba siendo injusto al hablar así de Inés, pero quería dejarle claro a su padre lo que pensaba.

- Hector, sera mejor que respetes. 

- Empieza tu a respetar la memoria de mi madre. - Hector salió enojado de la habitación y Esteban miro a Antonieta 

"La Sombra del Dolor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora