- ¿Cómo está?
- Ya le administré una dosis de antibiótico vía endovenosa, además una hidratación, aún está sangrando un poco; Rómulo, nunca he intervenido en tus asuntos, soy tu amigo, pero te vas a meter en problemas.
- Deja que yo me encargue de eso. Tu sólo asegúrate de que ella esté bien.
- Toma este antibiótico, debe tomarlo cada 8 horas, retira la vía cuando se termine de pasar. Y dale de comer.
- Esta mujer no está en calidad de secuestro.
- ¿Ah no?
- Bueno, admito que fue a la fuerza, pero la iban a matar, y no podía permitir que dejara de existir semejante mujer.
- ¡Ay Rómulo! - El medico le dio unas palmadas - ni que hacer contigo.
- Gracias por tu ayuda. - El medico salió y Rómulo entró en la habitación. Allí estaba ella, mirándolo con ojos acusadores. Un carácter encantador. - ¿Cómo te sientes?
- Dejame ir - Romulo suspiró y se sentó en el borde de la cama.
- Me pides lo único que no quiero darte.
- No nos conocemos, ¿por qué tu interés en mi?
- ¿Acaso no te has visto en un espejo? - una sonrisa burlona asomaba en los labios Romulo.
- La belleza física no lo es todo.
- Nunca había conocido una mujer que me hiciera desearla tanto. He respetado el acuerdo con Loreto porque no quiero hacerte daño. Pero al ver que esa loca quería matarte - Romulo encogió los hombros - no se me ocurrió mejor cosa que lo que hice.
- Eres cómplice de Loreto, eso te hace igual de loco que mi hermana.
- Eso no te lo discuto. Descansa esta noche y mañana podremos conversar.
- Me iré esta noche con o sin tu permiso.
- Suerte... Buenas noches.
Loreto estaba frente a la hacienda de Ancira, había dejado a unos kilómetros el auto, y caminó hasta allí, sacaría a María de allí, y con suerte no saldría muerto. Entró sigilosamente, llevaba un arma con silenciador. Lo que menos quería era alertar a los posibles guardias, ya que no sabía cuantos serían. Entró a la casa por fin después de escabullirse de dos vigilantes nocturnos. Comenzó a abrir habitaciones y la encontró. Recostada en una cama, dormida, Dios... Aun recordaba cuando la vio por primera vez, era un tentación, su cabellera negra caía en la almohada y ella respiraba con suavidad, la palidez de su rostro daba fe del cansancio. Loreto maldijo a Ancira y se acercó y posó una mano sobre la boca de María, la zarandeó suavemente y ella abrió los ojos, al verse sometida quiso gritar y se retorció.
- Shhhhhh... Soy yo, Loreto... Cálmate mujer - María se calmó brevemente al saber que era él, pero abrió los ojos y empezó a retorcerse de nuevo. - María... Calmate, o vas a despertar a todo el mundo y me van a pegar un tiro. Voy a quitar mi mano de tu boca, pero no grites.
- ¿Qué haces aquí? ¿Eres cómplice de este loco? Tenia que imaginarlo.
- Callate, podemos discutir todo lo que quieras después. Pero ahora nos vamos.
- ¿A dónde Loreto? - La voz de Romulo inundó la habitación al tiempo que encendía la luz. María abrió los ojos al ver que ambos hombres subían sus armas y se apuntaban.
- Dejala ir... Esto es entre tu y yo.
- Te equivocas... Al venir a pedirme ayuda para que armara tu historia de vida ficticia con María, hiciste que fuera mi asunto. Baja el arma. Mataste a dos de mis hombres. ¿Quién te crees?
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"La Sombra del Dolor"
FanfictionLas luces de la ciudad iluminan una noche lúgubre, una noche llena de recuerdos amargos, una copa de vino tinto ahoga las penas mas recónditas de un corazón que ahora se niega a amar; que murió 20 años atrás con la traición de quién mas amaba. La so...