Capítulo 13

236 28 0
                                    

Bien, después de una no-tan-larga espera, aquí está el capítulo.

Espero les guste, viene cargado de emociones jeje...

Y, cabe decir que, este capítulo está dedicado a mi querida "Mari Horan" por ser la ganadora del tercer lugar en el reto de los 30 días realizado en mi página Dragones de Berk e.e ¡Felicidades amiga! Espero disfrutes del capítulo, al igual que todos ustedes.

Frente a ellos, sobre el que alguna vez fue el escritorio de Estoico, se encontraban los pergaminos que contenían todos los planes de Drago.

—Esto es demasiado—Habló Hipo temeroso con forme más veía.

—Son planes de ataque para tres años—Dijo ahora Astrid de la misma manera.

—Drago no se anda con rodeos—Trató de calmar la tensión Brutilda.

— ¿Ahora qué vamos a hacer?—Cuestionó a nadie en particular Patapez—. Esto nos supera.

—Yo sé lo que hay que hacer—Habló ahora Brutacio aun desde su posición junto a la puerta llamando la atención de todos los presentes—. Hay que esperar a que Drago regrese y le damos su merecido.

Y todos lo ignoraron. Todos menos.

—No es tan mala idea—Murmuró Hipo pensativo.

— ¡Dos seguidas hermano!—Exclamó con entusiasmo la gemela—. Vamos con todo—Celebró.

—Hipo, debes estar bromeando—Le reprendió Astrid con seriedad.

—No, es decir—Comenzó a explicarse—, no me refiero a esperar a que llegue y atacarlo, más bien darle una advertencia. Ya nos hemos ocultado lo suficiente. Llegó la hora de demostrarle a Drago y a todo Berk que aquí estamos.

— ¿Qué tienes en mente?—Le cuestionó Astrid ahora curiosa.

—Aun no lo sé. Pero ya se me ocurrirá algo—Se excusó encogiéndose de hombros—Por el momento hay que anotar todo esto. Lo necesitaremos—Señaló los pergaminos sobre el escritorio al mismo tiempo que sacaba una libreta de entre sus ropas para comenzar a escribir en ella.

*O*O*O*

— ¿En serio creyeron que podrían atacarnos?—Dijo la estridente voz del hombre que los había capturado provocando escalofríos en todos los presentes.

Acto seguido vio como otra catapulta era disparada lanzando una roca hacia el barco en el que Kaira se encontraba.

Vio con horror como el barco se hundía, vio como todos saltaban para salvarse, y vio también como Kaira era golpeada por el mástil y caía inconsciente al agua.

—Kaira—Susurró con terror, tenía que ayudarla, ¿pero cómo?

—Arrójenlos por la borda—Ordenó con frialdad Drago Bludvist.

—S-señor—Intentó decir un curioso hombre—, ¿no sería mejor si los matamos?

—Es más divertido así—Sentenció y su fría mirada bastó para convencerlos de obedecer.

Y así, tanto Edzard como Rune fueron lanzados al mar justo antes de que los barcos enemigos partieran y el resto de los barcos aliados aparecieran para ayudarlos.

*O*O*O*

Los minutos pasaron e Hipo continuaba escribiendo. Todo iba bien hasta que ciertos hermanos cometieron un error.

—Uppss—Soltó Brutacio tras derribar por error la armadura que estaba junto a la puerta.

—Idiota, nos van a descubrir—Le reprendió su hermana golpeándolo en la cabeza.

La Última EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora