Capítulo 60

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Decido quedarme a dormir en el sillón para no empeorar la situación.

Me levanto y entro en la habitación. Me la encuentro enroscada en una esquina con la cabeza entra las rodillas y los brazos rodeándolas. Me acerco y me pongo a su altura. Oigo como solloza y suspira.

Pablo:
-Ana....  Digo con tono suave mientras le acaricio el pelo.

Levanta la cabeza y me mira.  Tiene la cara empapada y unas ojeras muy marcadas. Le limpio las lágrimas con el dedo y le doy un beso en la frente.

Pablo:
-¿Qué haces aquí?

Ana:
-Pablo tengo miedo. Dice con voz temerosa entre sollozos.

Pablo:
-No tienes que tener miedo, yo estoy aquí. Digo mientras le acaricio.
-Ven, vamos a sentarnos.

La ayudo a levantarse y nos sentamos en la cama. Le cojo las manos y noto como le tiemblan.

Pablo:
-Ana tranquilízate, parece que te va a dar algo.

Ana:
-No puedo tranquilizarme, no puedo!! Dice gritando.

Inmediatamente se levanta y se encierra en el baño. Yo la sigo y golpeo la puerta mientras grito para que salga.

Pablo:
-Ana sal!!

Ana:
-No quiero!! No quiero vivir, nada merece la pena!!

Pablo:
-No hagas ninguna tontería!!

De repente se hizo un silencio desesperante. Tras varios golpes conseguí tirar la puerta y vi algo que me aterró. Ana se estaba intentando quitar las grapas.

Pablo:
-Ana!

Le aparté las manos del costado y la abracé pero ella se despegó enseguida de mí.

Ana:
-Déjame!!

Pablo:
-No te puedo dejar Ana!! No puedo dejar que hagas esto!!

Ana:
-No quiero vivir con miedo!!

Pablo:
-Y no los vas a hacer! Yo te ayudaré en todo lo que pueda, lo superaremos juntos!

Esta vez es ella la que me abraza, llorando desconsoladamente. La levantó y la llevó al sillón. Le hago una infusión, se la llevó y me siento a su lado. El vaso tiembla tanto que parece que en cualquier momento se puede caer, la abrazo para tranquilizarla y parece que poco a poco lo consigo. Cuando termina de beber llevo el vaso a la cocina y vuelvo a sentarme a su lado. Pero esta vez me acuesto, hago que se acueste entre mis piernas y nos tapo.

Ana:
-Pablo....

Pablo:
-Shh, después hablamos. Ahora duérmete que has estado toda la noche en vela.

Sin decir nada se apoya en mi pecho y entierra la cara en mi cuello. No tardó nada en quedarse dormida. Yo mientras me puse a ver las tele.

El calor de tu sonrisa [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora