Capítulo 3

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– ¡Te dije que te comportaras este año! –le gritó su madre –¿¡Acaso estás loco!?, ¿¡Y si su madre nos demanda!?, ¡Tuve que salir del trabajo para arreglar la cagada que hiciste!

–Pero, mamá... –interrumpió Jason, ganándose una bofetada de parte de su madre

– ¡¡CÁLLATE!! –estalló su madre gracias a los nervios –¡Vete a tu cuarto, no quiero verte!, ¡LARGO! –apuntó las escaleras y Jason obedeció

Su madre se dio un par de vueltas en la sala de estar, se agarró la cabeza, se sentó en el sillón y sintió como la presión le iba en aumento cada vez más, su rostro se había puesto de un tono rojizo al igual que sus ojos. Se dirigió a buscar sus pastillas para dormir, una botella de vodka y se sentó en el sillón para tomarse dos pastillas del somnífero y beber un largo trago de alcohol. Dejó la botella en la mesita de café y se quedó dormida momentos después.

James despertó en el hospital dos horas después de haber llegado. Tuvieron que ponerle cuatro puntos de sutura en la cabeza y luego vendarla, mientras que a Dave le tocaron seis puntos y una venda más gruesa.

A ambos los dejaron esperando en la misma sala, en camas distintas. James estaría hospitalizado hasta que recobrara el conocimiento y el doctor pudiera estar seguro de que estaba estable. Mientras que Dave solo estaba esperando a que su madre terminara de hacer un par de papeleos para poder llevárselo a casa.

– ¿Cómo estás? –preguntó el pelirrojo al ver que su amigo se despertó

–Bien... ¿Tú cómo estás?

–Te dije que Jason es peligroso –atacó de inmediato, sin tomar en cuenta su pregunta

–Dave, por favor –suplicó, no quería tener que discutir con ese dolor de cabeza

–Por favor, nada. Si estamos aquí es porque a Jason le dio un ataque de locura

–Yo estoy aquí por el terror que le tengo a la sangre –contradijo

–A mi no me mientas. Tú quedaste en shock porque no creíste que Jason actuaría de esa forma y entraste en pánico... Él no es seguro... ¡Mucho menos para sí mismo!

–Si no quieres volver a verle, está bien... pero yo no dejaré de ser su amigo

– ¿Por qué no?, ¡No es un peligro sólo para nosotros cuatro!, ¡Para ti también lo es! ¡Es un peligro para sí mismo! –reiteró

– ¡Porque lo amo! –soltó debido a la presión –¿Está bien?, ¡Lo amo!, ¿Eso querías oír?, ¡Sí!, ¡Amo a Jason Newsted! –echó su cabeza hacia atrás y observó el techo blanco de la habitación –sé que debí haberlo dicho antes... –siguió, esta vez mucho más calmado –pero tenía miedo

– ¿De él?

–No... de...

No dejó que terminara de hablar, para levantarse de su lugar e irse decepcionado, caminó con la cabeza gacha hasta llegar a la puerta, no sin antes haber sido llamado por su amigo reiteradas veces, siendo ignorado en todas.

Se sentía sumamente decepcionado de su amigo. Sentía que hablaba con una pared. No se sentía valorado, ni mucho menos oído. Todas sus palabras, ya sean tranquilas o violentas, se quedaban en el aire. Y se esfumaban sin siquiera haber sido tomadas en cuenta.

Todo el esfuerzo no servía ni sirvió para nada. Y aunque no fuera tomado en cuenta, no planeaba rendirse, Jason debía largarse de una u otra forma.

Se sentó fuera de la sala de estar y observó a la nada. Intentando aguantarse las lágrimas de dolor y tragarse el nudo que se iba formando de forma tortuosa en su garganta. Odiaba a Jason. No importaba si era la felicidad de su amigo. Lo odiaba, y prefería que desapareciera a que siguiera haciendo más daño del que ya ha hecho.

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