Capítulo 26

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No sabe cómo, no recuerda nada.

Abrió sus ojos, estaba en el hospital.

¿Cliff, estás por ahí?

Se sentía un poco adolorida, Cliff llorando y sosteniendo su mano. Corinne movió la cabeza, sentía todo el cuerpo adormecido, las manos frías, pero el cuerpo tibio. Miró a Cliff algo embobada, que bueno era verle después de tanto tiempo. Amber estaba afuera del hospital, tomando café para calmar su ansiedad, aunque no sabía si la cafeína ayudaba o empeoraba. Se llenó el estómago con dulces de alguna panadería que se hallaba por ahí, comía como si no existiera un mañana, demasiado nerviosa, le importaba la vida de Corinne, pero ¿se darían cuenta del aborto? Los doctores le hicieron una seguidilla de preguntas, ella respondió con total honestidad. Aseguró no tener idea del embarazo y se enfocó en la idea de haber comido mucho pebre, intentando culpar en su totalidad al "aborto espontáneo" de este.

Los doctores no le dieron demasiadas vueltas, el exceso de comida picante durante las primeras semanas de embarazo eran peligrosas, así que asumieron que este sería el problema. Amber también les dijo haber bebido alcohol la noche anterior. 

Amber temblaba de nervios, sentada en una banca de madera. Sostenía su café entre sus manos con algo de temblor, intentaba controlarse, pero no estaba en condiciones. Se sentía feliz de que al menos Corinne lo había logrado, aunque no sabía que reacción tendría su pareja, ¿no había tenido la confianza de contárselo? sabía que ella jamás deseó ser madre, no estaba dentro de sus planes, y cualquiera que la conociera, sabría de esto, ¿sería que Cliff no le habría dejado tomar aquella decisión?, si esas eran sus sospechas, prefería dejar las cosas entre las dos, si tuvo la confianza de recurrir a ella y no a su marido-padre de la criatura, entonces era mejor guardar discreción respecto al tema.


Al pasar de una hora, Corinne ya se sentía muchísimo mejor, aunque mucho más adolorida, pensaba en qué diría, ni siquiera había abierto la boca y prefería guardar silencio, estaba demasiado tranquila, una conversación respecto al tema no era algo que deseara.

–No te preocupes –respondió Cliff ante el silencio, pensaba que tal vez, Corinne estaba demasiado avergonzada como para hablar –, no te preocupes –volvió a decir mientras besaba su pálida mano -todo va a estar bien, ¿bueno?

Corinne quiso entender esas palabras, "Todo va a estar bien...", ¿qué iba a estar bien exactamente? miró a su marido observar con los ojos llorosos, como si suplicase que dijera la verdad. Ella aún guardaba silencio. Un silencio que se le hizo bastante incómodo, se sentía atrapada, como si hubiera hecho una travesura y sus padres le hubieran descubierto, ¿debía mantener guardado su secreto o mentir el resto de su vida?

–Cliff –dijo ella atrayendo la atención del más alto.

–Cariño, no te preocupes, podremos tener otro.

–No –respondió a secas –, sabes que no lo quiero.

Al castaño se le llenaron los ojos de lágrimas, anhelaba un hijo con su alma, quería ser padre, sí que lo quería. Apretaba con fuerza la mano de Corinne, como si eso ayudase a Corinne a cambiar de idea, como si se aferrara a su anhelo de un niño jugando con él.

–Cliff, no fue aborto espontáneo.

El rostro de su marido se desfiguró. Él creía entender la situación, pero por otro lado se negaba a creer que ella sería capaz de una atrocidad así. Se observaron fijamente, Corinne se sentía algo amenazada, sabía que nada bueno ocurriría después de eso.

–¿Mataste a nuestro hijo?

–Cliff, déjame explicarte.

–¿Qué mierda me vas a explicar?, mataste a nuestro hijo, asesina, ¿cómo pudiste hacerme esto?

–¡Esto no se trata de ti! –respondió enfurecida –¡Qué egoísta eres! ¿Te das cuenta que jamás quise un hijo ni lo querré jamás? no es tu puta decisión, no vengas a intentar hacerme cargar con la culpa, yo jamás quise uno y sabías que esto iba a pasar.

–¿¡Qué mierda te pasa!? ¡Asesinaste a nuestro hijo!

En ese momento Cliff ya estaba bastante acalorado, observando con contenida rabia a su pareja, quien intentaba hacerle entender que ella no lo habría deseado jamás. Él soltó su mano, como pareja no habrían tenido demasiadas discusiones, pero esto era algo que no podría soportar, por lo que apenas se dio la vuelta y salió del hospital, no le dijo siquiera adiós, ni le dirigió una última mirada, estaba increíblemente decepcionado, sentía un horrible pesar en su pecho, un vacío increíblemente pesado, molesto y que le causaba una tremenda amargura. 

Se fue a casa intentando aguantar las pesadas lágrimas, sentía una dolorosa punzada en el pecho, se acostó a dormir en su cama, arropándose hasta la cabeza y dejando fluir el dolor, lloró horas, abrazándose a sí mismo, sintiendo la pérdida de un ser querido que jamás había conocido, de alguien a quien jamás sostuvo, el dolor era insoportable.


Cuando Amber vio a Cliff saliendo del hospital, se dio cuenta instantáneamente de lo que estaba ocurriendo, por lo que no quiso decir nada, mantuvo silencio a medida que le observaba pasar, y en cuanto se encontró fuera de su vista, corrió al cuarto de Corinne, ni se imaginaba lo destruida que debía de estar aquella mujer.

Corrió a aconsejarle, abrazarle, a ser ese apoyo que ella estaba necesitando. Le fue a ofrecer su más sincero apoyo y contención.

Corinne lloraba en silencio, cuestionándose su propia decisión.

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