Capítulo 9

165 29 17
                                    

–Dave –oyó a su madre tras la puerta, observó a su lado la pila de libros que tenía sobre el piso y los tomó

Dejó un par de lápices tirados sobre la cama y abrió un cuaderno al azar. Con lápiz en mano dirigió su mirada a la puerta y comentó

–¿Qué quieres, mamá?

La mujer abrió la puerta. Observó a su hijo sentado, al parecer había estado estudiando. Se acercó al muchacho y se sentó a su lado, acarició los dorados cabellos de su hijo y observó el cuaderno en blanco. No estaba estudiando.

–¿Estás bien? –preguntó la madre

Dave desvió la mirada. Jugueteó con el lápiz que yacía en su mano y se rascó la nariz. Últimamente había formado algunos hábitos en sí, cuando quería llorar se rascaba la nariz, cuando se reía se tapaba los ojos. Si iba estornudar se daba la vuelta, su madre se percató de ello, siempre descifraba lo que su hijo sentía, era como un libro abierto, sus pocas expresiones lograban decir lo que sentía.

–Sí, estoy bien –habló con la voz quebrada, sentía el nudo aprisionarle la garganta, sentía las lágrimas caer por su rostro aún así no cayeran aún

Se sintió humillado, débil, pequeño. Quería gritar, quería acabar con el dolor, extrañaba a su amigo, lo extrañaba como a ninguno, quería que estuvieran juntos, ya no le importaba si Jason era parte del grupo, sólo quería salir a jugar con Kirk, golpear a Lars con la pelota cada vez que tenia oportunidad. Tirar al barro a James y subirse sobre él para forcejear, ser regañado por Cliff. Extrañaba esa silenciosa presencia, esa risa atrapada en la garganta. Tirarse al piso por la falta de aire de una risotada. Extrañaba esos momentos, no le importaba su brazo herido, su corazón maltrecho, quería volver el tiempo atrás. Añoraba por volver a ver los días de risas, daría lo que fuera por una nueva discusión con Kirk al lado. No le importaba si Jason estaba involucrado. Quería a su amigo de vuelta.

– ¿Por qué nunca me di cuenta? –preguntó al aire –¿Por qué jamás nos dimos cuenta que Kirk necesitaba ayuda?, ¿tan egoístas fuimos como para despegar nuestros ojos de nosotros mismos?, al final todos fuimos responsables de la muerte de Kirk

–No, amor-

El golpeteo de la puerta de entrada interrumpió a la mujer. Se miraron entre sí algo sorprendidos. Ya eran casi las diez de la noche. Era bastante tarde.

La mujer se levantó y caminó hacia la puerta de entrada. Bajó las escaleras con cautela, observó por la mirilla de la puerta y se tranquilizó un poco al saber que era un amigo de Dave. Le abrió la puerta sin pensarlo dos veces y le hizo pasar.

– ¿Buscas a Dave? –el chiquillo asintió, entró a la casa y observó hacia adentro, no había nadie, subió las escaleras

Dave ordenó la cama, ya había oído la conversación, así que ya sabía que lo venían a visitar.

El castaño pasó por la puerta, Dave se sorprendió al ver al de ojos verdes entrar a su cuarto, se sentó y le hizo hincapié para que se acomodara a su lado.

–No pensé que querrías venir –comentó el pelirrojo

–Disculpa si te molesto, pero me sentía muy solo

–No te preocupes, yo ya estaba extrañando los viejos tiempos

–Yo me voy a dormir –dijo la madre cruzando el pasillo –no se queden hasta tarde

–No, mamá

–Tampoco es que tenga sueño –dijo Lars –no he podido dormir bien

–Ven, quiero sentarme aquí

Ambos se levantaron, rodearon la cama, y volvieron a sentarse, esta vez en el piso, observando la ventana. Se lamentaban el que no pudieran ver la luna desde esa perspectiva.

–Yo tampoco he podido dormir. Tampoco comer, ni siquiera he hablado con mi madre

–¿Cuánto tiempo ha pasado ya? –se cuestionó el más bajo –no es sano vivir encerrados lamentándonos el ayer

–¿Qué podemos hacer?, ¿salir y fingir que todo va perfecto?, no, gracias. Prefiero hundirme en mi propia mierda

–¿Deberíamos ir a clase?, hemos faltado demasiado, ¿no lo crees?

–No es como si fueran unas vacaciones, no la estamos pasando bien

–¿Qué tal si mañana nos reunimos? –propuso el ojiverde –intentemos distraernos, hablar, hacer otra cosa

–Eso sólo nos va a terminar deprimiendo

–Ya hablé con Cliff, también con James. Serás el único que faltará

–Entonces no me queda de otra

Se quedaron en silencio. Observando a la nada. Ambos cansados, Lars a punto de quedarse dormido, entonces se oyó el sorbeteo de la nariz de Dave. Lars le miró sorprendido, jamás lo había visto llorar.

–Cuanto lo extraño, no tienes idea de cuanto extraño a Kirk

VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora