Capítulo 20

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James se levantó a eso de las diez de la mañana, se dio una ducha rápida y vio a su pareja sentada en el comedor, desayunando un pedazo de pan duro con un poco de margarina y usando la misma bolsa de té que usó James para su té. Se dieron un corto beso en los labios, el rubio partió rumbo al centro de la ciudad en busca de algún buen trabajo, imprimiendo su currículo en el ciber más cercano y entrando en toda oficina que encontraba. Hablando con cada encargado de recursos humanos y tratando de verse lo más decente posible.

Tenía el cabello largo, enmarañado, no muy cuidado, pero sí bastante limpio, no olía a champú caro ni mucho menos a algún olor en específico. Lo traía acomodado detrás de las orejas y llevaba un colet desgastado en una de sus muñecas.

Intentó verse presentable, fue a su casa el día anterior en busca de las camisas de la escuela y su blazer azul marino, se acomodó la camisa dentro del pantalón y le pidió a su madre una corbata.

Se dio vueltas por toda la ciudad, pero no encontraba nada que le llamara realmente la atención, aun así dejó su currículo en cada lugar que encontró.

Se devolvió a casa de sus padres a eso de las cuatro de la tarde, con los pies adoloridos y las piernas cansadas, y su madre preparando una taza de té para recibir a su hijo, sabía que algo bueno se veía, ¿cómo es que su hijo, de apenas dieciocho años, había sentado cabeza y había comenzado a buscar un trabajo?, no estaba feliz de que haya dejado la escuela, pero se sentía tranquila, al menos, de que haya comenzado a mudar.

Al entrar a su casa, lo primero que hizo fue quitarse los zapatos, poner los pies calientes encima de la cerámica y esperar a que su madre se desocupara para hablar el tema que había dejado pendiente el día anterior.

–¿Mamá? –llamó sentado desde la sala de estar, la voz le temblaba, estaba nervioso.

–¿Dime? –respondió ella en un tono encantador.

–¿Podemos hablar?

La mujer se secó las manos, había estado lavando la loza sucia del almuerzo, se sentó cerca de su hijo y lo observó con dulzura.

–Mamá, tengo que hablar contigo de algo muy serio –dijo asustado, ya ni sabiendo por donde comenzar –t-tengo una novia, se llama Franchesca –esto, a la mujer le tomó por sorpresa, su rostro se endureció por unos momentos, eso no pintaba para nada bien, ¿Por qué se preocupaba tanto por ello?, ¿no era normal, acaso, que los adolescentes tuvieran novia?

La rubia mujer se rascó la cabeza, esperando a que James terminara de hablar. Estaba preocupada, muchísimo.

–Y la embaracé –soltó sin más

A la mujer casi se le cayó la mandíbula, observó a su hijo desconcertada, ¿cómo era así de insensible como para darle una noticia tan fuerte de una forma tan fría?, ¿Abuela? ¿iba a ser abuela?, ¿tan rápido?, pero si ni conocía a la niña, ¿era de buena familia siquiera? ¿Cómo sucedió todo eso?, sabía el cómo, pero no el cómo, creía que le había enseñado bien a su hijo, le había dicho como funcionaban los condones, las pastillas, ella las tomaba aún, a pesar de estar separada, pero eso no tenía que ver con ella, ¿james se habrá cuidado?

–¿Te cuidaste? –fue lo primero que le salió de la boca

James quiso mentir, quiso decirle que sí, que, si había ocupado un preservativo, que Franchesca tomaba las pastillas a diario, o que se inyectaba mensualmente o trimestralmente, pero sabía que había sido un irresponsable.

–No

La mujer levantó los brazos en señal de rendición. Ya iba a comenzar a estallar.

–Hombre, ¿cómo qué no?, ¿Cuántas veces te lo dije?, ¿Por qué nadie me escucha? Tú y tu papá fueron cortados con la misma tijera, ¿es que no piensas? ¿Dónde mierda tenías metida la cabeza? ¿Qué va a ser de ese niño? ¿Quién lo va a mantener? Claro, claro, por eso querías buscar un trabajo, al menos no lo vas a dejar tirado, porque... que vea yo que ese niño pasa hambre y los cocos te voy a cortar, que ni se te ocurra tener uno más, no, no, eres muy joven, James, ¿Cuántos años tiene esa niña? ¿y los padres? ¿ya saben los padres de esto? Tengo que hablar con ellos, ni siquiera conozco a la chica, ¿Qué mierda tienes en la cabeza? ¿tan difícil era ponerse un puto condón? Ay no, así es la juventud de hoy en día, las hormonas les pueden, se calientan y ahí andan, embarazando y embarazándose, ¿crees que tener hijos es muy barato? ¿crees que con un trabajo vas a estar bien? Tres trabajos vas a tener que encontrar, te guste o no, porque claro está que todos disfrutamos de tener sexo, todo el mundo la pasa bien, ah, pero cuando llega la hora de afrontar la situación, todos arrancan. Dime por favor, que a ese niño lo van a tener.

–Sí, mamá –se limitó a responder luego del discurso –Franchesca y yo ya hablamos al respecto

–¿Cuándo la voy a conocer?

–La traeré mañana –James suplicaba que a su madre no se le fueran los estribos, no quería ver como regañaba a Franchesca, no iba a ser un agradable momento



Hey, hola, como están?

Les habla Stephani, la autora.

Sólo quería venir a agradecer por todos los comentarios y el apoyo, disfruto mucho leyéndolos, me alegra que esta historia, que, inicialmente fue planeada para tres capítulos haya llegado al capítulo 20, no me lo esperaba ja, ja, ja.

Bueno, soy una persona de pocas palabras a decir verdad, lamento que hayan sido capítulos tan cortos, pero quiero centrarme en la vida de estos dos protagonistas (James-Franchesca y Cliff-Corinne), sé que muchos vinieron por el Jameson, pero no se preocupen, que esta pareja ya tendrá los reflectores encima nuevamente.

Sé que he estado publicando capítulos cortos en muy poco tiempo, pero quería compensarles por los años que he abandonado esta obra. Sé que es frustrante ver como una obra que te gusta no es actualizada.

Besitos en la nalga izquierda.

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