Capítulo 10

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El día estaba un poco más caluroso de lo que esperaban que estuviera. Tanto James como Cliff y Lars usaban short y playera de manga corta. Unas zapatillas de lona, y ni pensar de usar calcetines. Dave usaba un jean negro, arrepentido hasta la coronilla por haber escogido ropa oscura.

Caminaron un rato por la cancha de tierra que tenían frente a sus casas. Dave portaba el balón debajo de uno de los brazos y mientras caminaban al centro de la cancha trataban de animarse para jugar un partido de fútbol callejero. James se quedó en la portería, los otros intentaban hacerse pases para anotar uno que otro gol, pero se movían con pereza, el sol y el poco ánimo eran sus enemigos.

-Esperen, esperen -dijo Lars agachándose y sujetándose de sus rodillas -, estoy un poco mareado

El castaño no mentía. El sudor recorría su frente, su vista se nublaba de a tantos, la respiración se volvió pesada, y entre las gotas de sudor de su rostro, cayó un hilo de sangre de su nariz. Apenas logró volver a incorporarse cuando tuvo que arrodillarse, había perdido las fuerzas.

-¿Estás bien? -Cliff se le acercó -Lars, ¿Llamo a alguien?

-No, tranquilo -respondió el más bajo -ya voy a estar mejor

Dicho esto, Lars se desplomó, cayó al piso de bruces sin poder evitarlo, observó a su alrededor, la oscuridad le fue consumiendo la vista lentamente hasta apagarse por completo. Cliff llamó a sus amigos para poder cargarlo a casa, le dejaron en el sofá y esperaron a que despertara, no fue más de media hora el susto que habían pasado.

-¿Cómo te sientes? -preguntó su amigo

Lars apenas lograba centrar su vista, todo le daba vueltas, le dolía la cabeza, le retumbaba con fuerza, casi sentía poder oír los latidos de su propio corazón.

-Lars, ¿Dónde estamos? -preguntó Dave, quien se acercó a su lado, había visto un reportaje de medicina, sabía que preguntarle sobre orientación podía ayudar a saber si estaba estable mentalmente

-En... -el chico entrecerró los ojos, todo se veía doble y poco lograba enfocar -en mi casa, estamos en mi casa

Los tres suspiraron aliviados, Lars estaba mejor, no en perfectas condiciones, pero sí mejor.

-Creo que... -dijo James dando una leve pausa -deberías ir a revisarte, apenas lleguen tus papás debes decirles

-No -zanjó Lars -estoy bien, sólo un leve mareo

Cliff rodeó los ojos, se levantó y caminó a la mesita que portaba el teléfono de casa, indagó en la pequeña libreta y encontró un número: "Trabajo mamá". No dudó dos veces en marcar, sabía que Lars no hablaría, así que no quedaba de otra más que avisarles a sus padres.

-Cliff, deja ahí -le pidió el castaño, intentó levantarse, pero Dave le tomó del brazo y le llevó a sentarse

-Hola, buenas tardes, me gustaría hablar con Lone Ulrich, por favor

No tardó mucho en que Lars se molestara, ¿por qué lo había hecho?

-Cliff, no te metas en cosas que no te incumben -habló su amigo visiblemente molesto

Su amigo no respondió, sabía perfectamente que Lars estaba usando un tono bastante agresivo, tampoco le importó, se preocupaba más de su seguridad. James, quien estaba sentado a unos metros de distancia, observó a su amigo levantarse de su lugar, caminar a las escaleras e irse tambaleando hasta su cuarto. Dio un fuerte portazo y gritó:

-¡¡QUIERO QUE TE LARGUES DE MI CASA!!

-Hola, tía, soy Cliff -habló el chiquillo sin inmutarse -le llamaba porque hoy Lars se desmayó en la cancha. Intentamos jugar un partido y terminó por cansarse muy rápido, sí, sí, está bien ahora, aunque parece estar mareado, por favor, a la tarde llévelo a hacerse una revisión. Lo llamaría, pero no quiere siquiera verme. Claro, muchas gracias, nos vemos

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