Unidos mas que por el tenis-parte I

Contra reloj

Ryoma y Momo se fueron del instituto sin importarles que tenían clases en 5 minutos. Ryoma tenía mucha prisa por llegar a su casa ya que quedaban pocas horas para entregar la inscripción. Momo y Ryoma corrían hacia la casa del chico de ojos dorados.

Llegan a la casa de la familia Echizen:

-¡Ryoma!, ¿Qué haces aquí?, ¿No tienes escuela por la tarde?- le dijo su madre muy asustada por verlo en casa.

-Buenas tardes Señora Echizen- saludo Momo con una reverencia.

-Ah, Buenas tardes Momoshiro- le contesto Rinko- ¿Se escaparon del instituto?- pregunto de mala gana.

-Eee no, bueno si- respondieron Momo y Ryoma al mismo tiempo mirándose, no sabían que decir-

-Espero que tengan una muy buena explicación- miro a su hijo enfada.

-Mamá te prometo que te explico todo en la noche- le dijo Ryoma de manera suplicante - Momo vamos- lo guio el chico para subir a su habitación.

Entraron en la habitación y Ryoma se dirigió a su armario y busco la carpeta, no estaba, Ryoma saco todo el contenido de su armario, mientras Momo buscaba por toda la habitación.

-¿Estás seguro que la tienes aquí en tu casa?- le dijo Momo mirando a su amigo rebuscar entre el armario.

-Sí, deje la carpeta en mi armario- le dijo el chico de ojos dorados muy serio.

En ese momento alguien entra en la habitación.

-Buscas esto jovencito- le dijo Nanjiro a su hijo con la carpeta en la mano.

-¿Tu?, debí imaginar que me revisabas mis cosas- le dice Ryoma furioso -necesito esa carpeta-

-Mmm, así que has decidido ir al campamento- le dijo Nanjiro mirándolo fijamente.

-Dámela y sal de mi habitación, no tengo tiempo para ti - le dijo el chico de ojos dorados muy enfadado.

-Nanjiro deja de molestar a Ryoma y su amigo, necesitan hacer algo importante de la escuela- lo reprendió su esposa.

-No le has dicho a tu mamá- le dijo sombríamente el monje- Te doy la carpeta si le dices ahora jovencito, ¿aceptas el reto?- mirándolo a los ojos.

Ryoma lo fulmina con la mirada y diciéndole - que malo eres papá, está bien, pero podrías darle a Momo la carpeta mientras hablo con mamá-

Nanjiro se la da y sale de la habitación diciendo - esto se pondrá bueno- se ríe de su hijo.

-Momo busca lo que dice en la carpeta, ya vuelvo- le dice el chico de ojos dorados y sale de su habitación.

Cocina de la casa Echizen:

Nanjiro se sienta en la mesa para ver a su hijo enfrentar a su madre.

-Mamá, tengo que decirte algo- le dice Ryoma muy despacio.

-Claro hijo dime- le responde su madre en tono dulce.

-Volveré a Estados Unidos- le dijo el chico de ojos dorados mirando al suelo pues sabía que esa noticia le dolería a su madre.

Rinko lo mira a los ojos, triste por la noticia y le dice con tono melancólico- Pero acabas de volver del torneo-

Ryoma en ese momento comienza a explicarle todo lo del torneo y lo del campamento.

Al final de la explicación su madre solo le dice- ¿Por cuánto tiempo te marchas?-

-Volveré a finales de diciembre o principios de enero- le dice el chico de ojos dorados todavía con la mirada baja, no quería ver la cara de tristeza de su madre.

-¿Estás seguro que es lo que quieres hacer?- le dijo Rinko tomando la mano el chico para que la mirara.

-Este se sonroja pues no estaba acostumbrado a las muestras de afecto de su madre y le contesta- Si muy seguro-

-¿Y los estudios?- le pregunta la mujer poniéndose seria.

-Tendremos un tutor que nos mantendrá al corriente mientras estamos fuera- le dijo Ryoma ahora con prisa estaba retrasado con los documentos.

-¿Va Momoshiro contigo?- le pregunta su madre.

-Mmm no, con la nieta de la entrenadora Ryuzaki- Ryoma se lo dice en vos muy baja pues sabia la bomba que le soltaría su padre -podemos hablar después tengo hasta las 4:30 para entregar la inscripción le dijo el chico de ojos dorados a su madre.

-Llámame si necesitas ayuda hijo- Rinko le dedico una sonrisa a su hijo y no dejo que su marido comenzara con las bromas para Ryoma, le hizo señas de amenaza para que se quedara dónde estaba y no dijera nada. Ryoma se retira de la cocina.

Momo espera a Ryoma en la habitación, necesitaba que lo ayudara no encontró gran cosa entre tanto desorden que había en la habitación. Entra Ryoma.

-Oye Ryoma, tienes que llenar este formulario- Momo se lo entrega apenas entra, el chico de ojos dorados lo toma y comienza a llenarlo.

Después de un rato se rompe el silencio.

-Momo, podrías llamar a la entrenadora, necesito un dictamen médico resiente, las calificaciones del ultimo año del instituto, una autorización del director para faltar a clases y una autorización de ella para faltar al club- le dijo el chico de ojos dorados a su amigo pensando que pedían demasiado.

Momo toma su celular y comienza a llamar.

-La profesora Ryuzaki ya tiene todo, dice que se imaginaba que dejarías todo para último momento, que ese es tu estilo y me dijo que estamos castigados por una semana por faltar a clases y que recogeremos pelotas en el entrenamiento de mañana más 50 vueltas a la cancha- le dice el chico con todo dramático.

-Me debes un almuerzo por esto Echizen- le dice Momo en tono burlón.

-No importa- le contesto el chico de ojos dorados.

-De verdad que te gusta esa chica- le dice Momo entre risas.

Ryoma ignora el comentario.

-MAMÁ- grito este - podrías venir un momento-

Después de un rato su madre llega y le dice - ¿Qué pasa hijo?-

-Mamá, ¿dónde está mi pasaporte?- le dice Ryoma mirándola.

-Ya lo traigo hijo, ¿les falta mucho?, Son las 3:50- le dice su madre un poco preocupada.

-Ya solo necesito el pasaporte y la firma tuya y de papá- le responde su hijo.

Rinko sale del cuarto y regresa con el pasaporte y su marido.

-Aquí tienes hijo, ¿Dónde tenemos que firmar?- le pregunta su madre de forma dulce.

-No lo mimes tanto mujer, por eso hace lo que quiere- le dijo Nanjiro a su mujer.

Ella firma y le contesta a su marido enojada por el comentario- calla y firma que Ryoma tiene prisa-

Nanjiro firma de mala gana.

-¿Está todo listo Ryoma?, tenemos que volver pronto a la escuela o la entrenadora nos matara- le dijo Momo apurando a su amigo.

El mencionado salió de su casa con su amigo y los dos corrían para llegar a tiempo.