Inauguración.

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-Buenas noches- se despidió Inui entrando en su habitación.

-Buenas noches- contestaron Ryoma y Sakuno al unísono.

Los dos entraron en la habitación y se colocaron sus pijamas para irse a dormir. Mientras Ryoma se encontraba en el cuarto de baño, Sakuno se acomodó en su cama, tomo un pequeño cuaderno rosa y un lapicero para escribir en él.

Después de unos pocos minutos Ryoma salió, tomo su almohada y se acercó a Sakuno para acostarse junto a ella. La cobriza al ver la intención de su príncipe lo miro fijamente, dando un poco de espacio y colocando el cuaderno en la mesita de noche.

-Tu cama esta por haya- le dijo con voz divertida la cobriza.

-Enserio- le contesto el ambarino de forma despreocupada y a la vez dedicándole una sonrisa tierna.

Sakuno se sonrojo levemente al sentir el contacto de su príncipe bajo las mantas, este le tomo la mano con delicadeza y la acaricio por unos minutos con suavidad. Sakuno permaneció en silencio disfrutando del dulce roce de sus manos.

Ryoma se detuvo por un momento y presiono suavemente la mano de su amada para hablarle con delicadeza.

-¿Quisiera saber cómo te sientes?- le preguntó con tranquilidad.

-¿Cómo me siento con qué?- le preguntó con ingenuidad la cobriza.

-Mmm, con el torneo- le contesto Ryoma indiferente. Retomando las caricias en la mano de Sakuno.

Sakuno por un momento había olvidado que en la mañana comenzarían los partidos del torneo.

-EL TORNEO- dijo con voz sobresaltada.

Ryoma pudo percibir la rigidez y el nerviosismo de Sakuno.

-¿Acaso se te olvido que mañana comenzaba?- le preguntó Ryoma un poco sorprendido. –Me pareció extraño que estuvieras tan tranquila- le dijo con voz burlona.

Sakuno agacho la mirada y sus mejillas inmediatamente se tornaron de un rojizo intenso.

-No debí preguntarte nada- dijo el ambarino un poco disgustado consigo mismo.

-Ryoma- lo llamo Sakuno, el mencionado voltio su rostro para verla. – ¿Tú crees que podamos ganarles a los franceses?- pregunto Sakuno con nerviosismo.

-Por supuesto- le contesto este muy sereno.

-Me gustaría ser tan segura como tú- le dijo la cobriza cabizbaja.

Ryoma sin pensarlo pasó uno de sus brazos por el cuello de Sakuno y la acuno en su costado. –Tú eres maravillosa- le dijo en un susurro, sintiendo como sus mejillas se encendían levemente.

Sakuno se estremeció con las palabras de Ryoma. Mientras disfrutaba la comodidad del abrazo de su amado. Los dos permanecieron en silencio por un minuto hasta que Sakuno decidió romperlo.

-¿Tú crees que logre ganar los individuales?- le pregunto la cobriza sintiéndose insegura.

-Claro que los ganaras, además yo... estaré ahí apoyándote- le contesto el ambarino bostezando.

-Deberíamos dormir- le sugirió Sakuno con ternura, tratando de levantarse para apagar la luz del dormitorio.

-Cinco minutos más- pidió el chico de ojos dorados como si fuera un niño pequeño.

-Está bien- se rindió inmediatamente la cobriza. –Pero déjame apagar la luz- le pidió intentando zafarse del abrazo.

Ryoma tomo la pelota de tenis que Sakuno le había dado y la lanzo hacia el interruptor, complaciendo a su chica con su petición. –Listo, ya la apague, ahora sí puedo disfrutar de mis cinco minutos- le dijo con dulzura el ambarino.

Unidos mas que por el tenis-parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora