Bienvenidos a Nueva York

1.5K 66 37
                                    

Ryoma llego al departamento agitado por la carrera se había pasado de la hora que Will le permitió estar fuera, despacio abrió la puerta para no hacer ruido, pero al entrar se topó con su entrenador que lo esperaba con cara de pocos amigos.

-Ya era hora que el jovencito se dignara a llegar- le dijo Will con tono molesto al chico de ojos ámbar.

-Lo siento- se disculpó este a regañadientes con su típica voz fría.

-Tu siempre lo sientes, pero no cambias, cuando vas a dejar de ser tan insensato, que te cuesta obedecer una orden...- Will comenzó con su sermón, mientras Ryoma se perdía en sus pensamientos.

Pensamientos de Ryoma:

"¿Cómo será vivir con Ryoga de nuevo?, ¿El viejo dejara que viva con nosotros en Japón?, espero que sí, que dices desde cuando te interesa el idiota de tu hermano, admítelo te alegraría vivir de nuevo con él, pero si le dice que no, eso no importa, aunque le diga que no yo sé que mamá no permitirá que el viejo le dé la espalda"

-...espero que la próxima vez seas más responsable y por cierto no puedes pedir permiso de salir en dos semanas, anda ve a tu cuarto, apuesto a que alguien te espera emocionada- Ryoma escucho las últimas palabras de Will y sin decir nada se retiró del lugar.

Al llegar a la habitación noto que Sakuno no estaba, la busco en el balcón pero no la encontró por lo que se acercó a la puerta del baño, escuchando música dentro, por lo que fue a su armario y tomo la pelota que Sakuno le había dado en el aeropuerto antes de partir al Open US, se recostó en su cama y comenzó a lanzarla al aire, sumergiéndose de nuevo en sus pensamientos.

Pensamientos de Ryoma:

"Recuerdo que era tan divertido cuando Ryoga estaba en la casa, siempre me hacía reír. Lo que más extraño es cuando jugábamos por horas en la cancha de tenis. Es aburrido jugar solo contra el viejo, a veces me gustaría ganar (hace cara de enojo). Recuerdo la vez que rompí la foto de la abuela con una pelota, mamá se puso tan furiosa, odia que jugáramos con las raquetas dentro de la casa, esa vez Ryoga me salvo del castigo echándose la culpa (se sonroja). Espero que todo vuelva hacer como era antes."

Después de unos minutos Sakuno salió del baño, se había colocado los audífonos y solo estaba envuelta en una toalla rosa. Camino despacio hacia el armario tarareando la canción que escuchaba, sin darse cuenta de que Ryoma se encontraba ahí.

Ryoma escucho la puerta y aun lanzando la pelota al aire observo a su amada cobriza pasando frente a su cama, al ver que solo estaba envuelta con la toalla, se desconcentró haciendo que la pelota le diera en la cabeza. Ryoma se acarició la cabeza tomando la pelota para colocarla en la mesa de noche, miro a Sakuno por unos segundos embobado para luego levantarse de la cama con cuidado y sin hacer ruido.

Sakuno estaba de espaldas a él revolcando en su armario en busca de algo cómodo que ponerse, por lo que Ryoma de forma sigilosa se acercó a ella, para pasar sus brazos con suavidad por la cintura de la cobriza y así sorprenderla. Le quito uno de los audífonos y susurro con ternura –Que hermoso recibimiento-

Sakuno se sobresaltó, soltando un grito ahogado que Ryoma tapo con dulzura con su mano.

-Shh, tranquila solo soy yo- la tranquilizó Ryoma con delicadeza.

-No sabía que ya habías vuelto- le dijo la cobriza con voz algo nerviosa.

-Mmh- le contesto el chico acomodando su cabeza al hombro desnudo de Sakuno.

-Ry o ma, Will podría venir en cualquier momento- lo advirtió Sakuno un poco apenada.

-No estoy haciendo nada malo, solo estoy abrazando a mi novia- le dijo con una sonrisa el ambarino –Oh, ¿acaso no puedo hacerlo?- pregunto con malicia.

Unidos mas que por el tenis-parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora