El avión descendió sin problemas en la pista de aterrizaje. Una vez que nos indicaron que podíamos desabrocharnos los cinturones la gente se levantó de un salto. Yo me limité a bajarle el volumen a la música y quitarme un casco. Me remangué la manga derecha de la sudadera y me colgué la mochila al hombro.
Salir del avión no era nada espectacular pero la gente se arremolinaba alrededor de la puerta como si el avión estuviese en llamas y el último en salir moriría. Me levanté para salir al pasillo del avión cuando un chico se puso delante de mis narices y me choqué con él de cara.
–Mira por donde vas, capullo. –Le dije y me puse en la fila. Le recorrí con la mirada.
Tenía los ojos grises como un cielo a punto de empezar a llover, con pequeños pigmentos azules que se asemejaban a relámpagos. Tenía la piel pálida, pero no demasiado. El pelo negro como la noche. Tenía una mandíbula cuadrada, facciones perfectas y una ligera sonrisa. Llevaba un jersey de lana verde, pantalones negros y zapatillas blancas.
–El capullo tiene nombre. Me llamo Jack. – Me tendió la mano para que se la estrechara pero me limité a mirarla. La cola empezó a andar y Jack se puso detrás de mí.
–No hace falta que seas educado conmigo, no nos vamos a volver a ver en la vida. –Le expliqué y avancé un poco más.
–Nunca se sabe. –Respondió él y se encogió de hombros.
–Esta vez sí. No creo que vayamos al mismo lugar. –Jack se rió de mala gana y avanzó conmigo.
-Bueno, nunca se sabe lo que tiene pensado el universo para nosotros. Yo vine a...
–Me da igual lo que hayas venido a hacer aquí. -Le espeté y él sonrió.
–Bueno, tranquila, fiera. Parece que a la chica mala no le gusta la educación. ¿Tú qué viniste a hacer a Ithaca? -Me preguntó y yo me reí.
–Chica mala -Repetí-. ¿Cuánto hace que no ligas con una chica? ¿O ni siquiera has tenido novia?
–Claro que he tenido novias. Pero normalmente ellas ligan conmigo. -Me reí.
Ya estábamos en el aeropuerto y estábamos yendo a la cinta para recoger nuestras maletas.
–Arrogante. -Mascullé y él se rió. Se inclinó sobre la cinta y cogió tres maletas rojas.
–Nos veremos, chica mala. Te lo aseguro. -Se despidió Jack y se fué. Puse los ojos en blanco y recogí mis seis maletas negras. Las amontoné de la mejor manera que supe y comencé a arrastrarlas fuera.
Joder, en serio, como se nota que es Ithaca. Miles de taxis amarillos estaban dando vueltas y todos los recién llegados elevaban sus manos para conseguir un taxi. Me metí como pude entre la gente y elevé la mano mientras la movía. Estuve un buen rato trazando para que un taxi se parase y al fin uno se paró justo delante mía. Bajó la ventanilla y pude ver a un hombre sudamericano con un cigarrillo en la boca. Se lo retiró y se inclinó sobre el asiento del copiloto.
–¿A dónde?
–A la Cornell. –Respondimos yo y una voz familiar a la vez.
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Bad Girl Good Lips
Fiksi Remaja¿Quién dijo que las historias de amor no podían comenzar con un corazón roto? Brooke Hamilton, una chica mala de Clark, decide viajar a miles de kilómetros de su "hogar" para adentrarse en una nueva vida en la universidad. Pero no todo es de color d...