La luz del sol me daba de lleno en la cara, algo que me hizo revolverme en el lugar en el que descansaba y soltar un quejido mientras me ponía la mano en la cara para quitar la luz. Me extrañó que el sol diera en mi cuarto, ya que solo daba por las tardes. Entonces caí en la cuenta de que aun seguía en la habitación de Amelia. Esta se encontraba tumbada sobre mí. Tenía su mano entrelazada con la mía y con la otra en el otro lateral de mi cuerpo, encerrándome así con su cuerpo sin dejarme escapatoria. La zarandeé suavemente y ella soltó un gruñido a modo de queja.
-Vamos, Ame, tengo que ir a clase -Cogí el móvil del marco de la ventana y miré la hora. Eran las 7:30-. Ame, tengo media hora para vestirme y estar ahí, vamos. -Muy a su pesar Amelia se puso en pie y se apartó. Me puse en pie y ella se dispuso a doblar la manta que nos había resguardado del aire cada vez más frío. Le di un beso en la mejilla y subí velozmente a mi habitación.
Me di una ducha rápida y me peiné rápidamente. Me puse una camisa de cuadro roja sobre una lisa blanca. Unos jeans oscuros y una chaqueta de cuero. Cogí el skate y salí corriendo hacia la universidad. Tenía 10 minutos para llegar antes de que bigotes me pusiera una falta.
-ÁDIOS. -Grité para todas y corrí como alma lleva el diablo sobre el skate.
Me quedaban 5 minutos para llegar a mi taquilla, cambiar los libros y llegar a la clase, esto no iba a ser bueno. Los pasillos estaban desiertos cuando llegué así que hice una locura. Puse el skate en el suelo, recé a todos los dioses que conocía y me impulsé con la derecha. Las ruedas rodaban con soltura sobre los azulejos y no se escuchaba nada. Me agaché para que no se me viera en las ventanas de las clases, la verdad, esto molaba bastante. Llegué a la taquilla, cambié los libros y volví a salir pitando de allí.
Toqué tres veces a la puerta y entré. Al parecer el bigotes ni se había dado cuenta de que llegaba 5 minutos tarde. Me fui a sentar en mi sitio habitual cuando vi algo que me sorprendió. Lisa, la cual no estaba en nuestra misma clase, estaba sentada junto a Jack, mirándome con odio. Jack, por su parte, me miraba con una pena tremenda. ¿Qué demonios hacía esa zorra junto a mi hombre, digo, Jack? Supongo que sería una forma de hablar con él y joderme al mismo tiempo. Ag, ojalá hubiera madrugado.
Me senté al fondo y saqué mis apuntes de física. Jack me hizo una seña al móvil antes de mirar hacia delante. Ya que era nuestra familia la que pagaba la universidad no nos requisaban los teléfonos. Me metí en nuestra conversación, donde había varios mensajes.
>Lisa se me ha puesto al lado en la entrada y me está hablando, nos vemos en clase, a ver si me deshago de ella.
>Lisa ha entrado conmigo a clase, dice que tiene que terminar de contarme la estupidez esta y cuando llegue el bigotes se va.
>¿Dónde demonios estás? Quiero hablar contigo
>No te habrá pasado nada, ¿no?
>Genial, como no vienes Lisa se va a quedar aquí.
>¿Chica mala?
Básicamente estos eran los mensajes que Jack me había mandado mientras dormía o llegaba aquí. Sin embargo había uno muy largo nuevo.
>Lisa me está diciendo que quiere ir a una de las carreras de coches de Jackson. Nadie sabe que apareceremos allí menos Scott y Ryan, que hoy se lo explicaremos con más profundidad. Dice exactamente lo mismo que su mejor amiga, mi ex. No cree que deba llevarte a ti porque eres nueva en la ciudad blah blah blah. Así que le voy a estar dando largas toda la hora. ¿Qué tienes después? Para colarme contigo y que hablemos.
Pobre, realmente esa zorra le incordiaba muchísimo. Le respondí al ver que estaba en línea.
<Tranquilo, se le pasará. Después tengo biología con Amelia y Mates. Pero en mates me voy a ir con Chris y Apolo ver al de Economía nuevo que es un bombón. Pero tranquilo, tus abdominales tienen un lugar especial en mi corazón.
ESTÁS LEYENDO
Bad Girl Good Lips
Teen Fiction¿Quién dijo que las historias de amor no podían comenzar con un corazón roto? Brooke Hamilton, una chica mala de Clark, decide viajar a miles de kilómetros de su "hogar" para adentrarse en una nueva vida en la universidad. Pero no todo es de color d...