Capítulo 30

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Esta semana había pasado sin apenas problemas. Denunciamos al gilipollas que había drogado a Dory y ahora estaba siendo investigado por violar y drogar a un total de 7 mujeres. Una de ellas Dory, aunque por suerte no la violó. Esta se había levantado y pasado todo lo que quedaba de fin de semana con Jackie. Este se negaba a dejarla salir del apartamento y a ella no le dolía demasiado pasar el día entero abrazándolo. Thomas había venido a casa y Chris le había soltado una cantidad de trolas increíbles para que se creyese que Dory estaba visitando a sus padres.

   Yo me quedé en casa de Jack a dormir y dejé allí dos conjuntos y alguna ropa interior de muda, por si los pelos. Habíamos tenido una animada semana en la cual me había conseguido salir de Literatura –Que la odiaba- y me pude meter en diseño gráfico. La última que necesitaba para tener todas las de arquitectura.

   Ahora salíamos del partido de Thomas -El cuál habían perdido porque el señorito quería dedicarle un tanto a Dory y no la pasaba- y nos dirigíamos a la fiesta de la 12 femenina para un fiestón interesante. Además, como había prometido, me iría a pasar el fin de semana con Jack. Pensé que a Amelia le molestaría pero cuando se lo recordé, a demás de intentar ocultar sus celos, decidió invitar a Artemisa a dormir.

   Todas estábamos ya listas para la fiesta, así que fuimos directamente. Jack no había venido al partido porque tenía que terminar un trabajo para el lunes y quería tener el fin de semana solo para mí. Todas nos metimos en el coche Dory arrancó.

   -No comprendo por qué yo no puedo conducir. –Se quejaba Chris desde el asiento del copiloto.

   -Porque no ves la carretera por encima del volante de lo bajita que eres. –Se rió Dory. Chris la miró mal.

   -Cállate, bicho palo –Dory metió un frenazo, haciendo que todas nos impulsáramos para delante. Amelia y yo llevábamos el cinturón, por lo que no había problema. Pero Chris se lo estaba abrochando y salió volando. Se volvió a sentar mientras Dory arrancaba de nuevo, se abrochó el cinturón y se frotó la frente-. Dory, solo te advierto que no comas nada que yo cocine porque te aseguro que te habré escupido.

   -¿Entendiste, Dorothy? –Bromeó Amelia-. Nada de filetes quemados, patatas poco hechas o cereales con leche caducada en un mes por hacerle eso a Chris. –Esta se giró hacia Amelia, la cual se reía abiertamente y yo me contenía. Sabía que Chris estaba con la regla y no me apetecía ver a un Hobbit enfadado.

   -¿Te estás ganando a pulso que se lo diga? –Le dijo Chris a Amelia y ella se cayó en el acto.

   -No serías capaz.

   -Pruébame.

   -No, no, ya me callo, tranquila, no hace falta. –Dijo Amelia acomodándose en su lugar. ¿Qué mierda le pasaba? Y en ese momento recordé mis claras sospechas sobre que le gusto y supuse que Chris sabría de tema. ¿Cómo hacía Chris para saber cosas de todas y a penas pasar tiempo en casa?

   Llegamos a la fiesta andando, ya que decidimos aparcar frente a casa para no estar buscando aparcamiento, además, solo había que cruzar la calle y andar un poco. Lo primero que me llamó la atención es que la música se escuchaba desde la 24. A medida que nos acercábamos la noche se cernía imponente sobre nuestras cabezas y algunas estrellas comenzaban a ser visibles desde la acera.

   Caminamos tan seguras como a la primera fiesta que las cuatro habíamos asistido. Solo que ahora de una manera distinta, ahora éramos mucho más amigas. Me gusta comparar nuestra amistad con la que tengo con Max –El cual debería haber venido esta semana pero el su equipo perdió el otro partido y se salieron de la liga. De todas formas dijo que vendría la semana que viene- ya que con él tenía casi la misma confianza que con las chicas. La única diferencia es que con las chicas llevábamos conociéndonos casi dos meses ya y a él lo conocía desde hace seis años.

Bad Girl Good LipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora