Capítulo 13

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Antes de empezar la revisión media de Amelia me di una larga ducha de agua caliente. Me emocionaba bastante el pasar la noche con Jack y me parecía una buena recompensa por las horas de terror pasadas en el City. En cuanto salí me puse un pijama y me fui al salón, donde me esperaba Amelia.

   Comenzó limpiándome la herida de la rodilla. Escocia bastante pero intentaba soportar bien el dolor mientras Amelia me hablaba.

  -¿Y es la primera vez que haces esto? –Le pregunté y ella negó levemente mientras yo le daba una patada al aire por el dolor que sentí cuando la gasa tocó de nuevo la herida. ¿En qué momento decidí yo meterme en este lio para pasar más tiempo con un chico? Ah, ya recuerdo, cuando me perdí en su mirada aquel domingo por la mañana.

   -Broo, mi hermano se ha juntado con lo más malo, siendo ya él malo de por si y ha generado lo peor. Créeme cuando te digo que he curado heridas peores y con muchos peores recursos. –Me explicó y yo asentí.

   -¿Por esos siempre llevas un botiquín en el maletero? –Ella asintió y yo hice una mueca- Debe de ser duro tener que ser la hermana mayor de tu hermano mayor.

  -Lo es –Respondió-. ¿Tú tienes hermanos?

   -No –Respondí al instante. Y aunque tuviera ellos serian mis hermanos mayores, si no podía cuidar de mi misma cuando estaba con Anthony, ¿cómo iba a cuidar además a otra persona?-, mi madre se divorció de mi padre poco después de que yo cumpliera los 7 años. El trabajo de mi padre le obligaba a viajar y a mi madre le molestaba que nunca estuviera en casa.

   -¿Entonces no hablas con tu padre? –Quiso saber mientras vendaba la herida de la rodilla y pasaba a la raspadura del brazo.

   -Sí, sí hablo con él. Todos los sábados. Estamos casi una hora hablando. Llevo dos semanas sin poder hablar con él. Está en Oregón con un caso. No tiene tiempo. Le suele pasar. –Le expliqué. Ella asintió y dejó el brazo tras limpiarlo. Me cogió la mano derecha y la puso sobre la suya con un cuidado tremendo. La inspeccionó durante un segundo y me miró.

   -¿Cómo diantres te has hecho esto? –Exclamó-. Vale, lo de la rodilla lo comprendo. Podrías haber tropezado con algo o que algún resto se te cayera cerca. El brazo podría haber sucedido cruzando una esquina. ¿Pero los nudillos? Parece que le has pegado a una paliza a la pared.

   -Eso es exactamente lo que he hecho, Ame. –Amelia me miró sorprendida y apenada. Parecía que se culpaba que ella no hubiera estado ahí para salvarme.

  -Pues estas tardando en contar mientras te limpió la herida.

   -Ame, de verdad, estoy cansada. Quiero meterme en la cama y dejar de pensar en lo sucedido. ¿Sí? –Le dije y ella suspiró con fuerza. Colocó la gasa sobre los nudillos y me mordí el labio para soportar el dolor.

   -Quieres irte a la cama con Jack. –Oí que mascullaba mientras yo aguantaba un grito.

   Al final acabé contandoselo todo, pensaba que lo merecía. Al menos ella nos había ayudado. Era lo menos que podría hacer.

   Casi una hora después Amelia y yo nos encontrábamos viendo nuestros capitulos diarios cuando tocaron a la puerta. Me puse en pie de un bote, algo que a Amelia no le soprendió en absoluto. Abrí la puerta con ansia y me encontré con Jack. Llevaba una chaqueta negra de cuero –Sin camiseta debajo- y unos jeans oscuros. Además de unos tenis Nike y una mochila gris claro. Le sonreí.

   -¡Jack! –Exclamé y me lancé a abrazarlo. Él me correspondió el abrazo y nos separamos un segundo después- Pasa, pasa –Le dije-, tendrás frío. –Jack asintió. Cuando estuvo junto al arco del salón nuestras miradas fueron a la cara de odio de Amelia hacia Jack.

Bad Girl Good LipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora