El auditorio era una gran sala con paredes amarillas en el sótano de la universidad. Tenía unas sillas dispuestas en gradas con reposabrazos entre cada asiento. Un escenario de madera de roble ante nosotros con cortinas de terciopelo rojo y, en el fondo, escudo de la universidad. Todo, por supuesto, lleno de alumnos. Se veía bien como todos estaban un tanto inseguros pero yo sabía bien que eso no duraría mucho tiempo.
Las cuatro nos pusimos en uno de los asientos en medio y aguardamos a que la mierda esta empezase.
-¿Dónde están los Morgan? -Le pregunté a Amelia.
-Aquí solo habrá acudido el tercero. -Respondió ella. Estiré el cuello y escruté con la mirada el auditorio.
A ver, segun Christina, los Morgan estan muy buenos. Por un regla de tres donde hay chicos buenorros hay chicas con tanga. Vale, Brooke, busca a zorras. A mi derecha hay un par de chicos que no están nada mal, a mi izquierda un montón de chicas gritonas, un poco mas allá hay dos chicas rubias, claramente teñidas, espera, ¿a esa se le ve el culo? Ahí debe de estar el tercer hermano Morgan, el chico aparentemente bueno. Rubias, por favor, mover vuestro culo carpeta un poco para que lo vea. ¿Eso de ahí es pelo negro? Le veo la frente...
-Buenos días y bienvenidos, nuevos alumnos. -Me cago en ti. Estoy viendo tíos buenorros, viejo. Déjame con mi labor de llevarme una alegría.
El señor estropea el momento de ver chicos guapos llevaba un traje negro, camisa blanca, corbata roja y desde aquí no le veo los ptos zapatos. Era calvo como una bola de billar. Unos ojos negros como el tizón y al sonreír, aunque fuese ladeada, hacía que se le marcasen mucho las arrugas, dándole así un aspecto mucho mayor que el que seguramente tendría.
-¿Quién es este señor? -Le pregunté a Dory.
-Cállate y atiende.
Madre mía, Dory, estás como si te hubiese bajado la regla. Quise decirle, pero como buena desconocida me callé.
-La universidad Cornell está encantada de recibir a estas mentes tan brillantes como vosotros. Esperamos que en nuestras instalaciones os sintáis cómodos a la hora de estudiar. Pero no estamos aquí solo para estudiar, la universidad es una experiencia que solo sucede una vez en la vida. Podéis encontrar nuevas amistades, el amor, incluso. Y aquí, en la universidad Cornell estamos orgullosos de daros la bienvenida.
Todos comenzaron a aplaudir ruidosamente. Miré a Dory, que nos miraba pálida a Christina, Amelia y a mí.
-Chicas, tengo un problema. -Susurró lo suficientemente bajo para que no la escucharan y lo suficientemente alto como para que nosotras sí.
-¿Qué pasa? -Quiso saber Amelia.
-Código 3. -Se limitó a responder Dory y yo la miré como si pudiese tener un problema mental de verdad.
-Joder -Exclamó Amelia mientras se quitaba su chaqueta y se la pasaba a Dory, que se sentaba sobre ella sin pensarlo dos veces-. ¿Cómo es que aún no lo controlas?
-Em, chicas, las nuevas como yo no tenemos ni idea de que es esa mierda de código 3. -Dije. Amelia se inclinó para que solo la escuchase yo.
-La regla, inútil, le acaba de bajar la regla. -Abrí los ojos un mogollón y me puse pálida.
-¿Qué hacemos? -Preguntó Chris. En ese momento una idea apareció en mi cabeza.
-Lo tengo -Exclamé, bueno, lo que se puede esclamar en un susurro-. Voy a casa, cojo una compresa y bragas, y vuelvo aquí. Te paso el bolso y sales a cambiarte.
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Bad Girl Good Lips
Teen Fiction¿Quién dijo que las historias de amor no podían comenzar con un corazón roto? Brooke Hamilton, una chica mala de Clark, decide viajar a miles de kilómetros de su "hogar" para adentrarse en una nueva vida en la universidad. Pero no todo es de color d...