Capítulo 24

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El día había llegado, no había vuelta atrás. Hoy era la gala.

   Ya estaba peinada y maquillada por completo y Amelia me acababa de subir la cremallera del vestido. Nuestras elecciones eran realmente magníficas.

   Mi vestido era una palabra de honor largo –Ya que era algo muy importante, pues vendrían catedráticos que podrían ofrecernos trabajo en nuestro campo- que comenzaba en negro en el escote e iba bajando en cascada con una decoloración morada hasta convertirse en blanco. Unos tacones del mismo color y el pelo suelto y ondulado, pues así lo llevábamos todas.

   Amelia llevaba un vestido negro con un cinturón del mismo color. De esta salían dos tirantas que le daban la vuelta al cuello, dejando así su espalda al descubierto. Unos tacones también negros y su pelo caía en cascada sobre su espalda desnuda.

   -Estás increíble. –Susurró Amelia tras apartar el pelo de mi hombro para apoyar su barbilla.

   -Tú también estás fantástica, Ame. –Me estudió con la mirada frente al espejo.

   -Ya, pero tu vestido es mucho mejor que el mío. ¿Sabes donde quedaría bien? –Negué ligeramente mientras ponía una expresión de intriga- En el suelo de mi habitación. –Me comencé a poner roja como un tomate y ella sonrió por haber conseguido su objetivo.

   -Espero que no hables en serio. –Murmuré y ella rió. Yo seguía roja. ¿Qué mierda? ¿Desde cuándo mi mejor amiga es una jodida degenerada? Me dio un pico en el cuello y después apoyó sus labios contra mi oreja.

  -Hablo completamente en serio. –Acto seguido comenzó a reírse al ver cómo me ponía aun más roja.

   -Amelia Gaywik, eres una degenerada. –Bramé mientras ella seguía riéndose.

   -Dios mío, parecías un tomate –Dijo entre risas. Consiguió clamar la risa-. Pero no he oído un no.

   -¡¿De verdad me hace falta decirte que no?!

   -No –Respondió-, no si no lo piensas. Que Jack tenga cuidadito o al final te seduzco. –Esta vez sí que nos reímos las dos.

   -Tu céntrate en seducir a Artemisa, anda –Dije mientras me dirigía a la puerta-. Además, no lo conseguirías ni de coña. Soy hetero, ¿recuerdas?

   -Brooke, Brooke, Brooke –Espetó mientras se acercaba a mí con su bolso en la mano-, no existen personas absolutamente hetero. Si yo quisiera ahora estarías deseando comerme la boca como la semana pasada. –Bufé. Y yo que creía que Jake y Jackie se lo tenían creído.

   -Adelante, por favor, sorpréndeme. Es más, te hago un trato. Si consigues que deseé besarte no aguantaré los deseos. ¿Sí? Porque creo yo que la que está deseando comerme a besos eres tú. Además, soy muy ruda.

   A continuación Amelia hizo algo que realmente no esperaba que hiciera. Dejó su bolso en la mesa y en dos zancadas estaba obligándome a apoyar la espalda contra la puerta para que no estuviéramos excesivamente cerca. Puso los brazos a ambos lados de mi cuerpo para no dejarme salir y me volví a encender como un semáforo. Jode, en serio, que puto corte, la última vez que le digo a Amelia que no es capaz de hacer algo. ¡La última!

   -¿Ya tienes ganas de besarme? –Susurró y negué enérgicamente.

   -Por muy cerca que estés de mi no tendré ganas de besarte, Ame. –Sonrió de lado con superioridad y se acercó más.

   -Eso está por ver. –Murmuró mientras se acercaba. Tan despacio, mirándome a los ojos… Por un momento pensé en que pasaría si Amelia fuera Jack. Bueno, primero me reiría porque sería Jack en vestido, pero seguro que le hubiera besado ya con todas las ganas del mundo.

Bad Girl Good LipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora