Capítulo 1

5.5K 227 18
                                    

_____

Junio, 2001

Mierda, estoy muerta.

—¿Hola?

Estoy muerta... Y estoy en... No puede ser.

—Hola, ¿puedes oírme? —dice una chica, con palabras apresuradas y espolvoreadas con alarma.

Precioso, precioso ángel... ¿cómo...?

Si puedes oírme, no te muevas. Voy a pedir ayuda, ¿de acuerdo?

¿Qué? ¿Espera? Entrando en pánico, estiró mi mano y agarro su brazo mientras ella se marcha. Ahora me doy cuenta de que estoy yaciendo sobre mi espalda en la acera.

—Quédate, ángel —digo, con mi voz amortiguada por mi casco. Levanto mi cabeza para mirarla y me martillea ferozmente. Lentamente, vuelvo a bajar mi palpitante cuerpo hasta la dura superficie debajo de mí.

—Sólo iré a buscar mi teléfono al coche. Necesitamos llevarte al hospital. —Ella tira contra mi agarre y la suelto. Ahora escucho sonidos de pasos corriendo acercándose.

—Ah, mierda, ¿qué le pasó?

¿Por qué esta mi hermano aquí también?

—¿Qué...?

—Lo siento tanto —lo corta la chica—. Otro motorista intentó pasarme y estaba demasiado cerca, así que giré y... Oh, Dios, esta chica estaba tratando de evitarme y patinó sobre la acera. Todo esto pasó tan rápido, ni siquiera fue su culpa. Iré a traer mi teléfono.

Levanto mi visera sucia, apretando los dientes por el dolor quemante en mi hombro derecho.

—No, solo dame un minuto. —Su preocupado rostro está por encima de la mía.

—Tía, hombre, pareces toda desconectada. —Empiezo a levantar mi cabeza otra vez, ignorando el repentino y ligero desenfoque en mi visión.

Él suspira.

—De acuerdo, vamos a levantarte. —Sujetándome por debajo de mis axilas, Alex me ayuda a sentarme y luego se arrodilla detrás de mí con su rodilla contra mi espalda. Si sufro en silencio, saldré de este jodido sitio mucho más pronto.

Cuando me saco mi casco, el aire frío de San Francisco lame mi rostro. Oh, sí, eso está mejor. ¿Dónde está ella? Doy una visión general de mis alrededores, viendo una pareja de espectadores en el borde de la carretera, el semáforo más allá de ellos, pero no encuentro a la chica. ¿Dónde está?

Apareciendo delante de mí, cautivadores ojos marrones y... Pelo castaño. Largo como una cascada, hebras lisas y sedosas por debajo de sus hombros, hasta sus pechos.

Un ángel enviado especialmente para mi.

—Puedo pedirle al chico de allí que marque el 911 —le dice ella a Alex. Le echa un vistazo a mi rostro y a mi torso cubierto por una chaqueta, y rápidamente vuelve su atención a mi hermano—. No parece tener ningún arañazo, por lo que puedo ver, quizá sea sólo una contusión. Yo... Yo lo siento tanto, todo pasó tan rápido, y el patán que lo causó se dio a la fuga. Realmente lo siento.

—Oye, no fue tu culpa. Aunque tienes razón, no luce tan mal. Hermana, háblame, ¿estás bien? —pregunta él, sujetando mi brazo herido.

—Si, no llames a nadie, estoy bien. —le digo, pero mi mirada está fija en ella, agachada en frente de mi. El pequeño ceño entre sus cejas se suaviza y sus llamativos y llenos labios se curvan hacia arriba en las esquinas.

Es la sonrisa más dulce que he visto nunca.

—¿No estoy muerta? —le pregunto. No estoy tan segura de lo que es real ahora mismo, pero espero que ella lo sea.

—No, definitivamente no estas muerta. Si estuvieras muerta, entonces ambos lo estaríamos —dice ella, apuntándose a sí misma, luego a mi hermano. —Aunque estoy bastante segura de que no estamos muertos. —Se ríe por lo bajo.

Ella incluso se ríe como un ángel.

Empiezo a levantarme y Alex se levanta conmigo, siguiéndome. La ayuda no es necesaria, me duele la cabeza y el hombro, pero me siento bien, considerando todo. No puedo ver mi apariencia, pero estar borracha me ha dejado sentimientos muchísimo peor que esto. Y sobreviví a eso.

Cuando me levanto, puedo verla de verdad. Es un pequeño y bonito bulto caliente, apenas me llega a la altura de los hombros. Y, maldición, esa es una nariz adorable, con un pequeño pendiente conjuntado con un color rosa.

Ella está increíble.

—Por si acaso, ¿te doy la información de mi seguro? Ella parece estar bien, pero no sé la moto —le dice a Alex.

—Nada, no te preocupes por eso. Lidiaremos con las cosas — le dice él.

—Si estás seguro. —Su mirada incierta se gira hacia mi—. Espero que estés bien. —Ella se gira y empieza a caminar hacia su coche. Quiero detenerla, decirle algo, pero las otras personas se están acercando a mí ahora con preocupación.

Una vez más, me mira, antes de meterse en su VW Beetle Cabriolet blanco vintage.

Y justo así... se va.

Mi ángel sin nombre.

El pequeño apiñamiento de alarma de disipa, dejando sólo a mi hermano y a mí.

―¿Tío? ―le digo, con mis brazos extendidos a cada lado.

Sus cejas se aprietan.

―¿Qué?

―¿Por qué no le pediste la información?

―Podemos permitirnos ruedas nuevas, ella probablemente todavía esté en el colegio.

―No, no me refiero a eso.

―¿A qué entonces?

―¡Mierda! ―Me froto ferozmente mi rostro con ambas manos. ¡Arrrggggh! No es un buen movimiento, el dolor surge por mi hombro. Maldita sea.

―¿Cuál es tu problema? ¿Por qué debería...? Oh ―finaliza con una voz pequeña.

―Mierda, mujer.

―En serio, hermana, ¿cómo lo podía haber sabido? ¿Puedo perseguirla? ―sugiere él, apuntando a la dirección en la que se fue ella.

―Olvídalo. ―Camino para verificar el daño hecho a mi motocicleta.

¿Quién era ella?

If Only (Camila  y Tú G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora