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Me despierto primero, el brillo del sol me hace entrecerrar los ojos y protegerlos con la mano. Está silencioso, a excepción de algunos pájaros cantando en los árboles y unas voces débiles en la distancia.
Una vez que estoy totalmente arreglada, miro hacia abajo a Camila, durmiendo pacíficamente.
— Pastelito, despierta —le susurro al oído.
Su entrecejo se frunce y ella se mueve.
—¿Qué? —Es tan bonita y reticente. Apenas tuvimos una hora de sueño.
—Tenemos que levantarnos.
A medida que gira sobre su espalda y lentamente abre los ojos, la luz del día la golpea. Se cubre la cara con el antebrazo y sonríe en mi dirección. La dejo que se tome su tiempo para arreglarse. En el momento en que mueve su brazo, presiono mis labios contra los suyos.
Voy a besar a esta mujer todos los días por el resto de mi vida.
—Me vestiste —dice, mirándose en el interior del saco de dormir.
—Sí, todo ese contacto piel con piel encubrió el descenso de la temperatura durante la noche. Es por eso que nos puse en el mismo saco.
—Habría estado decepcionada si no me hubiera despertado en el tuyo contigo. —Ella se acurruca en mí como un gatito feliz. Realmente, deberíamos estar levantadas, pero a la mierda con eso.
—¿_____?
—Me encanta la forma en que dices mi nombre.
Ella se ríe, suavemente.
—No estoy segura de por qué, pero si eso te hace feliz.
Esto fue dicho con mucho afecto. Siempre sonaba así y siempre me ha gustado, pero nunca lo entendí. Ahora lo entiendo.
—¿Querías preguntarme algo?
—Sí, pero no tienes que responder.
—Adelante, te diré lo que quieras saber.
—Bueno...
—Adelante —la animo.
—¿Cuándo tuviste tu última novia? No Paige.
—Megan. Nos juntamos cuando teníamos dieciséis años y estuve con ella cinco años.
Ella se aleja lo suficiente como para mirar mi cara.
—¡Cinco años! ¿Hablas en serio?
Me río por el shock en su expresión.
—¿Es tan difícil de creer?
Ella frunce el ceño, asintiendo lentamente.
—Uh, sí, es... un poco difícil. ¿Qué pasó?
—Estuvimos bien en su mayor parte, pensé que la amaba. Después de unos cuatro años todavía estábamos yendo muy bien. Entonces su padre se levantó y se fue un día, inesperadamente, como si nada. Sus padres estaban felices por lo que ella y su madre sabían. Después que se fue descubrieron que había estado teniendo un romance con alguien que conoció en un viaje de negocios el año anterior. Un hombre.
Esas cejas delgadas se levantan.
—_____, ¿hablas en serio?
Asiento con la cabeza.
—Lo digo en serio, pastelito.
Ella parpadea unas cuantas veces.
—Lo siento. Por favor, continúa.
