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El apartamento esta lleno de gente que conozco de la zona y Hillsborough.
La música, seleccionada por Saffron, suena lo suficientemente fuerte como para exigir un volumen extra a tu voz si quieres hablar. Estoy de pie, en la barra de desayuno cargada con todo tipo de licores, con mi amiga A.J. La atmósfera de esta noche es impresionante.
Sucede que echo un vistazo a la puerta principal y noto a Camila y su charla con Gerard, Dane y Saffron. No se cuanto tiempo han estado allí, pero todos están riendo y hablando como si estuvieran bien familiarizados.
La falda con volados negra que Camila esta usando. Con las altas botas de tacón. Me hace agua la boca.
Visiones me golpearon como un rayo, pasando mi lengua por esas piernas suaves y sexys todo el camino hasta sus bragas y más allá. La chica es peligrosa y ella ni siquiera lo sabe. Eso lo encuentro muy atractivo.
Alyssa, el pollito con la que tengo algo no—exclusivo, esta de vacaciones, así que hablar con Camila esta noche va a ser fácil. A pesar de que no hay compromisos entre Alyssa y yo, no quiero faltarle el respeto al conocer a alguien más delante de sus narices. Quiero terminar con A.J. y caer de cabeza.
Camila ve mi acercamiento. —Hey, feliz cumpleaños para el miércoles— Dice ella, con esa sonrisa suya, añadiendo aún más encanto a su lindo tono.
—Feliz cumpleaños, _____— Dice Lauren.
—Gracias ¿qué es todo esto?— Pregunto, mirando hacia abajo y apuntando hacia las bandejas que esta sosteniendo.
— ¿Puedes creer que ella hizo esos? Hasta el último— Dice Dane, sonando impresionado.
Lo miro y luego a Camila — ¿Tú horneaste estos?
—Lo hice. Todas las fiestas de cumpleaños necesitan tener una torta sin importar la edad de la persona o las personas. Estos son mis pastelitos— Ella Sonríe. Me gusta ese detalle ¿Qué mujer de dieciocho años haría ―pastelitos‖ para una mujer y un hombre adultos y los llama por ese nombre? Me gusta que a ella no le importe. Ella solo hizo lo que quiso hacer.
Levantando la tapa, me acerco más para obtener una inspección. Un arcoiris de colores y decoraciones llenan el recipiente y poco a poco inhalo la dulzura de ellos. Camila es justo como sus pastelitos; bonita para mirar, de olor dulce y tan deliciosamente tentadora. Quiero saborear cada centímetro de ella.
Elevando mi mirada hacia sus ojos, me golpeó de nuevo por algo, al igual que aquel primer día en BalkArt. Ahora mismo, estoy cien por ciento segura que tengo que tener este pastelito.
La quiero hasta el punto de ser casi abrumador. ¿Qué mierda es esto?.
Dirijo mi atención a Gerard y Dane –Chicos, ¿No piensan que pueden ser educados para darle una mano a las jóvenes mujeres con esto?—
—Mierda, lo siento— Dice Gerard, alcanzando a asistir a Lauren.
—Agarra todo y sigamos con la conversación.
Tomo a Camila y nos dirigimos a dejarlo en la cocina abierta.
Mis invitados parecían sorprendidos pero contentos. En cuestión de minutos, la mayoría de las bandejas estaban vacías y ahora estoy sorprendida, una vez más, por la botella de Jack. ¿No hay nada sobre esta chica que no me va a impresionar?. Realmente parece como si hubiera sido enviada desde el cielo. Simplemente, no se porque yo no puedo tenerla.
Lau está Bailando con Saffron y Camila está aquí en la barra de desayuno conmigo, ella está bebiendo una margarita. Estamos solas. Obviamente no estamos totalmente solas, pero somos las únicas dos aquí.
