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La mirada de Camila y el rechazo de sus labios me dijeron cosas diferentes, ninguna de ellas buena. En el momento en que atravesé la puerta sus ojos me dijeron miedo, decepción e incertidumbre.
¿Por qué?
Nunca la he visto lucir de esa manera antes. Sé que es malo, me preocupó desde el momento en que la vi. Sus labios me dijeron que tenía que estar lejos de mí, ella me rechazó.
¿Por qué?
Al cerrar la puerta del dormitorio detrás de mí, Emily se levanta del sofá y se vuelve hacia mí... Y ahora lo sé. Mierda.
Tantas veces he tenido conversaciones con los chicos donde uno de nosotros se preguntaría qué haríamos si algo así llegara a suceder alguna vez. Pregunta estúpida, probablemente arrogante, ninguno de nosotros realmente pensó que podría suceder.
¡Muy jodidamente estúpido y muy jodidamente arrogante!
Este es un momento en que dices: —Nunca pensé que me pasaría a mí.— Realmente no creía que eso pasaría, siempre he tenido cuidado. Pero sí recuerdo un incidente de un condón rompiéndose, la única vez que me pasó. Mierda.
—Lo siento, por dejarte caer esto así, _____, pero no sabía muy bien qué hacer. No sabía que tenías una novia, nunca habría aparecido de esta manera. —Ella comienza a juguetear nerviosamente con sus dedos. Si yo no estuviera en estado de shock me sentiría mal por ella, pero no puedo creer lo que veía—. Tal vez me debería ir. Tal vez...
—No... Siéntate... mierda, Emily. —Me froto las manos sobre la cara. En este momento, no tengo palabras. Ella se vuelve y se sienta. Me acerco al sofá frente a ella y me desplomo de nuevo en él.
Nos sentamos durante bastante tiempo y hablamos muy poco, pero hacemos muchos intentos. Es probablemente que mi reacción sea lo que la está dejando en silencio. Quiero decir las cosas correctas, y hacer esto fácil para ella, pero ¿qué? ¿Qué digo? Hasta que puse ese anillo en el dedo de Camila, no había pensado en tener hijos en un futuro próximo. Siempre supe que los quería, en algún momento, pero todavía no y no con una mujer con la que sólo compartí un par de noches.
— ¿Es sin duda mío? —Una pregunta de mala educación, pero necesaria, no obstante.
Ella asiente con la cabeza, casi con simpatía.
—Tú eres la única persona con la que he estado desde mi ex. Estoy cien por ciento segura, te lo demostraré, si quieres. No espero que tomes mi palabra para ello, pero es tu bebé, _____.
Es tu bebé, _____.
Puse mis manos sobre mi cara de nuevo. Mierda. Lo que daría por haber evitado a esta mujer. Esa es una vez en la que realmente debería haber mantenido mi pene en los pantalones.
Tenemos una conversación incómoda, con el aspecto más importante permaneciendo sin cambios.
Emily está embarazada de mí.
