Lucy
Abrí los ojos aun con sueño. Mire la hora, 7:30 a.m.
Abrí los ojos como platos sorprendida, me levante corriendo pero las sabanas se me enredaron en los pies causando que tropezará golpeándome la cadera.
—Mierda... me saldrá un morete—suspiré levantándome rápidamente pero con cuidado de no volver a caer, tenía la piel demasiado delicada y con cualquier cosa se me hacía cualquier hematoma.
Entre a mi baño personal y me duche en 5 minutos, mis dientes limpios. De eso a nada... bueno, me coloque el uniforme con la toalla enredada en el cabello secándolo a duras penas. Me mire frente al espejo colocándome algo de máscara de pestañas, y algo de brillo labial solamente haciendo que resaltaran mis labios rosas, pellizque mis pómulos dándoles color.
Cuando revise que estaba completamente lista, mire el reloj, 7:50. ¡Mierda! Salí corriendo escaleras abajo, tome la mochila a la pasada y el celular de la mesa, tire la toalla al piso dejando mi pelo semi-húmedo caer sobre mi espalda. Sin pensarlo más salí corriendo directo a la escuela estrellando la puerta. Corrí a todo lo que mis piernas daban, no les mentiría, dolía correr tanto. Cuando llegue a la escuela sentí un enorme alivio, pare unos segundos a tomar aire pero el timbre me alarmo. Si llegaba tarde sería un retraso en mi expediente y no quería eso. Corrí de nuevo aunque las piernas me dolieran. Al entrar al salón todos me miraron sorprendidos, sentí mi cara arder, Sting me miro detenidamente de arriba abajo, como si me bebiera con la mirada, estaba sudando... tome aire tratando de controlar mi respiración.
Entré y bese la mejilla de Sting, corrí a mi lugar de nuevo y justo cuando me senté, la puerta se abrió dejando ver al profesor Macao. Suspiré aliviada y mire las clases. Tuvimos dos horas libres debido a que la profesora Mavis no vino debido a unos problemas que tenía.
Me levanté y camine hacía donde estaba Levy pero algo se interpuso en medio, Sting. Me tomo de la mano entrelazando nuestros dedos y sonrió malicioso.
—Por favor, presten atención —dijo en voz alta, todos nos miraron—. Les aviso que esta bellísima rubia ya tiene dueño, y soy yo. Así que todos mantengan alejados sus garras de ella. —Bravo Sting, te daremos un premio nobel por echarlo al debate.
—Sting...—Susurre de forma audible pero solo para mí, mire a todos lados buscando una escapatoria hasta que vi a Levy con los ojos muy abiertos, le hice unas cuantas señas que entendió a la perfección. Y en un descuido de Sting me tomo del brazo y salimos corriendo como rayos del aula.
Dejando atrás a un Sting muy confundido mientras estallábamos en risas.
—Gracias Levy, ¿v-vistes su cara? —apenas podía hablar de la risa.
—S-si —Levy estaba igual que yo, nos secamos las lágrimas que se escaparon. Escuchamos unos golpes fuertes contra algo metálico. Nos acercamos a la esquina del pasillo y miramos a donde doblaba, dos chicos estaban peleando estrellándose mutuamente en los casilleros. Mire a Levy sorprendida que solo miraba sin poder creerlo.
Nos acercamos poco a poco para poder diferenciarlos, espera... esa cabellera rosada, yo la conozco... Abrí los ojos sorprendida, me acerque corriendo sin pensarlo, escuche como Levy me gritaba pero no la escuchaba, los intenté detener poniéndome entre ellos dos pero ambos se abalanzaron lanzándose puñetazos mutuamente, estiré mis brazos a mis lados y sentí pechos duros y firmes, abrí los ojos y vi que no se alcanzaron a golpear, los empuje con fuerza causando que retrocedieran. Me acomode la ropa y los vi seria cruzándome de brazos.
— ¿Qué diría la Presidenta del Consejo Estudiantil si los viera... o si alguien le contará? —Ambos se estremecieron del miedo, mire a mi derecha encontrándome con el peli-rosa, me estaba mirando con esos ojos color jade penetrantes, le sostuve la mirada durante unos minutos hasta que de la nada apareció ante mí, ahora podía ver mejor su rostro, tenía uno que otro golpe en el rostro haciéndolo ver más varonil, sus ojos... logre ver su alma. Vi la tristeza, el dolor y un sentimiento de amor mezclado en ellos. No logre distinguir algo más ya que se había dado media vuelta perdiéndose al dar vuelta por el pasillo izquierdo. Lo mire irse sin decir absolutamente nada, volví cuando Levy me estaba zangoloteando.
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Amor Loco
Fiksi PenggemarLucy era hija única, y huérfana, sus padres le dejaron suficiente herencia hasta más allá de su muerte. Pero para todos era un bicho raro o una gema preciada solo por una razón. Era virgen. Algo muy raro en la actualidad para una chica de 20 años...