Capítulo 16

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Pov General

Natsu sintió una explosión en su interior. Los sentimientos lo desbordaron por completo. La felicidad. Alegría. Conmoción. Emoción. Amor. Lo atacaron tantos que era una lista completa, sin más el peli-rosa se acercó con pasos temblorosos.

Temía que esto no fuera más que una mala jugada de su mente, cuando llego al lado de la rubia, de Lucy, su Luce. La chica había movido la silla hacia un lado, pero Natsu se dejó caer de rodillas frente a ella, y le abrazo de las caderas con fuerza, dejando caer su cabeza en el regazo de la menor.

Lucy lo rodeo sintiendo también sus propios ojos llenarse de lágrimas. Las cuales dejo escapar. No necesitaban palabras ninguno de los dos, ese abrazo los mantenía completamente unidos, Natsu llorando sobre el regazo de Lucy, quien lo abrazaba con fuerza de los hombros y llenaba de besos su cabeza.

Era el momento perfecto, en esa privacidad, el camarero había visto la escena con ternura, pero pronto desvió la mirada dándoles privacidad.

Pasados los minutos, cuando ambos se calmaron, se levantaron lentamente, y se dieron lo que hace tres meses necesitaban. Un beso.

Uno lento, necesitado y con tanto amor que derramaban miel. Sus movimientos al mismo compás, mientras los brazos de la joven rodeaban el cuello del oji-jade enredando sus finos dedos en ese cabello rebelde que tanto amaba.

El mayor la abrazo completamente de la cintura y disfruto de esos dulces labios que hacía meses no probaba, apreciando cada caricia, cada tacto, cada segundo de ello.

Al separarse, unieron sus frentes en un encuentro de miradas. Sin esperarlo, comenzaron a reír por lo bajo. Sus ojos decían lo mucho que se amaban, deseaban y necesitaban el uno, al otro.

—Estas aquí... —Natsu al instante la cargo por donde la tenía abrazada, y dio varias vueltas con ella, escuchando esa risa tan preciada y oliendo de nuevo aquella fragancia de vainilla y chocolate, que tanto amaba.

—Estoy aquí... —susurró por lo bajo.

—Pero ¿cómo...? ¿Cuándo despertaste? —Natsu todavía estaba algo desconcertado, pero demasiado feliz.

—Hace dos días. ¿No te lo dijeron los chicos? —Natsu negó bajando un poco la mirada, descubriendo que, en el cuello de su chica, estaba el collar que pensaba regalarle en su cumpleaños.

—No importa, estas aquí conmigo en estos momentos. Y no me quiero separar de ti ni un momento. —Natsu la volvió a abrazar, hundiendo su rostro en el cuello de su amada, la cual siguió envolviéndolo en sus brazos. Acariciando aquella melena rosa con lentitud.

Pero el estómago de ambos rugió con fuerza. Rieron de nuevo, algo más fuerte.

—Venga, leamos la carta y ordenemos. —Lucy asintió ante las palabras de Natsu, esta vez el anterior nombrado le acomodo la silla a su chica. La cual le agradeció depositando un beso en su mejilla.

Al sentarse frente a ella, el mayor tomo su mano derecha con su izquierda, dejándolas encima de la mesa con los dedos entrelazados. Necesitaba tocarla de alguna manera, saber que no se desvanecería, y que fuera un maldito sueño.

El camarero le trajo la carta a cada uno, abriéndolas sobre sus platos, y comenzaron a leer. Como era de esperarse, Natsu se pidió todo el menú, y Lucy pidió un corte de carne Wagyu, bañado en su jugo, con tocino, champiñones y espárragos. Pidiendo a su vez para tomar un vino tinto.

Amor LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora