Capítulo 25

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Pov Natsu

Llevaba metido alrededor de 2 semanas en la habitación de Shelia. No he comido absolutamente nada en ese tiempo. Mi cuerpo había perdido el apetito. Más agua si bebía, del grifo, pero lo hacía.

No había hablado con nadie, ni siquiera con Shelia para disculparme por todo lo que le grite, mi mente estaba en blanco. No podía pensar más que en Lucy gritándome.

Mi madre varias veces vino, toco y hablo, pero no la escuchaba, me gire en la cama por quinta vez en lo que iba del día, no había abierto ni las ventanas, no quería luz, no quería nada. Solo pudrirme en mi miseria y dolor.

Aunque sabía perfectamente que eso no solucionaría absolutamente nada. Los toques en la puerta no me sorprendían ya, ni me alteraban en mi absoluto silencio.

—Natsu... —era Levy—, estamos abajo... por si quieres bajar.

No respondí. Sus pequeños pasos se alejaron, luego oí voces, cada vez mas altos y luego convertidas en gritos.

—¡Ya basta! —Era Gray,

La puerta jamás la mantuve con llave porque todos respetaban mi privacidad. Pero esta vez no fue así. Gray entro junto con Gajeel y Jellal, los tres eran perseguidos por sus novias.

—¡Levanta el culo, cabeza de chicle! —Me tape con las cobijas hasta la cabeza.

—Natsu, levántate. —¡Ja! La princesa venía a darme ordenes,

Hice un sonido ronco con la garganta.

—¡A la mierda! —Escuche a Gajeel quejarse y luego pasos pesados.

—¡No Gajeel! —Grito Levy, sentí como me arrancaban la sabana. Las chicas jadearon asustadas.

Si el mes en que Shelia no hablo, adelgacé, estas dos semanas en que no probé bocado, me hicieron ponerme aún más delgado. Estaba solo en shorts a la rodilla rojos. Gajeel me tomo de los tobillos y me tiro de la cama.

—¡Mierda cabeza de hierro! —Me intente levantar, pero Gajeel volvió a tomarme por los tobillos, jalándome hacia el baño, yo me intente aferrar a todo lo posible pero la debilidad en todo mi cuerpo por falta de las vitaminas y comida me hacía imposible resistirme.

Y los chicos no hacían absolutamente nada, cuando menos lo espere estaba bajo la regadera con el agua mas helada que en el polo sur.

—¡¡SANTA MIERDA REEDFOX!! —Intente salir de la regadera por un lado, pero me tomo por la cintura y me mantuvo bajo el agua.

Erza entro con los brazos cruzados.

—O te bañas, y alistas en menos de 10 minutos, para salir. O los chicos lo harán por ti. —Mire mal a Erza.

—¿Por qué no me dejan pudrirme en mi miseria? —Esta vez ya todos estaban dentro del baño mirándome tristes. Suspiré resignado. —. Esperen abajo.

Erza asintió y salió del baño con todos detrás de ella. En el tiempo acordado me duche, cepille los dientes y seque mi cabello. Con la toalla en la cintura salí del cuarto de Shelia, y fui al mío. Al entrar busque mi ropa. Colocándome unas botas de trabajo negras, un pantalón de mezclilla y una camisa negra pegada a mi torso —la cual me quedaba levemente floja—. Sentí el peso en mi muñeca derecha de la pulsera y la acaricie, la acerque a mi rostro, y deposite un beso en los pajarillos que tenía.

Ya listo salí de mi habitación y bajé las escaleras sin prisa alguna. Fui directo a la sala, todos estaban sentados hablando con mis padres, mi madre inmediatamente se levanto con una sonrisa de oreja a oreja, se acerco y me abrazo con fuerza. Le correspondí algo extrañado.

Amor LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora