Capítulo 23

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Pov Shelia

Hacía dos semanas que había tomado la decisión con Loke. Ahora en la noche nos iríamos. Y apenas el día de hoy hablaría con mis padres.

Por el momento estaba sentada frente al escritorio del maestro Makarov. Esperando a que llegará. Hoy mismo me daría de baja en la escuela. Escuché la puerta a mi espalda abrirse, unos pasos fueron por mi derecha y vi la cabellera blanca del maestro. Se subió en su silla, sin decir algo, recargo los codos en su escritorio y entrelazo sus dedos. Para luego quitar su semblante serio y darme una de sus sonrisas enormes, no pude evitar reír levemente.

—Dime pequeña, ¿qué necesitas? —Tome aire, espero y no se lo tome a mal el viejo.

—Abuelo... —así nos pidió que le dijéramos hace años—, necesito que me des de baja. Ya no estudiaré aquí.

Mire como su sonrisa poco a poco se descompuso. Pasando su semblante a algo triste, y molesto.

—Pequeña. Si es por lo que paso en tu presentación, te juro que encontraremos al culpable y le daremos el castigo que mere-

—Viejo —le corte de golpe—. Abuelo, no es por eso... Me di cuenta de que quien lo haya hecho no me quiere aquí, y la verdad, yo se detectar cuando alguien no me quiere cerca. Se que debo irme para evitar problemas... y nada me hará cambiar de opinión. —Makarov asintió cerrando la boca. Sin decir absolutamente nada abrió uno de los cajones de su lado, busco entre papeles, y saco una carpeta que tenía mi foto y mi nombre impreso en ella.

—Bien. Se lo testaruda que puedes llegar a ser. Y si crees que irte es lo correcto, lo entiendo. —Sonreí y me levanté de mi asiento. Rodeé el escritorio y abracé al maestro con fuerza.

—Gracias por entenderme... —el me correspondió el abrazo como pudo, segundos después me aleje, tome la carpeta y camine a la puerta, la crucé ya antes de cerrarla—. Adiós, maestro.

Cerré la puerta, y salí hacía la recepción, Mirajane estaba moviendo unos papeles junto a una señora vieja que estaba ahí. Bajé mi mochila de mi espalda colocándola en el suelo, me acuclillé y metí los papeles en ella. Cerré el cierre y volví a levantarme, trayendo conmigo la mochila y colgándola en mi espalda de nuevo. Crucé la recepción a paso rápido y salí al pasillo. Los chicos iban y venían. Camine por entre ellos directo a la salida ganándome varios saludos, o incluso burlas por lo que había pasado en la fiesta. Si, aún seguía siendo una de las mas populares. O eso decía el chismografo* de los chicos de aquí.

Justo al salir al estacionamiento, saque las llaves de mi BMW, camine unos metros hasta llegar a él y encontrar a Loke recargado en el capo. Sonreí sin poder evitarlo.

Su cabello naranja estaba hecho un alboroto como siempre, traía una camisa negra ajustada a su cuerpo, y un pantalón de mezclilla azul donde iba fajada la camisa. Junto con un cinturón negro. Llevaba unos zapatos de trabajo negros. Al verme, una sonrisa de lado —que debo decir que se veía sumamente guapo— se formo en sus labios.

Me acerque corriendo esta vez. El se paro recto. Just al estar enfrente de él di un leve salto y enrede mis piernas en su cintura, el me tomo por los muslos, y estampe mis labios en los suyos sin permiso ni delicadeza alguna. Enredé mis dedos en su cabello, y apreté levemente. Sus dedos se encajaron en la carne blanda de mis muslos debido a que llevaba un short muy corto. Sabía que le encantaba que hiciera eso, me separé del beso no sin antes morder su labio inferior.

—Joder Shelia, me vas a venir matando un día de estos —reí sin poder evitarlo. Me bajo no sin antes pasar sus manos por mis caderas y dejarlas en mí cintura. Deje mis manos en sus hombros.

Amor LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora