Capítulo 17

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Natsu

El aroma a vainilla y chocolate llego a mis fosas nasales con un gran respiró, me sentía feliz, completo.

Pero al abrir los ojos. Todo se derrumbó dentro de mí.

Mi brazo estaba abrazando a la nada, la noche pasada había sido solo un sueño... no había sido real. Sentí ese nudo en mi garganta, los ojos arderme con fuerza, y dejé salir las lágrimas, mi estómago era un agujero negro completo.

Al sentarme, recargué mi espalda sobre la pared detrás de la cama y cubrí mi rostro con mis manos, Lucy no había despertado. Todo fue un sueño. Su corazón se rompió de nuevo.

En eso, escuche como la puerta se abría.

—¡Natsu! —era la voz de Luce— Que bien que despiertas...

Alcé la mirada encontrándome aquellos ojos chocolate, ese cabello rubio completamente desordenado, y su cuerpo cubierto solamente por una de mis camisas blancas que le llegaban a medio muslo.

En sus manos traía una bandeja de comida, y yo sin esperar un segundo más me abalancé sobre ella, le quité la bandeja dejándola sobre el tocador más cercano y la abracé con fuerza. Mi cuerpo estaba temblando.

—Estas aquí...

—Claro que sí... —sintió aquellas suaves manos en su espalda, respiré necesitado aquella fragancia de su cabello y de su piel. Me había llevado el peor susto de su vida.

La alejé levemente para después dejar caer mis labios sobre los suyos sin soltarla aun, necesitaba probar esos labios. Dulces, tiernos, y jugosos labios.

Jalé su labio inferior con mis dientes levemente.

—Oh Lucy... —me separé pegando mi frente a la suya, las suaves manos de mi chica ahora me estaban limpiando las mejillas—. Al levantarme no te vi y yo... Pensé que todo había sido un sueño, que aún no habías despertado, pero aquí estas... tan hermosa y bella como te recordaba.

Ese hermoso color rojo coloreó sus mejillas, lo cual amé. Amaba hacerla sonrojar.

—Aquí estoy, y no me iré de nuevo...

Sin decir nada la abracé de nuevo con fuerza a mi cuerpo.

—Hoy iremos con mis padres, seguramente no saben que aun has despertado —Lucy asintió sonriendo.

—Jamás he ido a tu casa, me encantaría conocerla.

—Hoy lo harás —mi estómago rugió.

Lucy río con ganas, a lo cual la vi fascinado. Extrañaba ese sonido. Me palmeo el abdomen.

—Primero desayunas —sus manos se quedaron posadas más tiempo en el delineando cada detalle de mi abdomen marcado. Su uña iba y venía, poniéndome la piel de gallina. Segundos después termino con esa tortura, lo cual agradecí, que si seguía así no iba a poder retenerme mucho.

Tomé la bandeja que previamente dejé en el tocador y me senté en la cama, dejando mi espalda sobre la pared. A mi lado Lucy se dejó caer acurrucándose inmediatamente a mi lado, me estiré levemente para tomar el control remoto de la televisión de 55' pulgadas y la encendí sonriendo, dejando la película de los Muppets.

Tome una de las uvas que venía en el ramillete, y se la acerque a Lucy, quien enseguida la tomo con sus labios y se la devoró toda, a lo cual aleje mis dedos rápidamente o también se los terminaría comiendo. Y tenía ganas de conservar mis dedos todavía.

Amor LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora