Amor Loco

Capítulo 7

Lucy

Una semana había pasado ya desde que salí del hospital. Hoy era la fiesta de Levy y debíamos ir al centro comercial a comprar algo de ropa linda, era obvio. Mis golpes ya estaban casi sanados si era sincera, las pastillas y los cuidados de cierto peli-rosa hacían maravillas.

Mire la hora, las 6:30 y Natsu todavía no se levantaba. Yo en cambio ya estaba lista terminando de cepillarme en el baño, cuando salí al cuarto no había nadie en la cama, baje a la cocina y ahí estaba.

Sin camisa, descalzo, y a única prenda de vestir que traía era un short, estaba terminando de poner toda la comida en la mesa, su cabello rosa estaba despeinado para todos lados, pero su rostro mantenía una sonrisa hermosa...

—Buenos días Luce —dijo mirándome con esos ojos jade como un bosque bajo el sol.

—Buenos días Natsu, gracias por preparar el desayuno —bese su mejilla para después sentarme en la mesa—. Sube a vestirte que tenemos escuela, saliendo iremos al centro comercial por ropa para la noche. —el beso mi cabeza y subió a la habitación, cuando probé el primer bocado sentí que mi paladar estaba bailando.

¡Todo estaba delicioso! Deguste cada porción para después beber el jugo de naranja frío y recién exprimido.

Cuando acabe deje los platos en el lava traste y subí a mi habitación para encontrarme con una escena tan sexy.

Natsu estaba solo con un pantalón negro, descalzo, sin camisa y se estaba secando el cabello con una toalla dejándoselo aún más alborotado. Como si eso fuera posible.

Le chiflé a lo que se dio la media vuelta con sus mejillas rosas. ¡Se sonrojo! Se ve tan tierno.

—Ya casi estoy Luce —dijo colocándose una camisa blanca pegada a su cuerpo con el cuello en forma de "V" pero algo me sorprendió, en su cuello tenía una cicatriz bastante notoria en el lado derecho. Pero yo jamás la noté...

Me acerque y acaricie lentamente esa cicatriz con la yema de mis dedos, él se puso tenso ante mi tacto y no se movió en ninguna circunstancia. Cuando aleje mi mano el me miro de reojo esperando mi reacción.

— ¿Cómo te hiciste esa cicatriz? —sus pupilas se dilataron inmediatamente delatando un poco de su miedo.

—Una vez... asaltaron a mi madre y yo me interpuse, tenía 12 años, el asaltante tenía una navaja, me tomo poniendo la navaja en mi cuello. Mi madre entro en pánico y le dio el reloj y el dinero que traíamos. Yo me moví bruscamente logrando zafarme pero en el transcurso me corto el cuello, el asaltante huyo —la rabia lleno sus ojos—. Me llevaron al hospital, dijeron que casi me cortaba la yugular y que era una herida crítica, sane a los 2 meses, pero me quedo esta cicatriz como recuerdo.

Esa cicatriz lo hacía ver más varonil pero al oír la historia detrás de ella sentía que me apretaban el corazón. Natsu miro el reloj de su muñeca.

—Es hora de irnos —dijo recuperando esa sonrisa que te hacia perder el aliento.

—Deja me lavo los dientes —fui al baño, no tarde ni 5 minutos cuando ya estaba de vuelta, busque mi mochila pero luego recordé a Natsu y suspiré rodando los ojos.

Se la llevo, tome las llaves, mi teléfono y... eso es todo. Salí de la casa cerrando con llave, Natsu me esperaba con la puerta abierta del auto así que simplemente reí, era un necio. Subí tomando su mano a lo que cerró la puerta tras de mí.

Al llegar detecte tantas miradas que no me sorprendieron para nada en lo absoluto.

Cuando entramos al salón de clases descubrimos que no había nadie más que ciertas parejas besándose en diferentes lugares. Mi quijada se descoloco completamente.