Capítulo 24

193 23 14
                                    


Mas de dos semanas sin actualizar. Amores lo siento en serio, el teclado de mi computador esta fallando demasiado, y en lo que conseguía uno nuevo fue un problema. Luego cosas de mi familia, etc, etc, etc. Pero ustedes no están aquí para eso, así que no los distraigo más. Los amo y espero les guste este capítulo -muy sad- así que traigan los pañuelos.

Pov Natsu

Estaba haciendo garabatos en mi cuaderno, sentí que alguien me estaba hablando más y más alto en el oído. Volteé a ver a Lucy como estaba haciendo un puchero.

La verdad no le prestó atención porque en mi cabeza solo esta Shelia. Hace un mes que se fue sin decir palabra alguna, sabemos que se fue con Loke, pero al menos se hubiera despedido de mí. Un mensaje, por llamada. Varias veces le he intentado marcar y me manda directamente a buzón. O que el teléfono está completamente fuera de servicio.

Todos estaban preocupados, incluyendo a las chicas. Gajeel, Gray y Jellal apenas se están reponiendo de tremendo golpe al escuchar aquel día de boca de mi madre que Shelia se había ido. La verdad al principio no lo creí hasta que subí al cuarto de mi hermana y vi que estaba como lo dejo la primera vez que se fue hace años.

Sentí como mi pecho se comprimía como si estuviera en una aplanadora, arrancándome el aliento. Volví a reaccionar cuando Lucy movió su mano ante mis ojos.

—Natsu, ¿en qué piensas? —mire aquellos ojos de chocolate que tanto amaba ver.

—Nada... solo que pienso...

—¿Y no te dolió, cabeza de chicle? —ignore a Gray, lo cual dejo sumamente sorprendidos a todos,

—¿Escuchaste algo de lo que dije? —le sonreí a mi ángel rubia.

—No. Lo siento amor. —Ella solo asintió y me dio una de sus bellas sonrisas que me iluminan el día, lo cual me hizo sentir algo mejor, pero no lo suficiente como para poner a pelearme con Gray.

Algo dentro de mí me decía que había algo más. Shelia no se iría, así como así. Ella jamás habría hecho eso a menos que haya sido al menos de vida o muerte. Tendría que hablar con mis padres, y llevaría a los chicos conmigo.

El timbre resonó en la sala dando a entender que la hora de clase había acabado e iniciaba el almuerzo, la verdad el apetito poco a poco desaparecía. Ya no tenía la misma hambre feroz que antes. Y por causa de ello estoy adelgazando. Aunque debajo de mis ojos se podían comenzar a ver levemente mis ojeras. Había tenido pesadillas, donde Shelia era robada, secuestrada, dañada o incluso asesinada. O peor, en trata de blancas.

Tomé mi mochila guardando todas las cosas dentro, y al cerrar el cierre, me levanté, esperé a Lucy. Cuando se levantó entrelazo nuestros dedos. 

Apreté su mano y salimos del salón, recorriendo los pasillos hasta la cafetería, el día de hoy estaba excesivamente llena, los días anteriores no había estado así, más los estudiantes estaban arremolinados en sus grupos, mirando sus teléfonos y comiendo lo que compraron. Muchos gritaban.

Tomé dos bandejas, pasándole una a Lucy comencé a deslizarme por un lado de la barra de comida, tomando en el camino una hamburguesa con papas y un refresco de lata. Al voltear, los chicos ya estaban a mis lados con la comida en mano, la única mesa que no estaba ocupada era una justo en medio de todos, los vi de nuevo y ellos encogieron los hombres. Luego asentimos al mismo tiempo.

Cortamos la distancia entre la mesa y nosotros, nos dejamos caer de sentón.

—¿Soy yo, o están más loco que de costumbre? —Dijo Jellal.

Amor LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora