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Durante la siguiente semana, cuando Rin no estaba trabajando, se reunía con Yoongi. No sabía qué hacer para ayudarle a superar a Moon, ella sabía perfectamente que eso tomaba su tiempo. Pero con el simple hecho de salir con él y distraerle un poco, ya le ponía contenta.

Y eso en parte le molestaba. La forma en la que ese chico podía cambiar su humor. Se habían visto toda la semana, o la gran parte de esta, pero cuando no estaba con él se sentía aburrida y cansada. Como si su humor dependiera de Yoongi.

Acabó de atender al último cliente y se fue del trabajo. Trabajar era algo que no le gustaba demasiado, pues era muy perezosa para hacer algo con su vida, aparte de estudiar, así que al salir se sintió libre.

Su teléfono comenzó a sonar y el nombre de Namjoon apareció. Sonriente atendió a su amigo y, una vez colgó, se dirigió al sitio al que habían quedado.

Rin creía que en el fondo ambos se parecían bastante: tenían un toque rebelde, pero eran muy dulces. Ambos podían enloquecer, pero ambos ayudaban a los demás en cuanto podían. Pensó que quizás Namjoon era su alter ego.

- ¿Alguien podría decirme dónde puedo encontrar a Rap Monster? –preguntó riendo acercándose a su amigo.

- Muy graciosa. Sé que amas ese alias.

- Preferiría N-Hope.

- Claro, ahora elige a Hoseok, siempre siendo el último. –fingió estar triste.

- Nunca eres el último. –le abrazó.

- Eso díselo a Yoongi. O a Hoseok.

La chica soltó una enorme carcajada que al principio asustó a su amigo pero que pronto le contagió.

Cuando ambos estuvieron más calmados decidieron ponerse un poco al día. Ella le contó lo poco interesante que fue su semana y él, le contó lo bien que se lo pasaba en sus batallas de rap.

- Algún día haremos una juntos. ¿Qué me dices?

A Rin no le pareció demasiada mala idea. Ella era buena cantando y más bailando pero... ¿rap? Jamás lo intentó y tal vez ya sería el momento.

- Por cierto, toma. –le tendió un regalo-Te traigo esto para ti.

- ¡Unas gafas! Gracias. –sonrió alegre.

Rin se alegró de que le gustaran pero su mandíbula no tardó en rozar el suelo. Namjoon había roto las gafas solo tocarlas. No hacía ni dos minutos que se las había dado y se habían roto.

- Lo siento tanto Rin. –susurró por quinta vez.

- No puedo creerlo. –rio exageradamente- ¡Eres un patoso Nam!

- ¿Qué soy qué?

El chico empezó a perseguir a la chica mientras ella se reía. Recorrieron toda la calle y, cuando Rin iba a frenarse, chocó con un duro torso.

Levantó la cabeza y vio a Yoongi, quien les miraba confundido.

- Te atrapé. ¡Hola Yoongi! ¡Jin! –saludó a sus amigos.

- ¿Por qué corríais? –preguntó curioso el rubio.

- Esta chica me llamó patoso.

- ¿Qué rompió?

- ¡Le regalé unas malditas gafas de sol y en dos segundos las rompió!

If I die young    » Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora