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Rin se levantó más cansada que de costumbre. No quería levantarse de la cama, quería seguir durmiendo toda su vida. Empezó a moverse por la cama. Primero estiró una de sus piernas, luego sus brazos y finalmente su espalda –hizo movimientos extraños esta vez-. Varias veces había chocado con un cuerpo pero DaYe dormía como un tronco y jamás se enteraba si ocurría algo. Una vez hubo un temblor y ella se despertó como si nada cinco horas después.

- Estate quieta de una jodida vez Rin. –gruñó una voz de hombre a su lado.

Al principio se asustó, creyendo que había acabado en la cama de un chico cualquiera pero reconoció esa habitación y esa voz. Se alegró de que fuera Yoongi. Estaba tan contenta que se dio la vuelta, quedando frente a la espalda de Yoongi. Le abrazó y decidió divertirse un poco. Se sentó y empezó a moverle como una niña de cinco años levantando a sus padres por Navidad. Incluso le besó en la mejilla dos veces.

- ¿Sigues igual que ayer? Rin es demasiado pronto y tengo sueño.

- ¿Ayer? ¿Qué hice ayer? –susurró más para sí misma que para nadie.

- Hush hush hush baby- el chico tarareó una canción a la vez que se reía.

Yoongi no había abierto los ojos aun así que no pudo ver como Rin se sonrojaba de la vergüenza.

- No era yo quien bailó esa canción. Yo estuve contigo todo el rato.

- Claro que no eras tú, estabas muy ocupada con mi cuello y...

- ¡Cállate! –le golpeó con la almohada. - ¡Cierra la maldita boca estúpido!

Yoongi se rio como nunca lo había hecho.

- Ayer no querías que cerrara mi boca.

- ¡Yoongi basta! –Rin se dio por vencida y escondió su rostro en el colchón. Él se acomodó un poco y se colocó encima de ella, apoyado en sus brazos, colocados a cada lado de los hombros de Rin.

- Buenos días. –seguidamente depositó un beso en sus labios.

Rin se sorprendió. Yoongi no era alguien que se levantaba con humor, ¿Por qué hoy actuaba así?

- ¿Hacemos algo hoy? –comentó alejándose de sus labios.

- Saldré con DaYe, aunque no sé dónde...

- Tu amiga está durmiendo como si fuera una piedra en la otra habitación. –rodó los ojos- Es la última vez que acojo a tus amigas borrachas. Y a ti incluida. A la próxima dormís en la calle.

- ¿Me dejarías en la calle? ¿Pasando frío?

- Como si empieza a nevar.

- ¿Y solo con lo que llevaba puesto ayer? ¿Y si viene algún tío e intenta...? – Yoongi la calló con un beso.

Rin rio por lo bajo, pues había descubierto el punto de Yoongi. Él no quería que ningún chico que no fuera él se acercara a Rin.

- Entonces le dices que eres mía. Como me dijiste ayer. Mía, mía, mía. –canturreó igual que la chica había hecho la noche anterior.

- ¡Ah! ¡Te odio Min Yoon Gi! –gritó la chica levantándose de la cama y dispuesta a salir de la habitación.

Cuando su mano estaba tocando el pomo de la puerta sintió unos brazos en su cintura.

- Quedémonos aquí más tiempo.

- Yoongi... - él soltó aire en la nuca de la chica y en ella recorrió un escalofrío.- Tengo que ir a mear. ¿Vas a acompañarme hasta ahí también?

- Sí quieres...

- ¡Idiota! –se rio alejándose de él.

Yoongi se tumbó otra vez en la cama, cansado. Tenía mucho sueño pero no podía enfadarse con Rin por despertarle y menos de la forma en lo que lo había hecho –ignorando sus estúpidos movimientos al despertar-.

Cuando Rin regresó él estaba mensajeándose por teléfono con uno de sus amigos y no se percató de que ella había regresado. Rin, molesta de que no le hiciera caso, se colocó frente a él y le besó.

Yoongi dejó de mirar su móvil para verla a ella.

- ¿Cuándo te has vuelto tan directa?

- Desde que no me haces caso.

- Rin, estaba hablando con Namjoon.

- ¿Me dejas por él? –levantó una ceja como normalmente había Yoongi.

- Y por todos los demás.

- ¡Imbécil!

- Tonta.

- Eh... ¡Imbécil!

Él se rio, cosa que molesto a la chica. Se levantó y fue a buscar a su amiga. Le costó despertarla pero al final lo consiguió. La dejó descansar en la habitación y ella fue a la cocina a preparar el desayuno.

Cuando terminó con su zumo de naranja y una tostada con mermelada apareció Yoongi.

- ¿Y mi desayuno?

- ¿para qué voy preparártelo si no te lo vas a comer? Además, creí que no desayunabas. Si quieres algo sírvetelo tú.

- Está bien, si no me lo haces tú tendré que buscar otra cosa que desayunar.

Hizo un movimiento engañoso para mostrar a Rin que se dirigía a la cocina pero rápidamente se colocó detrás de ella. Le mordió el cuello. ¿Yoongi acababa de morderle el cuello?

- ¿Te crees vampiro ahora o qué?

- Dijiste que me hiciese el desayuno, bueno pues ya que me da pereza cocinar algo te elijo a ti.

- No soy tu desayuno imbécil.

- ¿A no?

Como siempre que quería conseguir algo empezó a dejar besos en el cuello de Rin. Sonrió victorioso al ver que ella cerraba los ojos.

- Creí que te molestaba que fueras mi desayuno.

- ¡Imbécil! –gritó alejándose de él.

- Rin, me has llamado imbécil más tiempo del que llevas despierta.

- Porque es lo que eres Yoongi, un imbécil.

- Pero admite que este imbécil te vuelve jodidamente loca. –sonrió de lado.

- Jamás.

- ¿Jamás?

- Jamás de los jamases.

Yoongi se acercó a ella y la besó.

- Vale, este imbécil me vuelve jodidamente loca. –susurró encima de los labios de Yoongi.

- Lo sé, dime que solo yo te hago sentir así.

- No puedo, los chicos de 2pm también me vuelven loca.

- Pero admite que soy mejor.

- Lo eres. –comentó colocando sus brazos tras su cuello- Eres mejor que cualquier cantante.

Él iba a besarla pero una voz les interrumpió.

- ¿Y mi desayuno? –gritó DaYe. Su amiga, que tenía los ojos cerrados se rio y alejó los brazos de Yoongi.

Se alejó un poco, preparada para cocinar algo, cuando Yoongi atrapó sus labios y los besó.

- Prepárame algo a mí también, anda. –susurró a la vez que se reía.

Rin bufó pero no se negó. Genial, ahora tendría que hacer de madre a dos personas más vagas que un oso perezoso.


If I die young    » Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora