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Un mensaje llegó cuando estaba hablando con Namjoon. Era Rin y necesitaba que se encontraran ahora mismo. Parecía que realmente lo necesitaba por la forma en la que le escribía. Iba rápido, enviando mensajes cada segundo y con miles de errores.

Namjoon y él salieron del bar en el que se encontraban y empezaron a andar buscando el sitio en el que Rin les había dicho que se encontraban. Al llegar la vieron de pie, en medio de una acera, con la mirada perdida.

La llamaron varias veces pero ella no se percató de su llegada hasta que Yoongi posó su mano en el hombro de ella. Rin se giró asustada y al ver a Yoongi se lanzó a sus brazos a llorar.

El la correspondió confundido y la mirada de su amigo no ayudaba, pues tampoco estaba seguro de lo que había ocurrido. ¿Por qué Rin se ponía a llorar de esa forma?

- Oye Rin, ya está, cálmate. ¿Te ha ocurrido algo? ¿Te han hecho algo? –pasó sus manos por su cara- Dime algo por favor, me estás preocupando.

- Casi le atropellan. A un niño. –susurró aun nerviosa- Lo he evitado pero.... Dios mío, todos los recuerdos han regresado y me he asustado... Tenía seis años. El niño era pequeño y te juro que casi me da un paro cardíaco al ver el coche tan solo a unos metros de nosotros y...

- Está bien. Al final no ha ocurrido nada. Ven.

Yoongi la volvió a abrazar. La cabeza de la chica estaba apoyada en su pecho y él intentó transmitirle seguridad, cosa que consiguió. Rin cada vez se sentía mejor pero seguía asustada. Solo pensar en que a ese niño le podía haber ocurrido lo mismo que a su hermana... Seguía temblando incluso cuando llegaron a casa.

Namjoon se despidió en la puerta y aunque vio a la chica más calmada sabía que no lo estaba. Pero también sabía que la dejaba en buenas manos.

- Rin tranquilízate. No ha ocurrido. Descansa un poco y te encontrarás mejor.

- Estoy bien pero es que... Me he asustado. –comentó con la mirada perdida.

- Ven a mi lado.

Rin se sentó en la cama y apoyó su cabeza en el hombre izquierdo del chico. Poco a poco escuchó como una dulce melodía salía de su boca y reconoció una de sus canciones. Por primera vez Yoongi le estaba cantando. Y no, a lo mejor su voz no era perfecta y no era la mejor del mundo, pero sí era una voz que podía enamorar a cualquiera.

Gracias a eso consiguió calmarse.

- No sabía que cantabas.

- No lo hago. Eres la primera que me escucha cantar. ¿Rapear? Todos. ¿Cantar? Solo tú. Te prometo que todo va a estar bien. Estoy a tu lado. Voy a estarlo siempre.

- Eres lo mejor que me ha ocurrido Yoongi. Sabes cómo calmarme y realmente... No sabría que hacer sin ti. Gracias por estar a mi lado hoy.

- Hoy, mañana y todos los días de mi vida Rin. Te quiero y eso es lo mínimo que puedo hacer por ti. Movería tierra y cielo por ti.

Ella se calló pues por primera vez él le había dicho que la quería. No sabía cómo actuar. ¿Se le habría escapado? ¿Debía responderle? Claro que ella le quería pero a lo mejor él lo había dicho de forma inconsciente.

- Te quiero. –susurró Rin

- Lo sé. Y sé qué piensas que yo lo he dicho sin pensar y de forma inconsciente. Rin, no es así. Te quiero y me alegro de poder decirlo ya en voz alta.

Ella le besó y siguieron con una pelea de besos entre los dos. Puede que no hubiera sido la forma más romántica de decírselo pero él no lo veía necesario. Él la quería y estaba seguro que ella a él. No tenía por qué ser romántico, tenía que ser real. Y sintió que ese era un buen momento para decírselo y lo hizo.

No se arrepintió, pues escuchar como ambos se decían que se querían para el otro era una dulce melodía.

Como siempre Yoongi empezó a jugar con el cuello de Rin pero antes de seguir atacando le recordó esas dos palabras, esas ocho letras que tanto amaba decir.

- Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero... - repetía cada vez que dejaba un beso en su cuello.

No sabían en qué momento se habían dejado llevar pero cuando Rin dejó de mirar a su novio tumbado a su lado y miró alrededor de la habitación con toda su ropa escampada, no pudo evitar sonreír. Se sentía feliz.

- Vamos a tener que ordenar todo esto. –comentó Yoongi abrazándola por debajo del pecho.

- ¿Ordenar? Con que nos volvamos a vestir es suficiente.

- Pero yo no quiero que te vistas. –comentó de forma dulce y haciendo puchero- Quedémonos juntos, entre estas cálidas sábanas, abrazados... Tenemos mucho tiempo.

- Deja de convencerme de esta forma.

- Vamos Rin, te quiero. Si me quieres te quedarás conmigo aquí.

- No se vale. No puedes decir esto. Me estás obligando a quedarme.

- Lo sé. –la besó- Pero en el fondo tampoco quieres moverte.

- La verdad es que... Estaría tumbada sin hacer nada, lo estaría en todos los sitios del mundo si a mi lado estás tú.

- ¿Te pones romántica?

- Ya que tú no lo haces....

- Oye, he sido romántico hace unos minutos atrás.

- Yoongi, preguntarme si me duele y besarme como lo has hecho no es ser romántico.

- Para mí sí.

Rin rodó los ojos y apoyó su cabeza en el pecho de Yoongi. Su brazo estaba apoyado en su abdomen y él la abrazaba con un brazo y el otro lo tenía bajo su cabeza.

- Rin.

- Dime.

Ella le miró y Yoongi empezó a actuar de forma dulce y adorable. Ella sonrió.

- Es verdad, no necesito que seas romántico. Te ves raro al hacerlo.

- Pero te gusta que sea así ¿verdad?

- Me encanta. –sonrió- Me encanta que seas así.

- Lo sé, a Jimin también le gusta.

- ¿Le haces aegyo a Jimin?

- Tal vez.

Se rio histérica a la vez que se levantaba y buscaba toda su ropa. Primero fue a bañarse y luego, con la camiseta que robó a Yoongi porque no quería vestirse, bajó a la cocina a preparar la comida.

No muy tarde, cuando Yoongi acabó de bañarse bajó y al verla cocinar no pudo evitar abrazarla por detrás y apoyar su cabeza en su hombro.

- Huele muy bien.

- Espero que no me quede mal, sino ordenaremos una pizza.

- No me refería a la comida. –Yoongi la hizo girar y la levantó, sentándola en la encimera.

- No, Yoongi, estaba cocinando y... - se vio interrumpida por los labios de él.

Se perdieron varios minutos uno en los labios del otro, sin saber cuánto llevaban en esa posición. Ella estaba un poco agachada pues Yoongi no era el hombre más alto del universo y allí sentada ella era unos centímetros más alta.

Al separarse miró lo que tenía que ser su cena.

- Genial, has arruinado la cena. Por eso vas a ser tu quien pague las pizzas.

- Yo lo haré tranquila. – volvió a buscar sus labios- Haré lo que quieras si sigues correspondiéndome de esta forma.

- Entonces haz la colada. –dijo mientras le besaba.

- Ni de broma. – se alejó- Joder Rin, me has arruinado el momento.

- Tenía que intentarlo. –se agachó de hombros.

If I die young    » Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora