Lia Morgan vive en Canadá con su mamá, tenia o tal vez sigue teniendo un novio maravilloso que se llama Shawn Mendes y muchos amigos; son solo hombres y una mujer la verdad es que ella nunca se llevo bien con mujeres. Pero su vida da un giro de 180°...
"Pupilas que se dilatan, que deleitan, que delatan."
—————————————————————— P.O.V LIA
Todo mundo parecía mentirme acerca de que era lo que estaba pasando, tal vez pensaban que no tenia ni idea de lo que hablaban y que no me daría cuenta que el mismito Shawn Mendes me había conocido y que cada vez que me daban ese tipo de "pistas" sentía como mis pupilas se dilataban al solo saber o tener la esperanza a flor de piel. Tal vez estaba apresurando las cosas, pero juro que lo que sentía mi corazón era cierto, cada pulsación al escuchar por equivocación su nombre o algo parecido a él, en solo saber que tal vez estuviera esperando a que lo buscara o que él estuviera buscándome. Me daba una nueva razón para vivir, de solo saber que a la mejor estábamos tan cerca pero tan lejos me hacia alucinar de un futuro con él.
– ¿Cómo te va?— dijo el chico moreno que se me había acercado minutos atrás, queriendo fingir que no iba a decir Shawn.
– Bien...supongo. ¿Y como es que te llamas?— dijo en tono algo grosero o no lo se, pero me sentí a la defensiva porque el solo hecho de saber que a la mejor a parte de mi mamá, Mahogany y Taylor, ellos también me estaban mintiendo respecto a mi pasado. Tal vez no podría recordar nada, pero al momento que vi a Shawn en aquellos videos y escuche su voz, mi corazón empezó a latir y a sentir un poco de familiaridad con aquella voz y rostro perfecto.
– Soy Jack Gillinsky...y lo siento por lo que iba a decir hace rato, es que estoy un poco dormido y siempre confundo los nombres— dijo tratando de sonar calmado como si supiera que si no lo hacia lo cacharían en la mentira, ¡oops! lastima lo había cachado yo y eso era lo peor, si según no querían que recordara nada.
– ¡Oh no te preocupes! todos cometemos errores— lo último no se porque pero lo remarque como una señal de advertencia, de que era mejor que me empezaran a decir toda la verdad en respecto a mi pasado aunque sabia que no lo harían. Pero una parte de mi, la mas profunda quería creer que se compadecerían y me dirían al menos un cacho de la verdad; porque al no saber nada me estaba consumiendo poco a poco mentalmente y sentía que pronto empezaría fisicamente y eso seria malo porque tal vez me enviarían de nuevo al hospital y era lo que quería evitar para poder acabar antes el instituto.
– Yo soy Nash...y soy tu segundo mejor amigo— al final de decir eso solto una leve sonrisa, que me hizo darme cuenta que esa sonrisa me la daba con sinceridad y supiera que a pesar de que mi familia me mintiera si estaba dispuesta a escuchar mi pasado eso haría él me diría todo , me transmitía confianza de tan solo ver sus pupilas dilatadas y esos ojos azul bebe que si en este momento no pensara tanto en Shawn, juro que me enamoraría de este chico y su hermosa sonrisa, aunque no tan hermosa como la de mi ángel y mi héroe que sin saberlo lo amo con todo mi corazón de un día a otro. Era como si Shawn viera encendido el interruptor de mi corazón al ver sus sonrisa resaltar en aquella pantalla de computadora que no me era suficiente, yo quería verlo completo aunque eso a la mejor significaría que me rompería el corazón al saber que posiblemente ande con la tal Camila Cabello; que ahora sin saberlo en lo mas profundo de mi empezaba a crecer un odio o rencor hacia ella sin siquiera haberme hecho nada. Tal vez sentía envidia de que ella podía estar con Shawn sin que le mintiera, sin que intentaran las personas separarlos, sin que ella haya perdido la memoria como yo, sin remordimiento al poder cometer un error, sin tener que recorrer el mundo entero para saber de su propia boca lo que había pasado, sin que tuviera inseguridades de si misma, sin que cada día pensara en como seria conocerlo, sin que cada día pensara en como reaccionaria al preguntarle semejante locura, sin que tuviera miedo a la respuesta que él podría darle, sin que tuviera que pensar cada día como convencer a su mamá de que suelte aunque sea un poco de verdad, sin nada de eso, sin obstáculos como yo. Por eso la envidiaba.
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