Shiina Matsuda II

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Tal como había hecho la noche anterior con Aaron, Emma recogió a Shiina y se dirigió hacia la misma feria. Shiina miraba a Emma durante todo el camino sin decir nada.

- ¿Quieres algo? –dijo Emma algo incómoda y borde a la vez pues no le gustaba que la mirasen.

Shiina permaneció inmóvil, aún con los ojos clavados en ella, ajena a lo que ella le había preguntado. Como si esa pregunta no fuera para ella. Emma suspiró pensando en la larga tarde que le esperaba.

- Banshee –dijo entonces Shiina con acento japonés.

Emma la miró preguntándose que querría. Luego Shiina balbuceó algo en japonés que evidentemente ella no entendió.

- No te entiendo –dijo Emma, pero Shiina se quedó igual, y volvieron ambas a estar en silencio.

Así pues, repitiendo exactamente lo mismo que hizo la noche anterior con Aaron, pasó la tarde esta vez pero con Shiina. Emma no pudo evitar pensar que con Aaron se lo había pasado mejor, y era obvio pues toda la tarde la había pasado hablando sola ya que Shiina no entendía el español. Emma había vuelto a la parada de los peluches de la noche interior, y al igual que ayer, había conseguido la puntuación máxima, pudiendo escoger el peluche que quisiera. Escogió una llama de pelaje blanco mientras Shiina no paraba de mirarla. Cuando Emma se la entregó Shiina se lanzó a los brazos de Emma envolviéndola en un cálido abrazo, un abrazo de los que hacía tiempo que no sentía. Un abrazo que desprendía cariño, que le hacía creer que Shiina la quería. Se sentía bien pero ella no se podía permitir ese tipo de acercamiento. No quería. Se apartaron y Emma sonrió forzadamente a Shiina la cual abrazaba ahora la llama como Emma lo había hecho la noche anterior con el gato.

Luego se dirigieron a la noria y se subieron. Shiina le preguntaba algo en japonés a Emma mientras la noria subía, pero Emma volvió a responder.

- Que no te entiendo hija.

Shiina le sonrió sin haber entendido lo que había dicho, pero feliz de estar con Emma pasando el rato juntas.

- Bonitas vistas ¿eh? –dijo Emma sin esperanza de que Shiina la fuera a entender.

Ella la miró sin saber qué decía. Emma repitió la misma frase pero haciendo con gestos lo que la frase decía. Es decir, se señaló los ojos, luego el horizonte e hizo el signo de OK con la mano. Shiina sonrió y asintió con la cabeza mientras decía: "Hai". A lo que Emma se supuso que significaría Sí.

- ¿Por qué tu madre me pagaría por ser tu amiga? –preguntó Emma sin obtener respuesta, tal y como esperaba.

La noria llegó a dar una vuelta completa obligando a ambas a bajarse y a merodear por los caminos que llevaban a las diferentes atracciones.

- ¿Te lo estás pasando bien? –dijo Emma mientras hacía lo mismo con señas.

Señaló a Shiina, luego sonrió y lo marcó con sus dedos y luego volvió a hacer el signo de OK con la mano. Como respuesta Shiina le dijo algo en japonés.

- Tomaré eso como un sí.

Ambas se dirigieron al coche y así Emma llevó de vuelta a Shiina. Durante el trayecto Emma se daba el lujo de pensar en voz alta algunas cosas pues sabía que Shiina no la entendía, o a veces sin resultado intentaba entablar conversación con ella.

Tras despedirse de ella, Emma notó algo en su bolsillo trasero del pantalón vibrar, era un mensaje:

Aaron: Hey, ¿Dónde te apetece ir hoy?

Emma sintió algo que se revolvía en su interior al ver que se trataba de Aaron. Debía ser hambre, pensó.

Emma: ¿Dónde tenías pensado?

Aaron: Sé el sitio perfecto. ¿Puedes pasar por mí en un par de horas?

NOCHES: BansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora