Noches LII: Nicholas

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Tras haber cerrado su cabaña al completo y haber atado a Alfred se dispuso a encontrarse con Hayden quien se suponía que le había estado haciendo el favor de vigilar a Nicholas. Y tal y como habían acordado a las 12 Hayden la llamó al teléfono de Banshee para comunicarle que tal y como esperaban Nicholas no había salido de su casa.

Tras llegar en relativamente poco después de correr por las calles con su coche, aparcó en la acera de en frente de la casa de Nicholas. Enseguida vio una figura oscura alta aparecer de un jardín que reconoció era de Hayden.

De nuevo, se encendió otro cigarro sin dedicarle ninguna mirada cuando entró al coche. Cosa totalmente contraria a él, pues se la quedó mirando sonriendo.

- Está bien, qué sabes –dijo ella exhalando el humo, mirando hacia adelante, aún sin mirarle.

- Nadie ha entrado, y no parece que haya nadie más a parte de él. Lo único que ha hecho ha sido ir al trabajo, y del trabajo a casa –dijo él, mirándola.

Emma se giró, pero en vez de para mirar a Hayden para mirar a la casa que se encontraba tras él. Había una luz en el piso superior encendida pero ninguna cosa que pudierna indicar que estaba allí.

- Está bien –dijo volviendo a inhalar del cigarro y volviendo a mirar al frente –Yo entraré, tú quédate.

- ¿Qué? No –dijo él cogiéndola de la muñeca puesto que iba a salir del coche. Ella le miró con una mirada asesina -¿Qué quieres que haga? ¿Quedarme aquí sin hacer nada mientras tú estás dentro divirtiéndote con él?

- Exacto, veo que lo has pillado –dijo ella soltándose de su agarre –Ya suficiente he hecho dejando que me ayudes con esto. Además, es mi encargo, no el tuyo.

- Tengo que matarte –volvía él intentando convencerla de que le dejase ir con él –Si alguien te hace algo he de ser yo, no otra persona.

Emma lo miró por unos momentos sintiendo como un trasfondo en todo aquello pero sin saber del todo qué era.

- Por eso mismo, tienes una misión que es matarme, si alguien lo hace cumples tu misión –él la miró con un expresión en desacuerdo con lo que estaba diciendo, más en concreto en la parte en la que se la quitaban –Vamos no me jodas Parker, ¿realmente crees que ese crío va a poder conmigo? Ni que no supieras quien soy –dijo esto último para seguidamente salir del coche no sin antes darle una palmada en el hombro.

Hayden volvió a suspirar apretando un poco sus manos. Suspiró, y salió del coche para dirigrise al maletero donde estaba ella.

- ¿Y si necesitas ayuda? –le dijo en voz baja mientras ella abría su bolsa para coger lo necesario.

- ¿Cuándo la he necesitado? –dijo cargando su pistola silenciada.

- ¿Cuando te salvé en la visita guiada de él? –dijo él como si fuera obvio.

Ella lo miró de nuevo con el ceño fruncido, aún molesta de aquello.

- No me salvaste, te repito, me fastidiaste el plan.

Hayden puso sus manos en su cadera mientras se daba la vuelta cogiendo aire, no recordando la terquedad de Emma. Se pasó una mano por su corto y liso cabello y cuando fue a darse la vuelta para decir algo más Emam ya había puesto rumbo a la casa de Nicholas. Él dio una ligera patada a la rueda del coche y se resignó cruzándose de brazos y apoyándose en el coche.

Emma se dirigió a la parte trasera de la casa para verla desde otra perspectiva. Había una puerta trasera que suponía daba a la cocina pero ni siquirea probaría si estaba abierta. No porque pensase que podía estar cerrada, aunque no lo descartaba, sinó porque más arriba había visto una ventana abierta por la que se asomaba una cortina que ondeaba ligeramente debido a la brisa nocturna.

NOCHES: BansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora