Noches LVII: Gen. In. II

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Emma cargó su pistola con silenciador y se la metió en su cinturón, por otro lado, cogió esta vez una mochila más pequeña que la bolsa negra que solía usar y se dispuso a salir de su pequeño piso pues Hayden la estaba esperando en Genesis industries.

Tras intentar recopilar toda la información que pudo sobre su objetivo, Melissa Higgins en su casa, Emma se dio cuenta que no podía concentrarse con Aaron. Entre sus suaves dedos haciendo delicados círculos en su cintura, y también debido a la aún restante adrenalina que le quedaba en el cuerpo tras haber soltado toda su vida, le hacían distraerse con facilidad. Por lo que con dificultad echó a Aaron y tras prometerle que quedarían más tarde se dirigió a su piso más pequeño para proseguir con su búsqueda. Sin embargo, Zeth apresuraba a Emma pues cuánto más tiempo ese disco duro estuviera en manos de esa gente, "más peligro corría el mundo". "Loco" pensaba Emma.

De todos modos, debido a esa prisa no vería a Aaron hasta al día siguiente con suerte.

- Ya era hora –habló Hayden subiéndose al Mustang negro.

Emma rodó los ojos e hizo un gesto con la cabeza de desdén.

- Sabes, si me dijeras donde vives hubiera podido ir allí, y al menos hubiera podido esperarte cómodamente.

- Oh, el señor se ha tenido que sentar en el suelo durante unos 20 minutos, pobrecillo –dijo ella con fingida pena, nótandose el sarcasmo, provocando una risa falsa de Hayden.

- ¿Lo tienes todo?

Emma lo miró con una ceja fruncida:

- La duda ofende.

Dicho esto, tras repasar el plan, ambos salieron del coche y se dirigieron a una pequeña valla que había en un lateral del edificio, que iba a dar a un callejón dónde se sacaban las basuras.

- Echaba de menos estas misiones juntos –decía él con verdadera felicidad y entusiasmo en el rostro –esto va a ser divertido.

- Intenta no cagarla, Parker –dijo ella reprimiendo una sonrisa, pues en realidad recordaba pasarlo bien en otras misiones con él, pero se negaba a que eso él lo supiera.

Primero Emma saltó la sorprendentemente baja valla de alambre, y Hayden le pasó la mochila para luego saltar él.

Cuando Emma estuvo esperando a Alfred dedicó su tiempo a observar el edificio todo lo que su exterior le permitía: guardias en la entrada, cámaras del exterior, cámaras de la entrada, las ventanas de la fachada que eran laboraorios y oficinas, y a qué hora el empleado que trabajase en dicha habitación se iba. De entre esas observaciones pudo observar, que en el pequeño recóndito en el que se escondían a un lado del edificio, salían cada dos horas con basura y carritos de limpieza. Así es como Emma pensó que tendrían su entrada. Y esas dos horas estaban a punto de llegar a su final.

A cada lado de la pequña puerta metálica roja había dos cubos de diferente basura. Y en cada uno de ellos estaba Hayden y Emma escondidos, esperando a que esos dos empleados salieran.

De la nada, tras un ligero sonido de bisagras, una rendija de luz salió de la puerta, hasta que se hizo más grande y los pasos de unas personas junto con las ruedecillas de uso carritos se escucharo.

- Será cabrón, que limpiemos toda la planta rápido que iban a tener unas reuniones –decía uno de ellos.

- Ya. No, no se preoucpe, que no queremos ir a casa... Imbécil –decía otra, su compañera acercándose al contenedor hasta quedar frente a él, sin ver a Emma que estaba escondida en la oscuridad que le ofrecía la sombra de éste –Además, desde cuando se hacen jodidas reuniones a las 2 de la madrugada.

NOCHES: BansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora