Noches LXVI: Soplos

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Algo corto, es así como de introducción a lo que pasará después, que ya es el desenlace de todo (no el final)



Noches LXVI: Soplos

- No me gusta esto –habló Emma, entrando de brazos cruzados a su cabaña del bosque.

- Es lo mejor, Emma –habló David –Ahora mismo hay demasiada gente implicada en todo esto. No podrías salir del país sin que se enterasen.

Emma se tiró al sofá del salón resoplando, volviéndose a cruzar de brazos y con el ceño fruncido, David se acercó a ella, pero sin sentarse:

- Por ahora lo más inteligente es dejar que la justicia se encargue de una parte de esta gente, y ya serán menos personas yendo a por ti.

- Como tenga que depender de la justicia no voy a salir de aquí nunca, David, por eso soy lo que soy –decía ella rodando los ojos.

Su primo suspiró, entendiendo lo que ella decía, pero sabiendo que esa era la única opción.

- No queda otra –habló él –Mientras tanto, Yashiro se ocupará de despejar un poco el número de personas que tienes en tu contra –hizo una pausa –La verdad nunca pensé que trabajaría con una mafia, mucho menos la Yakuza –hizo una pausa penastivo –Así que te vas a quedar aquí hasta que sea seguro ir a por Blanco y los otros jefes de Genesis Industries.

Emma echó su cabeza atrás, recostándose en el respaldo del sofá, odiando todo aquello. Odiaba quedarse fuera de la acción, y sobretodo odiaba que fueran los demás los que le hicieran su trabajo, y más en esos momentos.

David se despidió y salió de aquella cabaña, que era la primera vez que iba pues ni si quirera sabía de su existencia.

Tras haberse ido David, Aaron, que se había dedicado a dejarles hablar, y observar aquel lugar, se acercó al sofá en el que se enontraba Emma y se sentó a su lado, pasando uno de sus brazos por encima del respaldo del sofá, por detrás de ella.

- Será sólo por unos días –la intentó animar él –Será como esas vacaciones que decías –dijo dulce sonriendo.

Emma desvió su mirada de las bigas del techo, al rostro de Aaron, y no pudo evitar sonreír un poco.

- Lo mismo que irse a Santorini –decía ella mirando su cabaña con ironía.

Aarn rió un poco y recolocándose en el cómodo sofá volvió a hablar:

- Mucho mejor, porque no tenemos que salir de aquí en días –le dijo en un tono sereno y con una sonrisa, acercándose a ella.

Emma entendió el sentido en que lo decía y no pudo evitar sonreír de oreja a oreja y acercarse a él para seguirle el beso.

David se metió en su coche y se puso dirección a su casa. En el camino, su teléfono sonó, al que él contestó con el manos libres:

- ¿Sí? –preguntó.

- ¿David? Soy Shiina.

Antes de que Emma accediera a quedarse en la cabaña, habían ido a ver a Yashiro y a Shiina, allí es cuando entre las dos, y su primo (Aaron no por que Emma le obligó a quedarse en el coche), la obligaron y convencieron a hacerlo. De tal modo, que David conoció a Shiina, y entre la Yakuza y él acordaron hacer lo posible por ayudarla pues tanto el uno como el otro le debían mucho a Banshee.

- Sí –decía él -¿Qué tienes? –le preguntó en su tono de poli.

- Hace unos minutos nuestros hombres han desmantelado una de las bases de Blanco, se han cargado a la mayoría.

- Genial –"Eso es rápido" pensó "Mejor".

- Y uno de nuestros hackers ha conseguido unos nombres y sus direcciones –dijo Shiina.

- Perfecto, pues me pongo a ello y te digo algo luego –dijo David, obviando que fueran als 3 de la mañana.

- De acuerdo –contestó ella también ignorándolo, pues su prioridad ahora era la seguridad de Emma.

Enseguida su teléfono sonó y supo que le había llegado esa información. "A este paso todo esto habrá acabado pronto" pensó optimista.

De repente, otra llamada:

- ¿Señor David? –era alguien del trabajo, alguien por debajo de él.

- Sí.

- Hemos tenido un soplo anónimo de Banshee.

David cerró los ojos con fuerza y exhaló por la nariz profundamente. "Lo que faltaba" pensó él.

- Nos han dicho que tiene un Chevrolet azul, pick up, antiguo.

David se quedó unos segundos pensativo:

- ¿Cómo saben que es de ella? –el hombre al otro lado de la línea se quedo algo fuera de lugar por la pregunta.

- Suponemos que será alguien para el que haya trabajado –dijo como si fuera obvio.

- ¿Suponéis? No estamos como para perder el tiempo siguiendo pistas falsas –dijo él intentando desviarles.

- Pero señor, ese la única pista que hemos tenido desde hace semanas.

David cogió con fuerza el volante:

- Está bien –dijo viéndose acorralado –buscad las dueñas de todos los Chevrolet azules que haya por la ciudad o alrededores.

De cara al público  la policía y el gobierno en sí solían ocultar información, ya no sólo de Banshee, sino de otros muchos asuntos que podrían suponer un riesgo para la población. Eso era justo lo que pasaba con el sexo de Banshee, el cual se discutía si podía ser mujer o no, mientras que en realidad los altos cargos de la policía ya sabía de hacía tiempo que era mujer.

- Sí señor –dijo el hombre.

Tras pasarse una mano por la cabeza pelada, aparcó el coche y mientras subía a su casa llamó al teléfono de su prima para decirle lo del Chevrolet.

- Ah, tranquilo –le respondió ella tranquila –Mis coches no están registrados, ni siquiera figuro como compradora. Probablemente haya sido Blanco el del soplo...

David respiró tranquilo y tras decirle que no usara el coche en unos días y que lo escondiera, colgó y se dispuso a buscar algo que les sirviera de ayuda, y trazar un plan con el que poner a Emma a salvo de nuevo.

Las siguientes 48 horas, tanto para David como para Hayden y Shiina, fueron siendo llevadas con café tras café, yendo de un lado a otro, y David sin intervenir ni quedar con ella, por no ser visto con la hija de la Yakuza; a no ser que fuera estrictamente necesario. Y Hayden iba y venía, ayudando a la Yakuza en misiones en solitario como la recopilación de información, o eliminaciones en singular; o sino con David, haciendo de mensajero o ayudándole en ciertas cosas.

Por parte de Yashiro, a una velocidad bastante increíble, fueron acorralando más y más a los hombres de Blanco, y tan sólo en un par de ocasiones se vieron forzados a retirarse, debido a que en esas veces los hombres de Blanco contaban con ayuda de personas adiestradas, probablemente hombres de Genesis Industries.

Y Aaron, se dedicó a no separarse del lado de Emma ni un segundo, haciéndole compañía, cogiéndose unos días de vacaciones del trabajo.

Sin embargo, al poco tiempo hubo otro soplo, un nombre de alguien que ayudaba a Banshee: Hayden, junto a un retrato dibujado. También obra de Blanco y Genesis Industries, dispuesto a eliminar a Emma, ya fuera de un modo, o de otro, entre rejas.

De tal modo, que Hayden quedaba del mismo modo en arresto domiciliario al piso mediano de Emma por orden tanto de David como de ella misma.

NOCHES: BansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora