Noches XLV: Entreno

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Emma tenía trabajo que hacer, pero la visita guiada por Genesis Industries no sería hasta el día siguiente así que prefería pasar ese día con Aaron aprovechando que él tenía el día libre. Por otro lado, él no quería malgastar ese día no haciendo nada con ella así que pensando en qué podrían hacer habían llegado a una opción a gusto de los dos debido a que hacía tiempo que ambos no realizaban ese tipo de actividades.

Finalmente llegaron al sitio y ambos bajaron, quedando frente un edificio con un letrero: "Gym Fit&More". Ambos se miraron por unos momentos sonriendo desafiantes el uno al otro y finalmente decidieron entrar. Una vez ambos estuvieron cambiados se reunieron en el sótano del gimnasio destinado al boxeo y artes marciales.

- Aún estás a tiempo de retirarte –le dijo Emma desde un lado del tatami.

- Lo mismo va para ti –le sonrió él desafiante del mismo modo.

En la sala había pocas personas, tan sólo un par de chicos que iban juntos y estaban entrenando al otro lado del salón.

Ambos estiraron un poco y luego se colocaron de lado, en posición de combate, mirándose a los ojos. Aaron se acercó un poco, con la guardia de boxeo que conocía. Mientras, Emma estaba totalmente relajada, sonriendo de lado como siempre lo hacía, en cuanto Aaron estuvo un poco más cerca hizo un amago de dar un golpe y ella retrocedió medio metro poniéndose en semiguardia, aún relajada y sonriendo. Entonces Aaron lanzó un puñetazo pero lo hizo tan suave que le resultó demasiado fácil a Emma de esquivar.

- Vamos, no tengas miedo. No me vas a dar –le dijo ella sonriendo pícara.

Él sonrió más y dio otro puñetazo, esta vez algo más fuerte, pero que Emma esquivó totalmente.

- Se te acaba el tatami –provocó ahora Aaron, pero sólo hizo que Emma sonriera más.

Ella alzó la guardia un poco y esperó al siguiente ataque. Debido a su estatura y obvia diferencia de fuerza no era muy sabio atacar primero, y eso ella lo sabía por lo que siempre hacía lo mismo, esperar, defender, y luego, contraatacar.

Emma se fijó en los pies de Aaron para intentar descifrar un patrón porque sabía que todos tenemos uno. Y cuando lo hizo previó otro puñetazo que consiguió esquivar pasando por debajo de su brazo, quedando en su espalda, dándole un leve codazo que acabó empujando mucho a Aaron debido a la fuerza con la que iba su puñetazo. Ahora era él el que se encontraba en el borde del tatami.

- Oye, ese puñetazo iba con mucha fuerza –provocó ella sonriendo, fingiendo estar afectada, volviendo a poner espacio entre ellos.

Aaron sonrió:

- ¿Es un problema? –contestó él sonriente.

- Para nada –contestó ella aún más traviesa, haciéndole un gesto para que volviera.

Cuando Aaron estuvo algo más cerca ella lanzó una patada rápida, no para darle, sino para hacerle retroceder. Luego dio una vuelta y volvió a darle otra que Aaron paró con el exterior de los brazos.

- No sabía que valían patadas –habló Aaron sin dejar su sonrisa.

- Vale todo querido.

Aaron sonrió de nuevo travieso y tras dar un paso hacia ella dio una patada baja (a la estatura de Emma), que ella esquivó hacia atrás. Pero no se detuvo y dio otra que Emma previó por lo que se agachó dando ella otra patada barriendo el suelo, y por ende las piernas de él, haciendo que cayera de espaldas haciendo sonar un duro golpe contra el tatami. Emma, que se había levantado rápida, se había posicionado al costado de él sonriéndole desde arriba.

- Vamos –sonrió ella, dándole de nuevo espacio para que se levantara.

Aaron empezó a pensar como podía derribar a Emma ya que todos los golpes que intentara lanzar a la cabeza serían inútiles pues ella era más ágil y los rechazaría todos. Tenía que atacar al punto de Emma donde le fuera más difícil esquivar, el punto más grande. Su centro.

NOCHES: BansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora