Noches V: Emma II

174 10 0
                                    

Emma:
No sabía ya ni cuantas veces casi me mataba a punto de estrellarme en cruces contra otros coches esa noche, ya había perdido la cuenta, pero la verdad me daba igual. Estaba cabreada, sentía impotencia y pasar por delante de la pastelería sólo me hacía estar más cabreada porque no quería ver a Aaron. Su insistencia en hablar conmigo me empezaba a resultar irritante. Él no me conocía y si lo hiciera desearía no hacerlo, no entendía ese afán por conocerme mejor. Así que allí me encontraba, parada como siempre en el semáforo en verde de la esquina de la pastelería en la que Aaron debía trabajar. No sabía ni como pasaba pero siempre que pasaba por ahí el semáforo estaba verde. Los coches ya empezaban a pitar poco a poco.

- ¡Que sí que sí! ¡Qué os vayáis a tomar por culo ya! -gritaba yo desde mi coche dejando un cigarro en el cenicero y encendiendo otro.

Aaron justo salía de la pastelería y ya se acercaba hacia mí con una leve sonrisa y casi saludando levemente con la cabeza. Contemplé por un milisegundo mis opciones y muy a mi pesar pese a que el semáforo estaba verde decidí salir de allí y pararme en el siguiente semáforo en verde, no quería tener que aguantarle así que me fui cagando leches de ahí, dejando a Aaron parado pues había seguido adelante pese a que el semáforo estuviera verde. 

Todo se volvía a mezclar en mi mente, todo lo que me había hecho daño y todo lo que me había decepcionado, o más bien todos. A todo esto se le juntaba Aaron que cada vez me molestaba más, añadiendo el hecho de que últimamente no tenía trabajo por lo que no tenía manera de desahogarme. Por qué sí, la verdad es que soy una adicta a mi trabajo, me encanta. Estaba demasiado llena de mierda y necesitaba sacarla de alguna manera. 

Mientras, intentaba pisar más a fondo el acelerador (en vano, porque ya iba a máxima velocidad), bebía y bebía de la botella de Vodka negro que tenía al lado casi sin parar, hasta que tuve que girar en un rápido movimiento porque me estaba a punto de saltar mi desvió hacia mi lugar favorito: el claro en esa montaña que sobresalía en un lado de la ciudad, casi como una maravilla producto de la geología. El camino bajo las ruedas de mi querido Mustang acababa pero yo seguía tan inmiscuida en mis pensamientos y en ir más rápido y beber que cuando un árbol enorme se me plantó delante del coche apenas me dio el tiempo justo de frenar por lo que acabé empotrando mi preciado Mustang en él, dejándolo sin morro y haciendo salir el airbag que me causó una conmoción que hizo que me quedara inconsciente por unas cuantas horas.


El politono de mi Motorola antiguo provocó que empezara a estar consciente junto con los débiles rayos de luz que amenazaban con salir debido al amanecer que también hacía que volviera en mí más rápidamente. Cogí el móvil y dejé que mi contestador automático sonara:

- Banshee le está escuchando, haga su petición y si le interesa le cojera el teléfono -tras el pitido típico de contestador sonó una voz femenina.

- Banshee, tengo un encargo para ti, es uno de los más importantes que te he pedido y muy urgente, necesito tu ayuda...

Decidí coger el teléfono llevada por la curiosidad.

- Debe ser importante para que la mismísima Yashiro Matsuda me llame en persona -dije con un tono irónico como siempre mientras me examinaba en el espejo del coche la herida que el choque había dejado en mi frente- ¿De cuánto estamos hablando exactamente? -dije seria ahora.

- Cincuenta mil. De los grandes -dijo tras una breve pausa.

- Vaya, -dije algo incrédula exagerándolo - eso es mucho dinero... ¿Qué es lo que vale tanto para la señora Matsuda?

- Se trata de dar un mensaje.

- ¿50 mil de los grandes por un mensaje? No muy común -dije aún curiosa por el alto precio.

- ¿Aceptas o no?

- No podría decir que no a esos cincuenta. ¿Qué tipo de mensaje he de dar?

- Se trata de Nikolay Udinov

- ¿El capo de la mafia rusa? -dejé ir una risa -Ahora entiendo el precio. ¿Está bien, que tengo que hacer exactamente?

- Mejor lo discutimos en mi oficina.

NOCHES: BansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora