Hace nueve años
Mi padre (Raúl) y mi madre (Sara) discutían fuertemente, tanto así que los vecinos salieron a la calle. Yo permanecía en mi habitación, con mucho miedo de los gritos de ambos.Hubo un momento de silencio, cuando entonces mi madre abrió la puerta de mi habitación desesperada.
—Ven, Madi. Vamos a dar un paseo por la playa. - veía las lágrimas de mi madre, mientras forzaba una sonrisa.
Tomó mi mochila y colocó un par de cosas en ella. Me tomó de la mano y salimos de prisa de la casa mientras mi padre gritaba.
—¡¡Sara!! Esto no se quedará así y lo sabes... ¡Es toda su responsabilidad ayudarnos con esto! Él fue el que creó una equivocación... ¡SARA! - mi padre gritaba a todo pulmón con una carta en su mano, pero mi madre lo ignoró. Me monto en la camioneta y en prendió rumbo.
Miraba a mi padre por el retrovisor; gritando y rompiendo cosas. Tenía tanto miedo que lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.
—¿Mami? ¿Todo... esta bien? ¿Tú y papi se van a divorciar? - tenía mucho miedo de su respuesta.
¿Como una niña de seis año sabe algo tan serio como el divorcio? Bueno mis amigos del jardín de niños me lo decían. Todos los padres de mis amigos estaban divorciados. Y muchos me decían que mis padres lo estarían pronto.
—¿Qué? - pude ver la cara de asombro de mi madre.
—No Madi, tu papi y yo no nos vamos a divorciar. Solo... es un pequeño mal entendido. - a pesar de que me dijo justo lo que quería escuchar, no me tranquilizó.—¿Entonces porque tú y papi se gritan uno al otro? - el llanto de mi madre volvió, me dio muchísimo miedo ver que al mismo tiempo comenzó a reír.
—Son temas de adultos, Madi. Los niños no deben meterse en eso - veía a mi madre secarse las lágrimas
—Cambiemos el tema ¿si? ¿Qué quieres hacer al llegar a la playa? ¿Qué quieres jugar? - me quede pensando unos minutos.—Quiero volar la cometa que me hizo mi abuelo Hemilio.
—Esta bien. Pondré música, ya que quizás sea largo el camino. - nunca había visto esa expresión en el rostro de mi madre.
Mi madre no mentía al decir que iba a ser un largo camino, pero creo que el silencio fue aún más largo.
Cuando llegamos mi madre me dio mi cometa. La playa estaba totalmente desierta; mejor para mí. Me advirtió que tuviera cuidado con las olas y un montón de cosas.
El mar estaba bastante agitado y el cielo nublado. Al parecer había llovido.
Mientras volaba mi cometa el viento soplaba fuertemente. En un momento, me distraje y una ráfaga de viento hizo que mi cometa callera al agua. Pensé en decirle a mi madre, pero ella estaba muy concentrada escribiendo una carta. Así que decidí entrar al agua yo sola y tratar de alcanzar mi cometa.
Estaba entrando suavemente al agua, pero al momento una ola gigante me arrastró lejos de la orilla, donde mis pies no tocaban fondo. Empece a gritar a pedir ayuda. Mi madre se dio cuenta y entro al agua a mi rescate. Me llevo a la orilla.
—¿¡Madi, estás bien!? ¿¡Por qué hiciste eso!? - estaba tosiendo descontrolada mente; había tragado mucha agua, sentía mis ojos irritados y tenía mucho frío.
—Mi cometa... - dije mientras señalaba al mar, mi madre se quitó su chaqueta y me la puso.
—Muy bien, quédate aquí, yo iré a buscarla. - esa cometa era muy importante para mí, quizás por eso no me siguió cuestionado.
Me senté en la arena para ver a mi madre. Ella miró fijamente al mar para poder encontrarla. La pudo hallar, en mi opinión estaba demasiado lejos de la orilla. Mi madre entro al agua rápidamente antes de que entrara mar adentro. La pudo atrapar, pero cuando decidió volver se enredó en una red de pesca; mientras ella intentaba quitársela... una ola extremadamente grande la golpeó.
Me asusté mucho. Veía como las olas seguían azotando y llego el momento que no la vi más.
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"Ese Chico Raro"
Teen FictionEl pasado es el creador de cicatrices en el corazón de las persona. Tal vez se alivie el dolor, pero las marcas seguirán hay. ¿Puede una simple persona borrarlas por completo? ¿Acaso es tan poderoso el amor? Madison es una adolescente de 15 años, co...